30 may 2012

El bosque nativo será controlado por satélite

La Voz del Interior (30/05/2012)
Desde 2013 habrá monitoreo diario del bosque nativo en la región chaqueña
Un proyecto financiado por la Unión Europea y apoyado por ONG utilizará imágenes satelitales para controlar el desmonte. Será apoyado desde el territorio por organizaciones ambientales.
La región chaqueña es el segundo ecosistema más grande de América del Sur y es uno de los bosques nativos más devastados como consecuencia de la actividad agroganadera.
El proyecto Nativo, financiado por la Unión Europea, monitoreará este territorio diariamente para frenar los desmontes ilegales.
Córdoba se verá beneficiada por esta iniciativa ya que el norte y oeste provincial están dentro de la región chaqueña.
Por el momento, sólo se utilizan las imágenes del Landsat 7 para detectar cambios de uso de suelo. Este satélite pasa cada 14 días por la región.
“El objetivo es usar otros satélites de mayor frecuencia aunque de menor resolución. Investigadores de la Universidad de Buenos Aires están desarrollando el software que detectará patrones de desmonte. El prototipo estaría listo a fin de año”, dice Ariel Medina, coordinador del proyecto en Argentina.
Y agrega: “La idea es lograr una detección temprana para poder actuar y que la red de actores sociales pueda cotejar la información en territorio”.
Del proyecto en Argentina participan la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y la Fundación Avina.
En la actualidad, esta fundación –junto con la ONG Guyra, de Paraguay– realiza un monitoreo mensual de este ecosistema sudamericano. Según estos informes, en 2010 se desmontaron 30.454 hectáreas en Argentina, (83,4 hectáreas diarias). En 2011, la tasa diaria de deforestación fue de 120 hectáreas por un total de 43.717.
Los números de 2012 no son muy alentadores. En el primer trimestre se desmontaron 23.951 hectáreas lo que da una tasa diaria de 263 hectáreas.
Desmontes en Córdoba. Si bien parte de Córdoba está dentro de la ecorregión chaqueña, ya queda poco monte nativo. En diciembre de 2011 este monitoreo detectó un desmonte de 40,7 hectáreas en el departamento Sobremonte.
En marzo de este año registró un desmonte de 24,2 hectáreas en el distrito de Minas. En abril advirtió de un desmonte de 87 hectáreas en Río Seco.
Son deforestaciones ilegales si se tiene en cuenta que la ley nacional de presupuestos mínimos no permite el desmonte de bosque nativo bajo ninguna circunstancia.
Sin embargo, la norma provincial, sancionada en 2010, es bastante particular porque permite el desmonte parcial y total aún en zonas de bosques nativos bien conservados.
Esta ley es cuestionada por ONG, ambientalistas e investigadores, pues no se adecua a la norma nacional. La Corte Suprema de la Nación debe tratar un pedido de inconstitucionalidad presentado por la Universidad Nacional de Río Cuarto.

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Sumar voluntad al control

La desaparición de los bosques nativos de Córdoba fue producto de la expansión de la frontera agrícola desde mediados de la década de 1990. La pampa, que antes estaba dedicaba a la ganadería, destinó sus campos a la soja transgénica, una commodity más rentable.
Las vacas se mudaron al norte provincial, en emprendimientos silvopastoriles que destruyen el ecosistema chaqueño. Sólo dejan algunos árboles para sombra. A cambio, siembran pasturas exóticas.
Todo esto ocurrió ante los ojos del Estado, que no sancionó y que incluso promovió esta práctica agroindustrial. En 2005 dictó una ley que permitía el desmonte selectivo.
En 2007, la ley nacional de bosques nativos llegó cuando buena parte del ecosistema chaqueño cordobés había de­saparecido. Sin embargo, la ley obligó a la Provincia a determinar qué territorio boscoso debería custodiarse. A cambio, la Nación giraría fondos para controlar y compensar a los dueños de predios.
Mientras tanto, vecinos y organizaciones sociales, campesinas y ambientalistas denunciaron de manera sistemática los desmontes.
En la actualidad, la presión social es fuerte, por lo que la Provincia comenzó a actuar, a cuentagotas, contra las personas o empresas que arrasaban los ecosistemas nativos.
Pero la sanción llega cuando el daño ya se ha hecho. Los mecanismos de monitoreo y control son escasos, porque no se destinan recursos.
Córdoba debería recibir de la Nación cerca de 20 millones de pesos en 2011. La Provincia había presupuestado apenas 600 mil para bosque nativo en ese año. Pero esos fondos nunca llegaron, porque la Provincia sancionó una ley que no cumple con los presupuestos mínimos que fija la norma nacional. En definitiva, el control sobre el desmonte sigue recayendo en las ONG y vecinos con conciencia ambiental y coraje para denunciar, a pesar de las posibles represalias.
El proyecto Nativo será una herramienta clave para mejorar el monitoreo, porque se podrán detectar los desmontes in fraganti. Sin embargo, de nada servirá si no existe voluntad del Estado para actuar ante la denuncia o ante el hecho flagrante.
La ley de bosques nativos requiere un cambio para que realmente proteja estos ecosistemas y también para que la Nación gire los jugosos fondos. La Provincia no ha dado señales de que la vaya a cambiar. De hecho, el secretario de Ambiente, Darío Sbarato, debió renunciar porque quería realizar –se supone– transformaciones en este sentido.

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