29 mar 2012

Ambiente no justifica prohibir el plomo para la caza

La Voz del Interior (29/03/2012)
Ambiente no justifica prohibir el plomo para la caza de palomas



La Provincia pide esperar los primeros monitoreos de suelos que hará. Investigadores de la UNC detectaron el metal en aire y cultivos de varias regiones.
La Secretaría de Ambiente de la Provincia defendió la reciente reglamentación dictada para regular la caza de palomas y justificó su decisión de no avanzar hacia la prohibición del plomo en esa actividad.
Ambiente dictó una resolución que por primera vez regula el turismo cinegético. Hasta ahora, la caza de palomas, que trae unos ocho mil turistas extranjeros a Córdoba por año, no tenía ninguna reglamentación de tipo ambiental, a pesar de que desde ámbitos científicos se viene advirtiendo el impacto de las cientos de toneladas de plomo de municiones que quedan esparcidas en los suelos.
El pasado lunes, este diario reveló que investigadores del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal de la UNC detectaron concentraciones de plomo en cultivos de trigo y soja. La doctora María Luisa Pignata, a cargo de esos estudios, sostuvo que no puede desvincularse ese efecto de la enorme carga de plomo sin control por la caza de palomas, en los últimos años concentrada en el norte cordobés.
Para Pignata, la nueva reglamentación aportó que se reconozca al plomo que deja la caza como residuo peligroso, pero cuestionó que a la vez se siga admitiendo su uso, hasta el tope máximo de contaminación admitido “en el que esos suelos ya serían irrecuperables”.
Darío Sbaratto, secretario de Ambiente provincial, defendió la política oficial. “Córdoba lleva 30 años de turismo cinegético y por primera vez regula la actividad. Es un gran avance. Establecemos que el plomo que cae al suelo debe ser considerado un residuo peligroso, como fija la ley nacional. Y exigimos a los operadores de caza un monitoreo anual obligatorio de esos suelos”, marcó a este diario.
Sbaratto no polemizó con sectores académicos que advierten sobre los riesgos de semejante dispersión de plomo.
“Ahora vamos a medir, por primera vez, la presencia de plomo en suelos, en áreas dedicadas a caza de palomas. Quizá en 30 días ya tengamos los primeros resultados de análisis que harán dos laboratorios irreprochables, como el Ceprocor (de la Provincia) y el del Famaf (de la UNC). Con esos datos en la mano podremos sentarnos con grupos científicos para interpretar lo que está pasando”, apuntó el funcionario, que asumió hace tres meses en el cargo.
Sectores ambientalistas y grupos académicos no reclaman prohibir la caza de palomas sino el uso de municiones de plomo. Los operadores de caza señalan que en el mercado no hay alternativas, como las de acero que se usan en otros países. Otros marcan que no las habrá mientras se permita el plomo, más barato y más contaminante.
Sbaratto sostuvo: “La ley nacional de residuos peligrosos, no prohíbe el plomo, pero fija límites para su uso. Se sabe que es contaminante y debe ser controlado. Pero sería dogmático que lo prohibamos antes de medir si su presencia supera el nivel permitido por esa ley”.
Ese nivel está en el centro de la discusión. Pignata, que lleva años en la investigación sobre plomo, planteó como un “grueso error” que la norma provincial fije el límite tolerable en mil partes por millón: “Eso es para suelos industriales; en agrícolas el valor que fija la ley es de 375 partes por millón”, precisó. “Pero con concentraciones mucho menores en suelo hemos detectado ahora en laboratorio la presencia de plomo en cultivos, como antes en aire”, agregó.
Sbaratto justificó que sus asesores legales consideraron que el turismo cinegético es una actividad comercial y no agropecuaria, por lo que se fijó el límite para industrias. El funcionario pidió que se aguarden los resultados de los monitoreos de suelos ahora exigidos: “Midamos y nos juntemos para ver cómo interpretamos los resultados de unos y otros”, dijo.

¿Una ley nacional?
Proyectos de ley. Dos presentó Norma Morandini (Frente Cívico) en el Congreso, como diputada y luego como senadora nacional por Córdoba, proponiendo prohibir el uso de municiones de plomo y exigir su sustitución por otras menos contaminantes.
Sin tratar. Nunca tuvieron apoyo de los bloques mayoritarios para darles tratamiento.

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Análisis de terrenos y límites máximos fijados

La nueva reglamentación provincial exige a los operadores de caza que cada año permitan chequeos oficiales de los terrenos usados.
Sólo si superan el límite fijado por ley para suelos industriales, deberán paralizar la actividad y remediar el daño.
Ambiente de la Provincia exige que esos análisis sean pagados por las empresas de caza y realizables sólo en los laboratorios de Ceprocor (provincial) o Famaf (de la UNC).
María Luisa Pignata alertó que la remediación es sólo posible en pequeños terrenos y a muy alto costo. Calificó de “desatino” dejar arrojar plomo hasta un nivel ya irreversible de contaminación.
“Podrán mostrar resultados que no indiquen niveles de plomo en suelos superiores a los fijados por ley. Pero el tema es que una vez detectado en aire, en agua y hasta en los principales cultivos que tiene Córdoba, ¿vamos a esperar que esos cultivos no sean aptos para consumo humano?”, acotó Pignata.
Tras los datos de su investigación publicados el lunes, Pignata recibió consultas de diversos sectores. Entre ellos, rurales como la Federación Agraria Argentina, que pretende profundizar en el asunto.

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