18 ene 2012
Fuerte cruce por los números de Crese
7:24 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (18/01/2012)
Fuerte cruce por los números de Crese
El presidente de la firma ratificó que es inviable y que, más que una sociedad del Estado, está bajo control real de los empleados.
El conflicto entre la empresa Crese y el gremio de los recolectores (Surrbac) entró, por varias semanas, en el freezer que impone la vigencia de la conciliación obligatoria.
Ayer se registró la primera audiencia en el Ministerio de Trabajo provincial para empezar a analizar la situación de 195 empleados tercerizados a través de la consultora Guía Laboral, pero la ausencia de representantes de esa firma motivó la postergación de la reunión para hoy.
Mientras tanto, a falta de novedades concretas sobre ese punto que desencadenó el paro que resintió el servicio de recolección de residuos en la ciudad de Córdoba entre el viernes y lunes últimos, ayer se empezó a normalizar la limpieza de la ciudad.
Lo que sí se potenció en la víspera fue el cruce de datos y opiniones entre Crese y el Surrbac respecto de la situación económica de esa empresa municipal y su viabilidad real.
El titular de Crese, Alberto Castagno, reforzó un diagnóstico que ya había hecho público apenas inició la gestión del intendente Ramón Mestre: insistió en que la empresa está “quebrada”, que es “inviable” y que supone costos que el municipio no puede afrontar.
La receta ineludible, desde esa perspectiva, apunta a achicar costos operativos y luego privatizar. Ayer, el viceintendente, Marcelo Cossar, insinuó que una posibilidad para reducir el gasto sería disminuir la frecuencia de la recolección.
Por su lado, el secretario General del Surrbac, Mauricio Saillén, negó de plano que Crese esté quebrada. Dijo que falta inversión, que hay sobrefacturación de servicios para el municipio que luego no son abonados, y que el actual intendente ya optó por franquear el paso a prestadores privados y desandar esta prestación estatal que se inicio en febrero de 2009.
“Están decididos a que Crese no tiene que existir más”, protestó.
Cruzados. Si en lo conceptual Saillén y Castagno se sacan chispas, tampoco acercaron posiciones al citar números. Castagno insistió ayer que la deuda de la empresa asciende a 180 millones de pesos, a partir de la emisión de cheques de pago diferido, mientras que Saillén aseguró que las obligaciones “no pasan de 100 millones” de pesos.
Tampoco coincidieron en cuanto al costo mensual de la prestación: el Surrbac admite 37,5 millones de pesos “en todo concepto”, es decir, recolección, barrido y la totalidad de los servicios especiales, mientras que desde la empresa calculan un costo operativo real de 38 millones de pesos sólo para la recolección, que se estira a, por lo menos, 45 millones de pesos con los demás ítems.
Castagno dejó en claro que la actual conciliación pondrá un paréntesis a la discusión de fondo sobre el futuro de la Crese, pero remarcó que no se puede sostener esa situación indefinidamente. “Todos tenemos la imagen que Crese es una Sociedad del Estado, y es cierto desde el punto de vista jurídico, pero desde lo operativo y funcional es del personal”, sentenció.
Recordó que al crearse la empresa, en 2009, el sindicato de Camioneros (al que adscribe el Surrbac) puso la plata y también las condiciones para que la empresa arrancara.
Como ejemplo de desbordes, citó que hay empleados que cobran más de 25 mil pesos y gerentes que perciben entre 25 mil y 30 mil pesos mensuales. Precisó que el sueldo básico de un recolector ronda los 8 mil pesos y el de un chofer, 15 mil pesos. “Es un tema que habrá que revisar, no digo que la tarea no lo vale pero me parece que está desproporcionado”, valoró el funcionario,
Por su lado, el gremialista Saillén sostuvo que si Crese estuviera quebrada como dice el municipio, “ya hubiera desaparecido hace mucho tiempo”. Analizó que si viene un prestador privado “se va a seguir pagando más” y recalcó que a la empresa municipal no le sobran trabajadores.
“Mestre metió un impuestazo y con eso se paga tranquilamente la Crese. También hay que ajustar y sacar del pliego algunas cosas, como los basurales y los puntos verdes, que los tendría que pagar el municipio pero los paga la Crese. Así, siempre va a salir sobrefacturado el servicio”, se quejó, respecto de los costos de la empresa.
Números cruzados
Costos. Crese le factura al municipio por limpiar la ciudad cerca de 30 millones de pesos. Pero por las sucesivas ampliaciones del servicio, el costo real de la prestación, según las autoridades de la empresa, trepa a unos 45 millones de pesos. El Surrbac admite un gasto de 37,5 millones de pesos. En cualquier caso, la Municipalidad, como único cliente de la empresa, dice que no puede pagar esos montos.
Control. Alberto Castagno dijo ayer, sin vueltas, que el control de la empresa estuvo siempre en manos del gremio, que ayudó a crearla y que controla puestos clave del nivel de conducción. Graficó que hay empleados y gerentes que cobran más de 25 mil pesos.
Achique. Castagno admitió que su tarea apunta a encarrilar el gasto hacia niveles más “racionales”. Uno de los ítems por revisar es el alquiler de vehículos y camiones, en el que han detectado sobreprecios inexplicables. Para el Surrbac, en cambio, la Municipalidad debe pagar mejor para que Crese se sostenga.
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- En plena conciliación, comenzó la discusión por la privatización de Crese
Día a Día (18/01/2012)
- Hay una interesada en agarrar "media Crese"
- Crese volvió, pero recolecta a medias
Día a Día - Edición Electrónica (18/01/2012)
- Podrían demandar a Guía Laboral
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El presidente de la firma ratificó que es inviable y que, más que una sociedad del Estado, está bajo control real de los empleados.
El conflicto entre la empresa Crese y el gremio de los recolectores (Surrbac) entró, por varias semanas, en el freezer que impone la vigencia de la conciliación obligatoria.
Ayer se registró la primera audiencia en el Ministerio de Trabajo provincial para empezar a analizar la situación de 195 empleados tercerizados a través de la consultora Guía Laboral, pero la ausencia de representantes de esa firma motivó la postergación de la reunión para hoy.
Mientras tanto, a falta de novedades concretas sobre ese punto que desencadenó el paro que resintió el servicio de recolección de residuos en la ciudad de Córdoba entre el viernes y lunes últimos, ayer se empezó a normalizar la limpieza de la ciudad.
Lo que sí se potenció en la víspera fue el cruce de datos y opiniones entre Crese y el Surrbac respecto de la situación económica de esa empresa municipal y su viabilidad real.
El titular de Crese, Alberto Castagno, reforzó un diagnóstico que ya había hecho público apenas inició la gestión del intendente Ramón Mestre: insistió en que la empresa está “quebrada”, que es “inviable” y que supone costos que el municipio no puede afrontar.
La receta ineludible, desde esa perspectiva, apunta a achicar costos operativos y luego privatizar. Ayer, el viceintendente, Marcelo Cossar, insinuó que una posibilidad para reducir el gasto sería disminuir la frecuencia de la recolección.
Por su lado, el secretario General del Surrbac, Mauricio Saillén, negó de plano que Crese esté quebrada. Dijo que falta inversión, que hay sobrefacturación de servicios para el municipio que luego no son abonados, y que el actual intendente ya optó por franquear el paso a prestadores privados y desandar esta prestación estatal que se inicio en febrero de 2009.
“Están decididos a que Crese no tiene que existir más”, protestó.
Cruzados. Si en lo conceptual Saillén y Castagno se sacan chispas, tampoco acercaron posiciones al citar números. Castagno insistió ayer que la deuda de la empresa asciende a 180 millones de pesos, a partir de la emisión de cheques de pago diferido, mientras que Saillén aseguró que las obligaciones “no pasan de 100 millones” de pesos.
Tampoco coincidieron en cuanto al costo mensual de la prestación: el Surrbac admite 37,5 millones de pesos “en todo concepto”, es decir, recolección, barrido y la totalidad de los servicios especiales, mientras que desde la empresa calculan un costo operativo real de 38 millones de pesos sólo para la recolección, que se estira a, por lo menos, 45 millones de pesos con los demás ítems.
Castagno dejó en claro que la actual conciliación pondrá un paréntesis a la discusión de fondo sobre el futuro de la Crese, pero remarcó que no se puede sostener esa situación indefinidamente. “Todos tenemos la imagen que Crese es una Sociedad del Estado, y es cierto desde el punto de vista jurídico, pero desde lo operativo y funcional es del personal”, sentenció.
Recordó que al crearse la empresa, en 2009, el sindicato de Camioneros (al que adscribe el Surrbac) puso la plata y también las condiciones para que la empresa arrancara.
Como ejemplo de desbordes, citó que hay empleados que cobran más de 25 mil pesos y gerentes que perciben entre 25 mil y 30 mil pesos mensuales. Precisó que el sueldo básico de un recolector ronda los 8 mil pesos y el de un chofer, 15 mil pesos. “Es un tema que habrá que revisar, no digo que la tarea no lo vale pero me parece que está desproporcionado”, valoró el funcionario,
Por su lado, el gremialista Saillén sostuvo que si Crese estuviera quebrada como dice el municipio, “ya hubiera desaparecido hace mucho tiempo”. Analizó que si viene un prestador privado “se va a seguir pagando más” y recalcó que a la empresa municipal no le sobran trabajadores.
“Mestre metió un impuestazo y con eso se paga tranquilamente la Crese. También hay que ajustar y sacar del pliego algunas cosas, como los basurales y los puntos verdes, que los tendría que pagar el municipio pero los paga la Crese. Así, siempre va a salir sobrefacturado el servicio”, se quejó, respecto de los costos de la empresa.
Números cruzados
Costos. Crese le factura al municipio por limpiar la ciudad cerca de 30 millones de pesos. Pero por las sucesivas ampliaciones del servicio, el costo real de la prestación, según las autoridades de la empresa, trepa a unos 45 millones de pesos. El Surrbac admite un gasto de 37,5 millones de pesos. En cualquier caso, la Municipalidad, como único cliente de la empresa, dice que no puede pagar esos montos.
Control. Alberto Castagno dijo ayer, sin vueltas, que el control de la empresa estuvo siempre en manos del gremio, que ayudó a crearla y que controla puestos clave del nivel de conducción. Graficó que hay empleados y gerentes que cobran más de 25 mil pesos.
Achique. Castagno admitió que su tarea apunta a encarrilar el gasto hacia niveles más “racionales”. Uno de los ítems por revisar es el alquiler de vehículos y camiones, en el que han detectado sobreprecios inexplicables. Para el Surrbac, en cambio, la Municipalidad debe pagar mejor para que Crese se sostenga.
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