24 oct 2011

El porque de la crisis hídrica

El Puntal de Río Cuarto (24/10/2011)
Afirman que la expansión inmobiliaria y agrícola profundizó la crisis hídrica

Especialistas en el manejo del agua advierten que la tala y el avance de la soja generan desertificación. Aseguran que hay contaminación con agroquímicos y que hasta le bajaron la cota al lago San Roque
La expansión del mercado inmobiliario y de la frontera agrícola profundizan la crisis hídrica que atraviesa la provincia. Ese es el planteo que tienen las ONG especializadas en el tema. En Córdoba, se vienen registrando problemas con las cuencas de agua de la capital, las Sierras Chicas, Traslasierra y otras.
Por estos días, el río Cuarto exhibe un caudal muy pobre, pero al parecer las napas subterráneas que alimentan de agua a la ciudad no corren peligro.
En cambio, varias regiones de la provincia sufren en forma crónica la falta de ese elemento. Por eso, desde la ONG Waterlat, especialistas advierten que varios emprendimientos inmobiliarios y agrícolas terminaron profundizando la crisis hídrica.
Gustavo Spedale trabaja para la red de investigación Waterlat, y formó parte de la conducción del sindicato del personal de obras sanitarias (Sipos), en la ciudad de Córdoba, antes de la privatización del servicio a fines de los ‘90.
Para él, es claro que la crisis hídrica por la que pasa la provincia se agrava por la explotación descontrolada de los recursos naturales.
“Adjudicamos la sequía al modelo productivo. Córdoba ha pasado de ser una provincia con una industria fuerte a una provincia sojera. Esa transferencia es terrible, porque demanda muchísima agua”.
Según señaló el ambientalista, la oleaginosa necesita de 2 a 3 mil litros de agua por kilo, desde la siembra hasta la cosecha.
Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos aportan el 60% de la producción sojera de todo el país. “Eso ha provocado proceso de tala indiscriminada y desertificación. Cada año hay menos agua en el subsuelo.

Negocios inmobiliarios
La capital provincial y su principal fuente de agua no escapan a los problemas de escasez. “Hace 4 años, De La Sota firmó una concesión con el intendente de Carlos Paz por 100 años, para la empresa Puerto San Roque, del grupo Roggio. La idea era hacer un casino y un complejo de 38 hectáreas en la costa”, dijo Spedale.
Para ganarle casi 40 hectáreas de terreno al lago San Roque, le bajaron la cota de espera de 36 a 33 metros.
“Al bajar la cota de espera, el agua de lluvia no se guarda; se tira directamente al río”, explicó. Al final, Roggio no avanzó en el proyecto, pero allí se hizo la nueva costanera de Carlos Paz.
Por otro lado, indicó que en Villa Ciudad América y en La Cumbrecita se hicieron emprendimientos inmobiliarios que afectan las cuencas de agua. La cantidad de cemento y el desmonte hacen agravar el problema de la sequía.

Toxinas
Otro problema es la mala calidad del agua. En la capital provincial, toda la zona norte recibe agua contaminada. La escasa cantidad de agua del lago San Roque, y los desechos, hacen proliferar algas que despiden toxinas y provocan enfermedades.
“Para un lago como el San Roque, se usan tratamientos de ozono para purificar, y es un tratamiento caro. La concesión de Aguas Cordobesas exigía una planta de ozono, pero nunca funcionó, pese a que se inauguró. Es por problemas constructivos”, precisó Gustavo Spedale.
El especialista explicó que las algas se multiplican con el calor y florecen en la superficie, justamente de donde se toma el agua para consumo humano.
“Son tóxicas y se disuelven completamente. El año pasado, en Córdoba, aumentó por 4 la venta de agua envasada”, indicó. “Es un problema grave- prosiguió. Aguas Cordobesas le pone cloro antes de sedimentar el agua, para disimular el mal olor, pero es nocivo para la salud”.

Agrotóxicos en el agua
En Córdoba, uno de los problemas más graves está en la zona sur, que recibe agua del Dique Los Molinos, a través de un canal que originalmente estaba destinado a riego.
Ese canal a cielo abierto, que tiene 64 kilómetros e incluye una planta potabilizadora, abastece 360 mil habitantes de la zona sur de la capital provincial. Atraviesa por toda la zona agrícola que va desde José de la Quintana hasta Bouwer y está expuesto a la contaminación con las fumigaciones.
“Debería ser un acueducto, como se utiliza para trasladar el agua para consumo humano. Hicimos una denuncia penal, y hubo una presentación del legislador socialista Roberto Birri, pero no tuvo respuesta.

Acueducto para riego
Por otro lado, Spedale recordó que la obra del canal de Entre Ríos no aportará agua para consumo humano, sino para los cultivos. “El acueducto es para riego: no hay ninguna planta potabilizadora proyectada. Son más de 400 kilómetros, y por bombeo deben subir 400 metros de altura”, indicó.

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