21 sept 2011
Lo que ocaciona las palomas
11:05 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
El Puntal de Río Cuarto (21/09/2011)
Según el Inta, la plaga de palomas da pérdidas de hasta 30% en los cultivos
La estimación surge de un trabajo que alcanza a la región pampeana. Los mayores destrozos se dan en el girasol y el maíz, especialmente cuando están en crecimiento. También lo ocasionan los loros
Según estudios del Inta, la plaga de palomas genera, en la región pampeana, pérdidas de hasta el 30% en los lotes cultivados con girasol. Esto es, en función de los daños que ocasionan durante el crecimiento de las plantas, cuando son más vulnerables a los ataques. Pero la paloma destruye igualmente los sembrados de maíz.
El tema se instaló la semana pasada cuando el ministro de Agricultura de la provincia pidió ayuda a la Nación para frenar la propagación de la plaga. Carlos Gutiérrez pidió la intervención del Consejo Federal Agropecuario para solucionar el problema, y el organismo convocó a una reunión para la semana que viene.
Una investigación reciente del Inta Paraná, aplicable a la región pampeana, establece que las palomas generan pérdidas del orden del 30 por ciento en los cultivos de girasol.
Según el trabajo, elaborado por la investigadora Sonia Canavelli, el daño se produce durante el crecimiento de la planta, “donde es causado por palomas medianas y en menor medida por palomas grandes”. Y en la madurez, donde el daño es causado por palomas medianas y cotorras.
De acuerdo al estudio, la peor parte recae sobre los cultivos en desarrollo, cuando las aves consumen los granos. “En emergencia, los daños totales en plántulas pueden alcanzar valores altos (entre 22 y 31 por ciento)”.
Mientras que los destrozos sobre las semillas son recuperables, “el corte total de la parte apical de la plántula es irrecuperable, aunque este tipo de pérdida es mucho más bajo, y se ubica en el 4 o 5 por ciento.
“En la madurez, en tanto, si se considera el porcentaje de plantas dañados por lote, las pérdidas son moderadas, aunque pueden alcanzar valores relativamente altos (hasta 21 o 34 por ciento) en ciertos lotes”, afirma el estudio.
Un problema a gran escala
En tanto, advierte que, si considera sólo el porcentaje de granos perdidos, los valores máximos son de 4 por ciento.
“Evaluaciones realizadas en el ciclo agrícola 2006-2007, en cultivos de girasol de Entre Ríos, coinciden con estos rangos, con la mayoría de lotes por debajo del 5 por ciento de capítulos dañados y del 1 por ciento de granos perdidos”, continúa el trabajo.
Sin embargo, en 2 de 11 lotes evaluados se encontraron valores altos de daño, con 22-28 por ciento de plantas afectadas y hasta 2,8 por ciento de granos perdidos.
En la campaña 2010-2011, en la provincia se cosecharon 7.887.490 toneladas de maíz, y 94.100 de girasol, según datos del Ministerio de Agricultura. En el mercado interno, el maíz se cotiza en 717 pesos la tonelada, y el girasol a 1.331 la tonelada.
Esos números permiten hacerse una idea de la magnitud de las pérdidas que se producen a raíz de la plaga de palomas.
Para los ambientalistas, es efecto del desmonte
Daniel Bustos, de la ONG ambientalista Acofa, asegura que la plaga de palomas es consecuncia directa del desmonte, que dejó sin hábitat a las especies que actuaban como control biológico sobre ellas.
“El problema es la expansión decontrolada de la agricultura. Sobre todo de la soja, que requiere una cantidad de químicos que no necesitan el maíz ni el girasol”, explicó.
“El desbalance se da porque han exterminado a los que lo controlaban, las aves rapaces. Las especies arbóreas nativas están desapareciendo, junto con el pastizal natural”, se lamenta Bustos.
En este mismo sentido, detalló que la causa principal de la plaga es la desforestación. Por eso, la paloma dorada, que es autóctona, se concentró en lugares rodeados de producción agrícola.
Reimplantar aves rapaces
Según asegura el especialista, los gatos monteses y las aves rapaces eran su control biológico, pero prácticamente han desparecido.
Para el ambientalista, una posible solución pasa por volver a implantar aves rapaces, como se hizo en varios aeropuertos del mundo. Esos predadores son los halcónidos, que se alimentan de palomas.
“Creo que es un absurdo pensar en matanzas, porque las palomas se autorregulan y producen más crías”, explicó Bustos. En tal sentido, puntualizó que matarlas no es solución, ya que eso disparará la producción de pichones, porque tienen mucho alimento disponible.
“Si hay diez palomas y cien kilos de alimento, y se matan, sólo se aumenta el número de pichones. Ya es incalculable la cantidad de palomas que hay”, advirtió.
Con tres posturas anuales, dos pichones en cada una, sin depredadores, y una gran cantidad de alimento disponible, la tasa de reproducción de las palomas es altísima. Si hay mucho alimento, aumenta la población.
Alternativas naturales
“Cualquier solución que no sea natural, será una solución de cortísimo plazo. No vamos a ganar nada matándolas”, aseguró Bustos.
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Según el Inta, la plaga de palomas da pérdidas de hasta 30% en los cultivos
La estimación surge de un trabajo que alcanza a la región pampeana. Los mayores destrozos se dan en el girasol y el maíz, especialmente cuando están en crecimiento. También lo ocasionan los loros
Según estudios del Inta, la plaga de palomas genera, en la región pampeana, pérdidas de hasta el 30% en los lotes cultivados con girasol. Esto es, en función de los daños que ocasionan durante el crecimiento de las plantas, cuando son más vulnerables a los ataques. Pero la paloma destruye igualmente los sembrados de maíz.
El tema se instaló la semana pasada cuando el ministro de Agricultura de la provincia pidió ayuda a la Nación para frenar la propagación de la plaga. Carlos Gutiérrez pidió la intervención del Consejo Federal Agropecuario para solucionar el problema, y el organismo convocó a una reunión para la semana que viene.
Una investigación reciente del Inta Paraná, aplicable a la región pampeana, establece que las palomas generan pérdidas del orden del 30 por ciento en los cultivos de girasol.
Según el trabajo, elaborado por la investigadora Sonia Canavelli, el daño se produce durante el crecimiento de la planta, “donde es causado por palomas medianas y en menor medida por palomas grandes”. Y en la madurez, donde el daño es causado por palomas medianas y cotorras.
De acuerdo al estudio, la peor parte recae sobre los cultivos en desarrollo, cuando las aves consumen los granos. “En emergencia, los daños totales en plántulas pueden alcanzar valores altos (entre 22 y 31 por ciento)”.
Mientras que los destrozos sobre las semillas son recuperables, “el corte total de la parte apical de la plántula es irrecuperable, aunque este tipo de pérdida es mucho más bajo, y se ubica en el 4 o 5 por ciento.
“En la madurez, en tanto, si se considera el porcentaje de plantas dañados por lote, las pérdidas son moderadas, aunque pueden alcanzar valores relativamente altos (hasta 21 o 34 por ciento) en ciertos lotes”, afirma el estudio.
Un problema a gran escala
En tanto, advierte que, si considera sólo el porcentaje de granos perdidos, los valores máximos son de 4 por ciento.
“Evaluaciones realizadas en el ciclo agrícola 2006-2007, en cultivos de girasol de Entre Ríos, coinciden con estos rangos, con la mayoría de lotes por debajo del 5 por ciento de capítulos dañados y del 1 por ciento de granos perdidos”, continúa el trabajo.
Sin embargo, en 2 de 11 lotes evaluados se encontraron valores altos de daño, con 22-28 por ciento de plantas afectadas y hasta 2,8 por ciento de granos perdidos.
En la campaña 2010-2011, en la provincia se cosecharon 7.887.490 toneladas de maíz, y 94.100 de girasol, según datos del Ministerio de Agricultura. En el mercado interno, el maíz se cotiza en 717 pesos la tonelada, y el girasol a 1.331 la tonelada.
Esos números permiten hacerse una idea de la magnitud de las pérdidas que se producen a raíz de la plaga de palomas.
Para los ambientalistas, es efecto del desmonte
Daniel Bustos, de la ONG ambientalista Acofa, asegura que la plaga de palomas es consecuncia directa del desmonte, que dejó sin hábitat a las especies que actuaban como control biológico sobre ellas.
“El problema es la expansión decontrolada de la agricultura. Sobre todo de la soja, que requiere una cantidad de químicos que no necesitan el maíz ni el girasol”, explicó.
“El desbalance se da porque han exterminado a los que lo controlaban, las aves rapaces. Las especies arbóreas nativas están desapareciendo, junto con el pastizal natural”, se lamenta Bustos.
En este mismo sentido, detalló que la causa principal de la plaga es la desforestación. Por eso, la paloma dorada, que es autóctona, se concentró en lugares rodeados de producción agrícola.
Reimplantar aves rapaces
Según asegura el especialista, los gatos monteses y las aves rapaces eran su control biológico, pero prácticamente han desparecido.
Para el ambientalista, una posible solución pasa por volver a implantar aves rapaces, como se hizo en varios aeropuertos del mundo. Esos predadores son los halcónidos, que se alimentan de palomas.
“Creo que es un absurdo pensar en matanzas, porque las palomas se autorregulan y producen más crías”, explicó Bustos. En tal sentido, puntualizó que matarlas no es solución, ya que eso disparará la producción de pichones, porque tienen mucho alimento disponible.
“Si hay diez palomas y cien kilos de alimento, y se matan, sólo se aumenta el número de pichones. Ya es incalculable la cantidad de palomas que hay”, advirtió.
Con tres posturas anuales, dos pichones en cada una, sin depredadores, y una gran cantidad de alimento disponible, la tasa de reproducción de las palomas es altísima. Si hay mucho alimento, aumenta la población.
Alternativas naturales
“Cualquier solución que no sea natural, será una solución de cortísimo plazo. No vamos a ganar nada matándolas”, aseguró Bustos.
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