27 nov 2010

Sin novedades sobre agrotóxicos en agua

La Voz del Interior (27/11/2010)
Sin novedades

Las normas van más lento que el avance de la tecnología. Sólo uno de los 30 plaguicidas más vendidos en Argentina está contemplado.
El estudio dado a conocer ayer por el Ersep sobre la calidad del agua en la ciudad de Córdoba no aporta ninguna novedad. Peor aún, no avanza en responder a las preguntas clave.
¿Qué cantidad de algas posee el agua potabilizada que llega del dique San Roque? ¿Esas algas son de las especies que producen sustancias tóxicas perjudiciales para la salud? Ninguno de estos análisis fue realizado por el Ersep, porque la norma de la ex Dipas (608/93) no lo prevé.
De esta manera, no pueden corroborarse los resultados brindados por la empresa Aguas Cordobesa, no se la pueda controlar correctamente. Según sus estudios, la cantidad de microcistinas es de 0,4 microgramo por litro. La OMS permite un máximo de cinco microgramos por litro.
Son sustancias tóxicas que producen cierto tipo de algas y que pueden provocar problemas gastrointestinales, reacciones alérgicas o irritación. Si el agua estuviera contaminada con estas sustancias, es probable que ya nos hubiéramos dado cuenta, pues los hospitales estarían desbordados por las consultas.
Además, la empresa lleva un monitoreo constante del servicio y no se arriesgaría a suministrar agua en “mal estado”.
Lo grave es que la Provincia no ajuste los parámetros de calidad de agua. La reglamentación no fija límites de presencia de algas en agua potable. Ni siquiera para eventos extremos como los que cada año, y con más frecuencia, ocurren para esta época.
La normativa tampoco exige, por ejemplo, un límite máximo de glifosato en agua. El uso intensivo de este herbicida en los campos aledaños al canal abierto de Los Molinos es una realidad. A pesar de las dos bibliotecas, cada día hay más evidencias sobre sus posibles efectos adversos para la salud. En Estados Unidos y Alemania, el límite es de 700 microgramos por litro.
Las normas van más lentas que el avance tecnológico. Sólo uno de los 30 plaguicidas más vendidos en Argentina está contemplado en la normativa. Más allá de los efectos adversos que estas sustancias puedan tener sobre la salud, brindar información a la sociedad es una herramienta clave para construir ciudadanía, mejorar la transparencia en la gestión y también hacer política sanitaria.
Claro que para que sea “información”, ésta debe ser precisa, actualizada y oportuna.

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