26 nov 2010

Bouwer aún no fue remediado

La Voz del Interior (26/11/2010)
Bouwer aún guarda la basura cordobesa



El enterramiento se cerró en abril pasado. Pero todavía no se selló la última fosa, y quedan los residuos al aire libre. El proceso de remediación está en estudio.
El enterramiento sanitario de Bouwer, que por tres décadas recibió la basura de la ciudad de Córdoba, parece congelado en el tiempo. Desde que entró el último camión a descargar los residuos en la última fosa habilitada, el 1º de abril pasado, todavía no se realizó ninguna acción de saneamiento.
El relleno, ubicado 18 kilómetros al sur de la Capital, está clausurado, tal como lo había prometido el intendente de Córdoba, Daniel Giacomino. Pero el problema no terminó allí: aún quedan unos 20 millones de toneladas enterradas en nueve fosas, por lo que el predio necesita la remediación para minimizar el impacto ambiental.
Las primeras ocho fosas se clausuraron cuando tuvieron colmada su capacidad, la última en 1998. La última es la más cuestionada, la número nueve. Se trata de una verdadera montaña de basura que operó hasta abril pasado, sin clausurar: es decir, sin haberse sellado y con mucha basura al aire libre.
Esa cuestión, además de la necesaria remediación, se debate desde mediados de año entre técnicos de la Municipalidad, de Crese –concesionaria del servicio de residuos–, de la comuna de Bouwer y los propios vecinos cuya protesta logró el cierre del enterramiento.
“El trabajo cuenta con un avance razonable”, afirmó Raúl Montenegro, biólogo y asesor de los vecinos de Bouwer. La remediación cuenta con tres partes importantes: las fosas con basura, el horno pirolítico y un depósito de aceites de una importante empresa automotriz.
“Una parte tiene que ver con el cierre y poscierre de la fosa nueve. Y la remediación comienza después”, agregó el especialista. En ese sentido, el ex secretario de Ambiente municipal y actual presidente de Crese, Fernando Cámara, anticipó que los trabajos de cierre y poscierre comenzarán en el verano.
El trabajo consta de completar la impermeabilización de la fosa con una membrana geotextil, y luego realizar el sellado con tierra, sobre el que finalmente se coloca una cobertura vegetal. “Crese adquirió el equipo que permite colocar las membranas, lo que simplifica las acciones. Luego hay que llevar tierra para regular la pendiente”, agregó Cámara.
Remediación. Luego de esa tarea, se debe poner en marcha la remediación ambiental. Cámara y Montenegro coincidieron en que el impacto de los millones de toneladas de basura enterrada en el predio perdurará al menos entre tres y cinco décadas.
“Se presentó un plan, pero hubo críticas y se está reelaborando”, comentó el presidente de Crese.
La propuesta elevada por la Municipalidad “tenía mezclados estudios y procesos”, dijo Montenegro. A raíz de esto, ahora se elevó una contrapropuesta que contiene, como primer paso, una serie de estudios de campo para saber cuestiones desconocidas, como los gases y el impacto y cantidad de los líquidos lixiviados, producto de la descomposición de los residuos.
“La idea es consensuar la remediación en el grupo de trabajo. Por ejemplo, los lixiviados que se producen y cómo se los puede tratar, lo mismo que con los gases, la vegetación natural y forestación, para ir transformando el ambiente con germoplasma –especies e individuos de monte nativo–”, especificó Montenegro.

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El camino inevitable de una política de Estado

El impacto de los residuos enterrados durará al menos 30 años. Esto implicará que el proceso de remediación involucre como mínimo a las siete gestiones que sucedan a Daniel Giacomino al frente de la ciudad. Diego Marconetti.
E l proceso de remediación del enterramiento sanitario que funcionó en Bouwer durante unos 30 años está en ciernes. En este contexto, sería un error fatal pensar que una vez que se definan las estrategias y se comience a trabajar en el predio el problema habrá desaparecido.
El impacto de 20 millones de toneladas de residuos enterrados en ese lugar durará al menos por los próximos 30 años. Esto implicará que el proceso de remediación involucrará como mínimo las siete gestiones que sucedan a Daniel Giacomino al frente de la ciudad desde 2011.
En ese sentido, el trabajo que realizan los técnicos para delinear planes deberá contar con un fuerte compromiso de todos los actores políticos con intenciones de acceder al Palacio 6 de Julio. Si esto no sucediera, y se discontinuaran las acciones, el efecto sobre el ambiente y sobre la salud de la población cercana sería muy importante.
Por otra parte, el procedimiento de remediación colocará a Córdoba como pionera en lo que es cierre de enterramientos sanitarios de gran magnitud. El tamaño y volumen enterrado en Bouwer sólo lo hacen comparable al predio que posee Ceamse en el Gran Buenos Aires, que recibe unas 10 toneladas diarias de residuos provenientes de decenas de municipios, entre ellos la Capital Federal y el Conurbano bonaerense.
Por otro lado, tras el fracaso de la gasificación de residuos propuesta por Innviron en agosto pasado, se abre otra gran oportunidad para delinear otra política de Estado respecto de la basura.
Desde la década de 1990, la gestión de los residuos fue víctima de improvisaciones, recortes presupuestarios y políticas de emergencia. Esto provocó que se discontinuaran acciones de clasificación domiciliaria por años, retomándose recién en algunos barrios con la puesta en marcha de Crese.
Esa política deberá contener cuestiones que se deberán mantener, como la obligación de enterrar cada vez menos elementos recuperables e iniciar acciones para aplicar la responsabilidad a los grandes productores de elementos que componen gran parte de los desechos, como envases de gaseosas y bolsas de nailon.

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