25 sept 2010

Mar Chiquita puede quedarse sin agua

La Voz del Interior (25/09/2010)
Mar Chiquita puede quedarse sin agua



Uno de los pioneros en estudiar la laguna asegura que es necesario protegerla para que no se seque.
Hace 30 mil años comenzó a formarse la laguna Mar Chiquita al noreste de la provincia de Córdoba. Un mar en el medio de la pampa que pasa inadvertido por los pobladores y que es ignorado por el resto de los cordobeses.
Si hay que saber algo sobre la Mar, mejor preguntarle a Enrique Bucher, biólogo, investigador superior del Conicet y del Centro de Zoología Aplicada de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Comenzó a estudiar Mar Chiquita a principios de 1990. “Es uno de los lagos salados más grandes del mundo y el más grande de Sudamérica. No se podía ignorar este ecosistema, poco estudiado hasta ese momento”.

–¿Por qué antes de los suyos hubo pocos estudios sobre Mar Chiquita?
–La primera en estudiarla fue la Academia Nacional de Ciencias en la década de 1930. Era desconocido a pesar de que en cualquier mapa del mundo aparece. Ocurre que el europeo llegó a esa zona recién en 1910. Hasta 1885 eso era territorio indígena. El último lugar civilizado era Santa Rosa de Río Primero. Los grupos indígenas que aprendieron a andar a caballo hacían excursiones que entraban más allá de Villa María. Sólo se ocupa con la llegada del ferrocarril. El primer mapa topográfico de Mar Chiquita lo hizo un ruso a principios de siglo pasado. El resto de los mapas son referencias verbales.

–¿Mar Chiquita forma parte de la vida cotidiana de los pobladores?
–La zona sur es igual a cualquier sitio de la pampa gringa. Y está ese pedazo de mar ahí, pero no saben por que está. Sólo la valoran como un sitio turístico y temen a una inundación como la de 1977. Quedó obsesionada con eso. Con ese antecedente, es difícil convencerla de que la laguna se puede secar.
En la mira. Bucher tenía este ecosistema en la mira, pero siempre quiso investigarlo en relación con en el desarrollo regional. En 2000 logró que se declarara sitio Ramsar, un humedal de importancia internacional.
“Eso implica un compromiso de Argentina. Primero, realizar un plan de manejo, conservar las especies, zonificar el sitio, para que sea una reserva de verdad. Nuestro aporte fue recolectar toda la información necesaria para que la Provincia desarrolle un plan de manejo, pero no hay un gobierno proactivo para solucionar los problemas. En parte porque la comunidad no está concientizada”, dice.

–¿Cuál es su situación ecológica?
–Mar Chiquita puede quedarse sin agua. En todo el mundo ya empezó el drama del agua. Y no es que vayan a venir extranjeros a llevársela, porque no tiene lógica. Siempre tenemos una manía persecutoria de buscar el culpable afuera. El problema somos nosotros. Pasó con el Mar de Aral. Era tres veces más grande que Mar Chiquita. Luego crearon un sistema de riego que en menos de 20 años lo redujo a menos de un tercio. El principal riesgo de Mar Chiquita es el agua para riego que utilizan los agricultores del río Salí-Dulce (principal aportante a la laguna) en Santiago del Estero. Córdoba tiene un pésimo tratado por este río.

–Al ritmo actual y sin que actuemos, ¿en cuánto tiempo puede quedarse sin agua?
–Es muy difícil de decirlo. Nuestras mediciones indican que está bajando 40 centímetros por año desde 2003. Y es una laguna sensible porque no es profunda. Durante la primera mitad del siglo XX la laguna era más baja que ahora. En 1980 comienza un cambio climático en la zona que permite la expansión de los cultivos de soja gracias a una extensión de la zona con lluvias. Ahora el descenso es constante. Una posibilidad es que estemos volviendo a los regímenes normales tras un periodo húmedo. Es difícil de predecir pero tenemos que realizar un manejo precautorio del ecosistema. No podemos asumir que no va a pasar nada.

–¿Qué paisaje los cordobeses no debieran dejar de ver en Mar Chiquita?
–Había un cartel en la salida del aeropuerto hace años que decía: “Córdoba, menos el mar, todo”. Es mentira. Mar Chiquita es un mar. No ves el horizonte del otro lado. Salir a navegar es igual que en el mar. Una imagen inigualable es ver la mancha rosada que se forma cuando vuelan los flamencos. Todos quedan embobados.

–De vacaciones ¿qué prefiere, el mar o las sierras?
–Las verdad es que en mi caso trabajo y vacaciones son lo mismo.

–¿No se cansa de ver el mar?
–Nací en las pampas así que siempre me siento más cómodo en los espacios abiertos.

–¿Desde el exterior se interesan por investigar la Mar Chiquita?
–Hay más interés afuera que adentro, para ser sincero. Mar Chiquita es un lugar sexy para investigar.

–¿Para qué le sirve la laguna a la gente?
–Si no estuviera se generaría un efecto de cama solar como en las salinas. Mucho calor y más sequía. No es lo mismo vivir cerca de un lago que de un desierto. También descontamina el agua que llega desde las zonas urbanas por los ríos (Suquía, Segundo y Salí-Dulce). Y su paisaje. Mar Chiquita tiene un potencial turístico muy importante pero hay que conservar su paisaje.

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