30 may 2010

Qué hay bajo la alfombra de Innviron

Día a Día (30/05/2010)
Qué hay bajo la alfombra de Innviron

Los antecedentes empresariales de Julio Héctor Bachmann, el director de la empresa que tratará la basura en Córdoba.
El 17 de marzo de 2009, 21 días antes de que el intendente Daniel Giacomino anunciara que en menos de un año la ciudad de Córdoba iba dejar de enterrar basura para “tratarla”, dos empresarios “visionarios” inscribían en el Boletín Oficial de la Nación el nombre de su sociedad comercial: Innviron Argentina. Neil Williams y José Alberto Franco sellaban el acuerdo, que se vería reflejado en el número 31.633 del diario oficial del Estado argentino.
“Basura cero” era por entonces un término desconocido para la mayoría de los cordobeses, quienes recién se familiarizarían con el concepto el 8 de abril de ese año, cuando Giacomino, a través de una solicitada publicada en los diarios de la ciudad, diera la noticia de que la Municipalidad avanzaría en la elaboración de un plan estratégico para el tratamiento de la basura, en el cual se pondría el ojo en la “incorporación de tecnología para la captura de metano”.
Un año después, el 23 de abril de 2010, y al confirmarse que no habría otra empresa interesada en la licitación que realizaba la Municipalidad para tercerizar el tratamiento de residuos sólidos, Innviron Argentina completaría su “staff”, incorporando, entre otros (ver página 3), a Julio Héctor Bachmann como director titular.
Esteban Sánchez recuerda a Julio Héctor Bachmann. Durante varias décadas, Sánchez fue el referente de los vecinos de Emprendimiento San Antonio, un “loteo” en el departamento de Maldonado, en Uruguay.
Aunque está a sólo siete kilómetros de Punta del Este, la casa de Esteban es sencilla. Se acuerda del empresario porque fue quien, como gerente comercial de la empresa Dinamar, le vendió a fines de la década de 1970 del siglo pasado el terreno sobre el cual emplazó su casa. Pero lo recuerda mal: aquel lote no fue escriturado sino hasta el primer lustro de la centuria actual. “Nos llevó 30 años poder ser propietarios de nuestras casas, fue todo ‘trucho’, como dicen ustedes”, relata Sánchez a Día a Día.
“Nos salió una fortuna regularizar (escriturar) –continúa–, pagamos más de lo que costó el terreno entre abogados, trámites, etcétera. Ellos (por Bachmann y sus socios) eran los dueños del lote, pero no podían venderlo sin la cédula catastral, que fue lo que hicieron… lo hicieron en esa época (durante la dictadura uruguaya)”, reconstruye Sánchez, voz cantante de unas 120 familias perjudicadas.
Joven maravilla. Cuando se le pregunta a Bachmann por sus negocios en el país vecino durante la dictadura, él da por terminada la breve (y también tensa) conversación con Día a Día. La misma experiencia tuvieron los periodistas Pablo Callejón y Guillermo Geremía, de Río Cuarto, quienes también marcaron el número del celular de Bachmann para consultarle por los negocios esteños.
Vecinos, periodistas y políticos uruguayos consideran que el paso de Bachmann por aquel país no se terminó con una desprolijidad en la comercialización de terrenos.
El nombre de Julio Héctor Bachmann llegaría a la Justicia y al Congreso charrúa luego de que el economista uruguayo Miguel Carrió develara, en 1987, que la empresa que conducía el argentino habría participado, junto con otras constructoras, de uno de los “grandes negociados” de la dictadura: el boom inmobiliario de Punta del Este y la zona adyacente, donde se construyeron viviendas humildes para quienes irían a trabajar al recoleto balneario.
Aquella operación habría dejado “propinas”, eufemismo que utilizan los uruguayos para denominar a las coimas, por 25 millones de dólares. El Banco Hipotecario Uruguayo, a cambio de las propinas, habría dado créditos sin muchas exigencias.
Quienes actuaron como querellantes sostienen que la dictadura de aquel país, en su huida, también borró las huellas del descalabro financiero, y que por eso la causa no prosperó.
Trapitos al sol. A principios de la década pasada el nombre de Bachmann volvió a mencionarse en estrados judiciales, esta vez en los que están de este lado del Río de la Plata. En el entrevero legal, quedó imputado por el delito de defraudación.
El diario La Nación, en su edición del 8 de febrero de 2003, informó que el actual director de Innviron quedó detenido por “contrabando textil”. En el artículo se aseguró que Bachmann comercializaba ropa importada que ingresaba al país –vía Uruguay– para ser “donada” a Paso Roballos, un pueblo de Santa Cruz en el que vivía una sola persona.
Él, en declaraciones a Telediario Digital, lo niega: “Nunca fui detenido”, y opina que lo publicado “fue una especulación periodística”.
Además, las chequeras de dos ONG que canalizaban las “donaciones” habrían sido utilizadas por Bachmann para operar un exclusivo restaurante del complejo Costa Salguero, en la Costanera porteña.
“Yo traje la inversión de Innviron al país y si tuviera algún problema no me confiarían semejante responsabilidad”, argumenta ahora Bachmann.

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El futuro de la basura, ciudad por ciudad

Innviron Argentina tiene en la mira el tratamiento de los residuos urbanos, mediante un sistema de quema controlada, de Córdoba, Río Cuarto y Villa María. Utilizada como combustible, la basura servirá para poner en marcha turbinas eléctricas.
En esta ciudad, el contrato entre Innviron y la Muni se firmará en los próximos días. Según el anuncio, en un año la planta de tratamiento estará a full. Innviron cobrará por cada tonelada tratada 73,5 pesos, lo que lleva la facturación anual (tomando la cantidad enterrada en Bouwer durante 2009) a los 47,5 millones de pesos.
A eso se sumarán las otras “fuentes de financiamiento” que obtenga la empresa por la venta de productos reciclables y de energía. Hasta ahora, el proyecto no ha tenido ningún cuestionamiento de fondo por parte del Concejo Deliberante. Sí se opone un grupo de vecinos de Ituzaingó, el barrio que más cerca estará de la futura planta, a unos cuatro kilómetros.
En Villa María, foco del kirchnerismo, Innviron firmó un acuerdo con el municipio en horas. Fue el 6 de mayo último, y convirtió a la ciudad que conduce Eduardo Accastello en la cabeza de playa del desembarco.
Distinto es el clima en Río Cuarto. Allí, referentes de la oposición criticaron abiertamente el supuesto “apresuramiento” del intendente Juan Jure por negociar con Innviron. Incluso, el concejal del PJ Guillermo Natali advirtió que “algunos socios de Innviron tienen antecedentes penales”, en aparente alusión a Bachmann.
Pese a esto, Innviron presentará una “iniciativa privada” para que el municipio licite el tratamiento de residuos utilizando el sistema de quema para la generación de energía. El ministro de Agricultura, Carlos Gutiérrez, “avaló” el procedimiento propuesto por la compañía de origen estadounidense. Los delasotistas dicen que hay que analizarlo sin apuro.

Los que juegan de local
Sergio Nirich. Fue funcionario municipal mientras se gestaba el proyecto de tratamiento de residuos. De ahí, saltó a directivo de Innviron, donde actualmente trabaja. Se lo vincula con el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido.
Jorge Franco. Es el socio fundador de Innviron Argentina. Titular de Medio Ambiente S.A, empresa que recolecta la basura en Villa María. Medio Ambiente fue aportante de la campaña de Eduardo Accastello.
Felipe y Alberto Giaimo. Padre e hijo son los síndicos. Son empresarios cordobeses. El último es director de Somica, la minera catamarqueña que explota Minas Capillitas.
Cristina Curtino. La presidenta del Colegio de Abogados de Córdoba es directora suplente de Innviron.
Martín Moretti. Es otro directivo: un reconocido pizzero de Lomas de Zamora, en Buenos Aires.
Se armó. Innviron Argentina fue inscripta 21 días antes de que se anunciara el cierre de Bouwer.
$ 500 mil. Es el capital accionario.
U$S 206 millones. Es la inversión que anunciaron para la planta de tratamientos de residuos de la ciudad de Córdoba.

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