19 feb 2010

En Córdoba tampoco se detiene el desmonte

Comercio y Justicia (19/02/2010)
En América Latina no se detiene el desmonte

Pese a los importantes avances ambientales producidos los últimos 15 años, a través de los cuales por lo menos se retrajeron procesos muy nocivos –como la utilización de sustancias que agotan la capa de ozono-, América Latina aún muestra una de las peores caras del progreso: la continua disminución de las superficies boscosas y el aumento sostenido de las emisiones de dióxido de carbono. Estas situaciones están frenando el cumplimiento de las metas regionales impuestas. En ese marco, la provincia de Córdoba mostró en los últimos años una de las tasas de desmonte más altas del mundo.
De acuerdo con el último informe de Naciones Unidas, que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) difundió ayer, la región mostró importantes avances ambientales entre 1990 y 2005: la superficie total de áreas protegidas creció 120%, el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono disminuyó 85%, se expandió levemente la cobertura de los servicios de agua potable (10%) y de saneamiento (17%), aunque en esta última cuestión se relevaron grandes diferencias por área geográfica y niveles de ingreso en cada país.
Los interrogantes sobre el estado del ambiente surgen muchas veces por la imposibilidad de relevamientos confiables que permitan conocer la situación de los distintos países de la región. En ese sentido, el informe de la ONU advirtió que “se carece de estadísticas precisas y comparables para concluir una tendencia en otros indicadores respecto de las poblaciones de peces que están dentro de los límites biológicos seguros, los recursos hídricos utilizados y las especies en peligro de extinción”.

El avance del desmonte
Según destacó el trabajo, hubo retrocesos en dos procesos muy importantes, donde la actividad económica tiene una fuerte responsabilidad: la cobertura boscosa y la emisión de dióxido de carbono. La tasa de deforestación en América Latina y el Caribe duplica el promedio mundial. Entre 1990 y 2005, la superficie cubierta por bosques en la región se redujo siete por ciento, lo cual resulta equivalente a la pérdida de 69 millones de hectáreas.
Según el informe, 86% de esta pérdida se registró al sur del continente, especialmente en el Amazonas. “Aunque algunos países, como Chile y Uruguay han incrementado su superficie forestal a través de plantaciones industriales a gran escala, éstas no pueden sustituir las funciones ecológicas y de protección de la biodiversidad”, aclaró.
Por su parte, las emisiones de dióxido de carbono debido a la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento aumentaron en términos absolutos. Entre 1990 y 2005, crecieron cerca de 41%, aunque la relación entre éstas y el PBI descendió levemente. Pese a este incremento global, las emisiones totales y per capita regionales representan una pequeña fracción de las registradas en los países desarrollados.
Ocurre que estas cifras excluyen los envíos producidos por cambios de uso del suelo (muy común en la agricultura) y la deforestación, con lo cual se está subestimando el aporte de la región. El dato no es menor porque se calcula que a nivel mundial, América Latina y el Caribe, que tienen economías fuertemente primarizadas, son los responsables de casi 50% de las emisiones de dióxido de carbono por cambio de uso del suelo.

La situación en Córdoba
Si bien resulta difícil medir con precisión el avance del desmonte en la provincia, los especialistas coinciden en que durante los últimos 15 años se produjo un avance creciente e intenso en la deforestación de las últimas zonas de monte que quedaban.
Según datos divulgados en 2008 por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), hace menos de 100 años Córdoba tenía 75% de su territorio cubierto de montes nativos. “Para 2000 se había perdido 85% de esa vegetación natural y el porcentaje se acrecentó hasta la actualidad”, se indicó.
De acuerdo con el estudio difundido por la casa de estudios, “el ritmo de avance de la deforestación sobre los bosques restantes fue voraz, a tasas que superan las más graves situaciones mundiales: entre 1969 y 1999 el índice de desmonte en la provincia osciló entre el cinco por ciento y el nueve por ciento anual según las zonas, mientras que la de Sumatra y la del Amazonas, dos casos de emergencia planetaria en deforestación, eran del tres por ciento y del 0,38% respectivamente”.
El informe de la UNC, difundido a través de su publicación institucional, especificó además que antes de la expansión de la agricultura, los bosques ocupaban en Córdoba alrededor de 11 millones de hectáreas. “Durante el siglo pasado y hasta la actualidad la provincia de Córdoba perdió unos 93.500 kilómetros cuadrados de bosques, lo que equivale a 9,3 millones de hectáreas aproximadamente”, señala el trabajo.
Los investigadores reconocen que la causa principal del desmonte en el norte provincial –donde es más intenso en la actualidad- es la extensión de la frontera agropecuaria, vinculada a los agronegocios. Sobre ello deberá controlar el Ejecutivo provincial y legislar la Unicameral, que entre sus proyectos cuenta con una propuesta generada por la Comisión de Ordenamiento Territorial del Bosque Nativo, que integraron productores, organizaciones sociales e investigadores.

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