26 dic 2009

Las lluvias ahora son un peligro...

La Voz del Interior (26/12/2009)
Lluvias, un peligro para casi toda la Capital



Un trabajo de la UNC realizado en 2001 muestra las zonas de riesgo. Igual se construyeron urbanizaciones en esos sectores.
Según un estudio realizado por la Universidad Nacional de Córdoba, gran parte de la Capital provincial corre riesgo de anegamiento ante la caída de lluvias.
Eso sucedió el 18 de diciembre en barrios del norte de la ciudad de Córdoba; y la situación se repitió el miércoles en el centro y sur. Sólo basta una lluvia de al menos 40 milímetros en un corto lapso de tiempo para que la situación se complique, advierte la “Carta de peligrosidad de inundación, erosión y anegamiento para las acciones de prevención”.
Se trata de un mapa que detalla las características geológicas de la Capital, resaltando los lugares fácilmente anegables. El trabajo fue elaborado en 2001 por Francisco Quintana Salvat y Osvaldo Barbeito, investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, a pedido de la Municipalidad. Esto convirtió a la ciudad en la única de América Latina en contar con este instrumento que, sin embargo, no se utilizó a la hora de planificar las urbanizaciones de los últimos ocho años.
Quintana Salvat y Barbeito afirman que la razón por la que la ciudad es altamente anegable es porque el ejido urbano es similar a un pozo cortado por una zanja: el valle del río Suquía. Hacia allí se escurren las aguas provenientes de precipitaciones.
Las aguas que anegan la zona norte vienen del flanco oriental de las Sierras Chicas, y otras se juntan a la altura del Aeropuerto Ambrosio Taravella. “En la zona norte el agua ingresa por un cañadón que pega contra el Canal Maestro, rompiendo el borde y produce un doble efecto: embalse y desborde”, aseguró Quintana Salvat.
Las aguas que afectan al sector sur provienen de la sierra de Malagueño y Los Cerrillos. Los barrios más afectados son Villa El Libertador, Alejandro Carbó, Comercial.
El trabajo advierte que, desde la década de 1950, no se han realizado obras de infraestructura para contener esas corrientes. También afirma que gran parte de la infraestructura que se construyó en las últimas décadas terminó complicando el panorama. Sobre las obras de la Red de Accesos a Córdoba (RAC), asegura: “Varias de las obras hidráulicas construidas se ven sobrepasadas en su capacidad de evacuación, o bien son insuficientes e inadecuadas para la hidrología del área”.
Tampoco se planificó el crecimiento de la ciudad teniendo en cuenta las características geomorfológicas. Se autorizaron urbanizaciones en cañadas, que son depresiones que juntan las aguas luego de una precipitación. Por ejemplo, sectores de Los Gigantes, Villa Quisquisacate, Villa 9 de Julio, Uocra, 16 de Noviembre; y barrios privados como los ubicados detrás de la Reserva San Martín.
Los últimos nueve años. Tal vez el problema de mayor gravedad es que se continuó con las urbanizaciones sin planificación en los últimos nueve años, cuando la Municipalidad ya contaba con el mapa elaborado por la Universidad.
Sin embargo, se hizo caso omiso: después de 2001, se autorizaron decenas de nuevos barrios, muchos de ellos countries de altísimo costo y que con la lluvia del 18 de diciembre quedaron bajo el agua.
Villa Allende aclara. El intendente de Villa Allende, Máximo Martínez, aclaró que se ejecutaron tres lagunas de retardo sobre un total de 20 que deberían ejecutarse en todo este sector de las Sierras Chicas. Puntualizó que la más importante se construyó en el campo Cornú, mientras que otras dos se efectuaron en los countries San Isidro y Chacras de la Villa. Los antecedentes. Entre el 12 y 13 de marzo de 2000, cayeron 160 milímetros en poco tiempo. Hubo más de 700 evacuados en diferentes barrios de la ciudad. El 31 de octubre de 1999, una lluvia de 102 milímetros anegó la zona sur de la ciudad.

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Más Información:
- Planificación, esa mala palabra
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Día a Día (26/12/2009)
Hasta marzo habrá inundaciones

Lo asegura Diego Concha, director de Defensa Civil de la Provincia, quien asegura que “hay ciudades mejor preparadas que otras”.
Cuando todo el mundo clamaba por lluvias y el suelo cordobés se resquebrajaba por la sequía bajo los primeros soles de la primavera, los dichos y advertencias del director de Defensa Civil de la Provincia eran tomados con algo de escepticismo.
Hoy, con varios aluviones en diversos puntos de nuestra geografía, y con la sensación de que la provincia y la ciudad no están del todo preparadas para soportar lluvias copiosas, la voz de Diego Concha sigue anunciando el mismo mensaje, pero ahora lo toman mucho más en serio.
“Estamos ante el efecto de la Corriente del Niño”, dice el bombero, quien acude a diagnósticos de especialistas y preanuncia un verano “muy llovedor, con tormentas severas como las que venimos teniendo: mucho milimetraje en poco tiempo, con piedra y granizo, fuertes vientos y tormentas eléctricas”.
Si hasta el propio gobernador Juan Schiaretti ya parece tenerla clara, y ayer señaló: “Estamos pasando del período de seca al de intensa lluvia. Toda la dirigencia tiene que buscar soluciones de coyuntura para paliar estos problemas y encarar las soluciones de fondo”.
Estar preparados. Es por esta razón, que ni bien asumió en su cargo, hace tres meses, Concha comenzó a recorrer los departamentos provinciales para advertir a los intendentes acerca del verano que se venía. “Consideramos que había que juntarse con los intendentes, con la Policía y los bomberos de cada zona, para movilizarlos a que comiencen a elaborar planes preventivos de defensa civil”, señala.
La intención de su dirección, que depende del Ministerio de Gobierno, es que cada municipio y comuna tenga aceitada al máximo su junta de defensa civil local para poder hacer frente a situaciones de zozobra, en una situación se se extenderá “durante todo el verano y hasta avanzado marzo”.
“Recién en el caso de que los recursos locales se vean superados por la emergencia es que Defensa Civil provincial se convierte en la máxima autoridad para coordinar todas las actuaciones”, señala.
Para el funcionario, es necesario que “cada autoridad local tenga bien definida la situación y previstos los roles”. En tal sentido también apunta a la responsabilidad de los intendentes: “Si yo no limpio las alcantarillas por donde tiene que escurrir el agua, si tengo arroyos que pasan por el medio del pueblo y lo tengo tapado de mugre, es probable que vaya a tener problemas”, describe.
Concha consideró que donde mejor se está trabajando a nivel prevención es en los municipios de Jesús María, Río Cuarto y Río Ceballos, y también en la Comunidad Regional de Punilla, y los departamentos de Traslasierra y Calamuchita. Sobre la ciudad de Córdoba, reconoce que se encuentran con “algunas dificultades estructurales”.
Ríos peligrosos. Una de las cuestiones que generan preocupación en las autoridades provinciales es el peligro de los ríos serranos ante las lluvias copiosas. Sólo ayer murieron dos personas en Bialet Massé y en el Dique La Quebrada, y saben que se va a repetir. “Lamentablemente es probable que tengamos varias muertes más, pero no queremos que ocurra eso”, dice Diego Concha.
En tal sentido, y a nivel de advertencia, señala que “el río tiene sus peligros” y pide especialmente a los turistas y visitantes que obedezcan decididamente a las autoridades locales de defensa civil que manejan información sobre las crecidas de los ríos serranos.

En la ciudad, días de miércoles
Con los desagües convertidos en un bien escaso debido a la falta de inversiones suficientes durante los últimos 20 años, la ciudad de Córdoba también está a “merced del agua”. Y si el verano sigue abundando en precipitaciones como las del miércoles (muy intensas en lapsos muy cortos), los barrios castigados por correntadas, las calles inundadas y las viviendas invadidas por el agua serán moneda corriente.
Ese panorama trazó el director de Defensa Civil municipal, Martín Luque, quien explicó que los graves problemas que padeció la ciudad en durante las dos últimas tormentas se deben a la combinación de varios factores. “Hace dos décadas que no se acompaña con inversión en desagües el gran crecimiento de la ciudad. Además, se han realizado muchas obras privadas que desvían las cuencas de agua que circulan por el ejido sin que el Estado exija que a la par se construyan los desagües que pueden compensar ese cambio”, explicó Luque, asegurando que el tipo de lluvia caída potenció el déficit. Sobre la correntada de agua que anegó Quintas de Santa Ana y Alberdi el miércoles, el funcionario explicó que el torrente descendió de Ruta 20, a donde llega agua de una gran cuenca que va bajando al río buscando unas cinco calles “colectoras de agua”: Sol de Mayo, Brown, Zanni, Río Negro y Paso de los Andes. El caudal que circuló excedió ampliamente la capacidad del desagüe que va por calle Chubut.
Sobre el rol de los canales maestros Norte y Sur, Luque señaló que son obras de riego, que a modo de “parche” (por falta de infraestructura) se vienen usando como desagües cuando llueve. Sin embargo, su capacidad no alcanza a evacuar grandes volúmenes de agua. “Encima sus riberas están invadidas por barrios que desechan basura al cauce, y la Provincia no usa el poder de policía para liberarlas”, dijo Luque. Y reconoció que tampoco el municipio aporta un buen mantenimiento a los canales.

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- La tormenta pasa, la bronca permanece

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