28 oct 2009

Bolsas de plástico, un problema mayúsculo

Diario Democracia de Villa Dolores (28/10/2009)
Bolsas de plástico, un problema mayúsculo

Las bolsas de plástico están colonizando cada espacio que está a su alcance a raíz de su utilización indiscriminada. Representan un gran foco de contaminación al cual se le debe hacer frente, tratando de eliminar su uso antes de que terminen por contaminar cada espacio existente.
Se estima que se utilizan más de dos mil millones de bolsas de polietileno por año en Argentina, lo que equivale a unas 66 mil toneladas. Es sin lugar a dudas un gravísimo problema de contaminación ambiental, de características mayúsculas, más aún si se tiene en cuenta que el nylon tarda entre 100 y 400 años en biodegradarse.
Por suerte, en varias comunidades ha comenzado a darse una incipiente conciencia sobre el daño ambiental que provoca ese material descartable, tanto es así que hay varias iniciativas tendientes a desalentar su uso en la vida cotidiana.
En la ciudad de Villa Dolores, el Concejo Deliberante ha comenzado el estudio de un proyecto que tiende a morigerar el uso de las bolsas. En acuerdo del cuerpo orgánico, y luego de ser profundamente debatido el pasado lunes, la iniciativa pasó a comisión para su análisis.
El proyecto habla de la prohibición de la entrega de bolsas, sobres y envoltorios de plástico por parte del comercio en general, que no reúna las características biodegradables, oxidegradables e hidrodegradables.
La futura norma instituye un año de plazo para que los comercios realicen los cambios necesarios y establece la importancia de campañas de concienciación para el uso de bolsas biodegradables y la reconversión de los fabricantes de bolsas de plásticos.
La comisión legislativa tiene por fin trabajar en la redacción y ordenamiento de los artículos del proyecto presentado, con miembros de ambos bloques, para luego efectuar un despacho de comisión con el fin de que sea tratado en el seno del Concejo Deliberante, suponiéndose una posible aprobación.
En este marco, habrá que determinar si es realmente posible el reemplazo de las bolsas de polietileno por biodegradables, ya que, según varios informes, la tecnología necesaria para fabricarlas aún no está desarrollada. Al mismo tiempo, hay que considerar que el éxito de la norma dependerá de todos, ya que se invita a un cambio de conducta. Será muy importante cómo se instrumente, porque de lo contrario no tendrá éxito.
La Municipalidad, los comercios y los vecinos deberán ejercer un gran rol de control y de concienciación, contemplando a la vez que es difícil la utilización de bolsas biodegradables, oxidegradables o hidrodegradables, debido a su posible inexistencia en el mercado, por lo que se debe impulsar la posibilidad de volver a la vieja bolsa de compras, que es reutilizable.
En Argentina, las bolsas no se reciclan y la gran mayoría termina por obstruir o tapar cloacas y desagües, en basurales a cielo abierto o por contaminar ríos, mares o vastos territorios naturales, donde pueden afectar la salud de animales.
En nuestro país, la distribución de bolsas de polietileno comenzó a mediados de la década del 80 y se acentuó a fines del 90. Hoy se utilizan más de dos mil millones de bolsas de plástico de alta densidad por año. Sería importante que Villa Dolores, sus instituciones, comercios y ciudadanos se sumen a las comunidades que han empezado desterrar de la vida cotidiana a estos elementos contaminantes.
El proyecto que se estudia en el Concejo Deliberante propone prohibición en la entrega de las bolsas. Resulta una iniciativa acertada, que debe estar impregnada por una simple norma de acción: “Es mejor propender a la minimización de la generación de residuos, que reemplazar un residuo por otro, aunque sea biodegradable”. Esto, sumado a la concienciación de toda la población y a un control irrestricto, coadyuvará a reducir la disposición final de residuos y a crear una ciudad acorde a los tiempos modernos.

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