18 ago 2009
Bouwer de pie por las pilas de CABA
11:25 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (18/08/2009)
Bouwer, en alerta por “importación” de pilas
Capital Federal enviaría al predio de Taym 10 toneladas de baterías viejas. En la localidad no aceptarán el ingreso del material.
Los vecinos de Bouwer se declararon en alerta ante la posibilidad de que la ciudad de Buenos Aires envíe 10 toneladas de pilas en desuso, para ser tratadas en el predio que la empresa Taym posee a pocos kilómetros de esa localidad del Gran Córdoba.
La noticia se conoció ayer por un artículo del diario porteño Crítica de la Argentina, en el que se detallaba una iniciativa del Gobierno de la Capital Federal para el tratamiento de pilas viejas. Esas pilas se habían acumulado durante años en diferentes instituciones, hasta que el Gobierno se decidió a recolectarlas.
Tras ocho meses de trabajo, se juntaron 10 mil kilos de baterías viejas con mercurio agregado, un metal pesado extremadamente contaminante. En esa nota, la Agencia de Protección Ambiental de Buenos Aires (Apra) aseguraba que lo recolectado tenía como destino final la planta que Taym –perteneciente al grupo Roggio– posee en Potrero del Estado.
La noticia corrió como reguero de pólvora en Bouwer, localidad ubicada 18 kilómetros al sur de Córdoba y unos cuatro kilómetros al este del predio de Taym. "Nosotros vamos a tratar que esto no llegue, porque estamos importando residuos para Córdoba", afirmó el jefe comunal de Bouwer, Juan Lupi.
"Sólo funcionarios insensibles que quieren sacarse el problema de encima pueden mandarnos su basura tóxica. Le decimos claramente a Buenos Aires que no vamos a dejar que sus pilas usadas nos arruinen la vida", dijo la vecina Isabel Pires.
Lupi también criticó duramente a Taym: "Se le está pasando la mano, el rédito lo ganan ellos y nosotros nos agarramos el problema ambiental que generan allí". Hoy a las 20 se realizará una reunión en la localidad para analizar el tema. Estarán presentes las autoridades comunales y de la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam).
Por qué Córdoba. Este diario se comunicó con el vocero de Apra, Andrés Grippo, quien explicó que el destino de las pilas no es un relleno sanitario convencional, sino uno de seguridad. "El relleno de seguridad tiene todas las medidas para evitar que cualquier contaminante llegue a la tierra" sostuvo Grippo.
La elección de Córdoba se realizó porque sólo hay cuatro rellenos de seguridad en todo el país. Tres de esos están en la provincia de Buenos Aires y el otro es el de Taym, en Potrero del Estado.
"El tema es que la Constitución de la Provincia de Buenos Aires impide que ingresen residuos peligrosos de cualquier otra jurisdicción. Entonces no las podemos enviar allí", indicó Grippo.
Por ese motivo, Apra pidió un presupuesto a Taym para el tratamiento de las 10 toneladas de pilas. Según Grippo, la empresa cotizó la operación en 20 mil pesos, a razón de 1,2 peso por kilo.
Sin contrato firmado. Uno de los detalles más importantes en todo el conflicto que desató la posibilidad del envío de pilas porteñas a Córdoba es que todavía no se firmó el contrato con Taym. "Estamos en los procesos administrativos", sostuvieron en la agencia ambiental de Capital Federal.
La información fue confirmada por Taym, que en un primer momento negó cualquier tipo de contacto con el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, hecho que después fue relativizado.
"No hay un contrato formal para el enterramiento. Aunque puede haber presupuestos enviados", subrayó el vocero de la empresa, Agustín Heredia.
No obstante, aclaró que Taym está preparada y habilitada para para tratar residuos peligrosos. "Nosotros como empresa estamos habilitados totalmente, y tenemos un sistema que se llama landfill, que es un proceso de enterramiento en el que inertizamos las pilas", se explayó Heredia.
En ese sentido, recordó que tiempo atrás se realizó esa tarea por encargo de la Municipalidad de Córdoba. "Hay que destacar que nosotros siempre estamos en contacto con las universidades para estar al día con los nuevos procesos", finalizó el vocero de la empresa del grupo Roggio.
Intervendrá Ambiente. El secretario de Ambiente de la Provincia, Raúl Costa, indicó que su repartición intervendrá en el caso. Además, aclaró que no hubo comunicación formal por parte de Apra sobre la importación de las pilas.
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Proyecto para evitar el ingreso de basura “ajena”
La Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam) presentará hoy en la Legislatura provincial un proyecto de ley destinado a impedir el ingreso a la provincia de Córdoba de residuos peligrosos o radiactivos que procedan de otras provincias, de la ciudad autónoma de Buenos Aires o de otros países.
El artículo 2° del proyecto elaborado por el biólogo Raúl Montenegro se refiere en particular a las pilas y señala: "Queda prohibido el ingreso y/o importación a la provincia de Córdoba de pilas o baterías usadas, descargadas o en desuso, o de sus partes" provenientes de cualquier sitio externo a los límites de la provincia de Córdoba.
El proyecto también prohíbe la incineración de pilas como método de desactivación; su descarga al ambiente, aguas superficiales o subterráneas; su acumulación en el suelo, los basurales abiertos o los rellenos sanitarios.
El texto del proyecto también prohíbe la colocación de pilas en "matrices de cemento o vidrio" –este tipo de procedimiento es el que Taym prevé realizar con las pilas de la ciudad de Buenos Aires– y establece que las pilas deben ser tratadas antes de ser depositadas, y que hasta que ese proceso ocurra "deberán permanecer en depósitos de alta seguridad.
La propuesta de Funam también incluye la creación de un programa provincial de manejo y tratamiento de las pilas usadas, para evitar que sean descargadas al ambiente. Ese programa –al igual que la ley nacional de residuos peligrosos– establece que son las empresas productoras o importadoras de pilas y baterías que que deben hacerse cargo del tratamiento y la disposición final de esos elementos altamente contaminantes.
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Ningún municipio tiene resuelto qué hacer con las pilas
Algunos pocos ensayan respuestas, pero parciales. Ambiente de la Provincia no tiene fijado un marco regulatorio general.
Pocos son los municipios cordobeses que han buscado alguna solución al dilema que presentan las pilas como residuo. Dentro de los problemas que genera la ausencia de tratamiento adecuado final de la basura, el de las pilas es uno de los de mayor riesgo contaminante.
Ninguna localidad cordobesa tiene solucionada esa cuestión y en todas, la mayoría de las pilas terminan mezcladas en los basurales. Algunas han intentado algunas salidas o ensayos parciales.
La mayoría de los esfuerzos aparece como aislada, ante la carencia de una política oficial a nivel provincial que regule en la materia y que contemple la recepción organizada y diferenciada de estos objetos considerados residuos peligrosos.
Los aparatos alimentados por pilas y baterías van desde juguetes a teléfonos celulares, pasando por radios, afeitadoras y relojes, entre una larga lista.
El problema se suscita con el descarte de estos elementos por el impacto ambiental que generan, aunque con matices según sean de mercurio, níquel, cadmio u otros componentes. El riesgo contaminante mayor para la salud humana reside cuando la descomposición de estos elementos toma contacto con las aguas subterráneas o superficiales.
Sin un plan provincial
Desde la Secretaría de Ambiente de la Provincia, Horacio Farchetto, titular del área de Residuos Sólidos Urbanos, planteó ante la consulta de LA VOZ DEL INTERIOR que deben ser los municipios los que recepten y de algún modo acopien las pilas si pretenden un impacto menor. Sugirió que previamente cada uno elabore una ordenanza "de gestión integral", es decir que defina el destino desde el hogar hasta su disposición final, además de campañas de concientización para que la gente no arroje las baterías junto al resto de la basura, sino en sitios especialmente destinados a su recolección.
El funcionario aseguró que el "encapsulado en cemento es lo más aconsejable" y enfatizó que "las pilas, sobre todo las de mayor poder contaminante, no debieran ir con la basura común".
Farchetto reconoció de todos modos que no hay reglamentaciones específicas a nivel provincial al respecto. Admitiendo esa carencia, anunció que "pronto" podría elaborarse ese marco: "Estamos trabajando para avanzar en una normativa específica para esto", prometió.
Mientras tanto, cada municipio hace lo que puede o quiere. Y la mayoría no hace específicamente nada. Algunos que habían dado algunos pasos, retrocedieron ante la falta de una solución integral.
Algunos casos
Villa Giardino , en Punilla, es reconocida como una de las localidades cordobesas que más empeño le ha dado al tratamiento de sus residuos. "Es lógico que nosotros como municipio o como región nos hagamos cargo", contestó Ernesto Racke, encargado del área de Ambiente , aunque admitiendo que en el caso de las pilas no tienen resuelta una salida. Racke dijo que por ahora no aconsejan el acopio de este tipo de residuos peligrosos, porque no hay un destino seguro definido.
En Río Cuarto, años atrás hubo una ordenanza que disponía crear un reservorio de baterías, pero posteriormente, el Código Ambiental creado cambió el criterio y la recomendación que desde entonces se mantiene es que, por disposiciones del organismo ambiental nacional, no es recomendable el acopio si no se ofrece un tratamiento final seguro luego. Como ese tratamiento no está disponible, la acumulación no sería aconsejada.
San Francisco tampoco tiene en marcha políticas oficiales en este punto.
En Villa María, el municipio instaló varios contenedores en dependencias municipales y escuelas, que luego retira y traslada al reservorio que una empresa opera en Bouwer, cerca de Córdoba. El sistema representa un aporte, pero recoge una mínima parte del total de pilas desechadas en la ciudad.
Río Tercero tuvo algún intento, que quedó trunco. El actual titular del área ambiental municipal, Carlos Siccardi, explicó que ya no se impulsan desde el municipio campañas masivas de acopio, hasta tanto no haya un destino final seguro para ofrecer. "No se avanzó porque el tratamiento final adecuado es muy oneroso", dijo. El funcionario señaló que si la ciudad logra apoyo nacional o provincial para construir un vertedero regional de residuos, se prevé incluir un reservorio para tratamiento de pilas.
Años atrás, el municipio riotercerense construyó en un espacio público (el Paseo del Riel) varios reservorios herméticos de cemento, junto a juegos infantiles, para que la gente deposite allí sus pilas. Pero del total de pilas generadas, es fácil estimar que una muy mínima cantidad es llevada por los vecinos en forma voluntaria a ese sitio. Como en todas las localidades que han ensayando ideas de ese tipo, la gran mayoría de las pilas sigue siendo arrojada con la basura en general.
En Bell Ville, el jefe del área ambiental municipal, Adrián Giuzzio, opinó que "el tema es una preocupación", aunque reconoció que por ahora no están haciendo nada. Se justificó en "la falta de políticas claras bajadas desde la Provincia" en este sentido. Giuzzio contó que están haciendo averiguaciones para dar respuestas a inquietudes presentadas por la sociedad y dijo que sólo recomendarán acopiarlas cuando se encuentre "un destino seguro".
En Santa Rosa de Calamuchita, a partir del trabajo de una escuela, se gestó hace más de 15 años el proyecto "Pilas en uso, pilas en desuso". La idea era promover su separación del resto de los residuos y procurarles un destino diferente para evitar el contacto con el ambiente. La iniciativa, impulsada por una docente en la escuela Mariano Moreno, logró ser reconocida en las ferias de ciencias escolares a nivel nacional y hasta participar de congresos latinoamericanos y obtener una mención de la Unesco.
No obstante, por falta de una decisión política municipal consistente para sustentarlo y por diferencias internas en el colegio, el proyecto se fue diluyendo. Nunca se consiguió, por ejemplo, un lugar para almacenar las pilas, pese a los intentos. De todos modos, cuando se practicaba, tampoco representaba que la mayoría de las pilas tuvieran ese destino, aunque generaba un destacado aporte a la conciencia comunitaria sobre el tema.
Quedaron en Santa Rosa personas o comercios que las siguen almacenando en bidones. Pero muchos de ellos ya dejaron de recibirlas al no lograr que el municipio las retire con un algún destino seguro. Unos pocos que quedan en esa tarea voluntaria comentaron que por su cuenta las llevan a lugares como el Colegio de Escribanos de Córdoba, que luego las traslada al sistema de enterramiento de Bouwer.
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Presupuestos municipales
Con el presupuesto en la mano, desde la Secretaría de Protección Civil y Medio Ambiente de Río Tercero detallaron que el precio que le cotizaron al municipio el año pasado "era de 400 pesos para trasladar cada recipiente de 200 litros cargado de pilas" por los 100 kilómetros que separan a esta ciudad del predio de enterramiento en Bouwer, a lo que se debía sumar "lo que cobra la empresa que allí trata esa basura, que era un peso por kilo de pila". Carlos Siccardi, a cargo del Área ambiental municipal en Río Tercero, calculó que esos valores "deben haber aumentado este año". Además, estimó que Río Tercero, con casi 50 mil habitantes, podría estar generando "unas 500 mil pilas por año".
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No todas tienen igual impacto ambiental
Pilas y baterías nos permiten tener energía disponible en forma portátil. Pero con un costo económico y ambiental importante. Económico, porque se estima que su corriente es 450 veces más cara que la eléctrica común. Y ambiental porque están hechas con sustancias muy contaminantes.
Individualmente, las pilas comunes son las menos riesgosas, porque sólo tienen ácidos. Sin embargo, si no son pilas de marca sino importadas y baratas, pueden tener muchos contaminantes por falta de exigencias en sus países de origen. Las pilas alcalinas eran antes más contaminantes, pues tenían restos de mercurio. Pero han mejorado mucho en los últimos años y las hay libres de mercurio, por lo que en ese caso hay lugares donde se recomienda tirarlas directamente con la basura común.
Pero hay aún pilas y baterías que contaminan con metales pesados la basura, al mezclarse con sus jugos –llamados lixiviados– que pueden terminar contaminando las aguas.
Las más riesgosas son las pilas "botón", que se usan en relojes y algunas calculadoras, porque tiene elevados niveles de mercurio. Otras muy peligrosas son las baterías recargables de níquel–cadmio, que suelen tener los celulares, pues el cadmio es una sustancia cancerígena.
Otras pilas recargables son las de níquel–hidruro metálico y las de litio, que serían las más recomendables, porque se pueden recargar (sin generan tantos residuos) y no contienen sustancias cancerígenas. Son las que actualmente se están extendiendo más en su uso.
A la pregunta qué hacer: reducir su consumo, usar recargables sin cadmio o alcalinas libres de mercurio, y disponer adecuadamente las usadas, recolectándolas en recipientes de plástico para llevarlas a los organismos ambientales que les den una disposición apropiada. Y siempre, sacar las pilas de los artefactos en desuso para evitar que se deterioren, arruinen el aparato y liberen sustancias tóxicas al alcance de la mano.
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En Justiniano Posse “fabrican” ladrillos
Justiniano Posse (en el departamento Unión) está entre las localidades que intentan dar algunos pasos. En los últimos siete meses, una campaña municipal en esta localidad de ocho mil habitantes recolectó unas 400 pilas, sobre todo a través de las escuelas, a las que se destinan premios como material bibliográfico o viajes educativos, por su colaboración.
Sebastián Bruno, del área ambiental municipal, rescató la creciente participación de los vecinos que depositan pilas en los contenedores habilitados, con las que se arman luego "ladrillos con cemento". El año pasado, por ejemplo, se usaron esos ladrillos cementados para construir la base de una gruta, alejada de la zona urbana. La idea, por ahora, es apostar a esa "salida" para que cada vez menos pilas terminen mezcladas con la basura.
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La Mañana de Córdoba (18/08/2009)
Rotundo rechazo por traslado de pilas a Bouwer
Unos 50 contenedores con 10 mil kilos de pilas usadas quieren ser enviados desde la ciudad de Buenos Aires al depósito de residuos peligrosos en Bouwer. Los vecinos presentarán hoy un proyecto de ley para prohibir su ingreso.
Ante el anuncio porteño sobre el envío de un millón de pilas a un relleno de seguridad en la provincia de Córdoba, los vecinos y las autoridades de la localidad de Bouwer -supuesto destino para estos dispositivos- mostraron su rotundo rechazo.
Hoy a las 19.30 se reunirán con los referentes ambientales y los asesores legales, para disponer las medidas a seguir para evitar el traslado. Juan Luppi, intendente de la comuna -donde ya se encuentra el predio de enterramiento de residuos de Córdoba Capital- aseguró que “desde ya nos oponemos nuevamente a que nos consideren el basurero de todo lo que no se usa”.
Tras ocho meses de recolección se juntaron desde distintos puntos de Buenos Aires diez toneladas de pilas provenientes de todos los puntos de la ciudad. Se trata de diez mil kilos de baterías viejas, con mercurio agregado, que serán enterradas en un relleno de seguridad de la provincia de Córdoba por un costo cercano a los 20.000 pesos. Según estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental (Apra), con este operativo se pudo “reunir la acumulación histórica de pilas viejas” que ahora están guardadas en 50 contenedores.
El anuncio tiene lugar a pocos meses que los vecinos de Bouwer lograran, después de años de reclamo, que el basural sea trasladado por la Municipalidad a un predio ubicado dentro del ejido capitalino.
Los vecinos además se mostraron furiosos porque “una vez más nos discriminaron. El gobierno de Mauricio Macri debe solucionar el problema de las pilas y baterías usadas en Buenos Aires, no en Córdoba”.
Por su parte el bioquímico Adolfo González, asesor técnico de la comuna de Bouwer, indicó que los cordobeses “no tienen por qué ser el basurero de la ciudad de Buenos Aires”. En las pilas usadas hasta un 50% de sus materiales son tóxicos.
Juan Lupi, jefe comunal de Bouwer, indicó que “quieren transformar Bouwer en el patio de atrás de Buenos Aires y del país” y que los vecinos “están hartos de que gente que vive lejos les envíe su basura tóxica y les arruine la vida”.
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Hoy Día (18/08/2009)
Otro mazazo a Bouwer
Autoridades de la localidad de Bouwer, en el Gran Córdoba, y ambientalistas rechazaron ayer en forma terminante la posibilidad de que en esa población sean enterradas alrededor de un millón de pilas en desuso que estuvieron guardadas durante años en escuelas, clubes y otros lugares de la ciudad de Buenos Aires. Cabe recordar que los vecinos de Bouwer vienen sosteniendo un largo reclamo para que se cierre el basural de Potrero del Estado. La nueva polémica se desató en la víspera luego de que Crítica Digital detallara que 10.000 kilos de baterías viejas, con mercurio agregado, serán enterrados en los predios de la firma Taym, en Bouwer.
Asimismo, la Agencia de Protección Ambiental de Buenos Aires confirmó que el lugar elegido para el enterramiento es esa localidad. La primera reacción vino del jefe comunal de Bouwer, Juan Luppi, quien señaló por Radio Universidad que está averiguando “qué va a pasar definitivamente. Nos enteramos siempre al último, sólo por los medios". "Nos vamos a juntar mañana (por hoy) con nuestros asesores; desde ya nos oponemos nuevamente a que nos consideren el basurero de todo lo que no se usa".
Al ser consultado sobre el tema, Raúl Montenegro, presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente, puso énfasis en dos palabras: “sorpresa y preocupación”. “Sorpresa porque en la provincia de Córdoba el manejo ambiental no ha sido precisamente el mejor. La palabra siguiente es preocupación; realmente me parece una verdadera estafa que la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires haga una campaña verde y termine descargándole un problema a una provincia como Córdoba. Pensemos que las empresas que generan pilas son las que verdaderamente se deberían hacer cargo de tratar estos residuos y no ser Córdoba el basurero del país”, detalló.
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Día a Día (18/08/2009)
Los porteños nos traen una "pila" de problemas
Juntaron un millón de pilas en desuso y las autoridades no tuvieron mejor idea que mandarlas a Bouwer. Pero acá, nadie quiere saber nada.
Dicen que están hartos. Que van a resistir. Y que si hace falta, otra vez, cortar la ruta para proteger el vapuleado medio ambiente de la comuna, no tendrán problema en hacerlo. Porque la paciencia de los vecinos de Bouwer ya llegó a un límite.
La polémica se generó ayer ante una nota del diario Crítica que anunció que 50 contenedores con 10 toneladas de pilas acumuladas en la Capital Federal durante ocho meses, serían enviadas a Córdoba para ser depositadas en la planta de Taym, en la zona de Potrero del Estado, muy cerca de la comuna de Bouwer.
La información fue ratificada por Graciela Gerola, titular de la Agencia de Protección Ambiental capitalina, al argumentar que “la Constitución de Buenos Aires prohíbe” la recepción de residuos peligrosos, y “por eso se envía a Córdoba”. Y sin comprometerse demasiado por el medio ambiente de esta parte del país, declaró a Radio Universidad que “si Córdoba tiene mal hecho el relleno de seguridad, es un problema de Córdoba y no de Buenos Aires”. También ratificó que el destino sería la empresa Taym.
El grito en el cielo. La reacción no se hizo esperar. Vecinos y autoridades de Bouwer pusieron el grito en el cielo ante esta nueva amenaza ambiental, que se suma a las que ya padece la comuna ubicada al sur de la ciudad de Córdoba.
“Otra vez somos los últimos en enterarnos”, se quejó el intendente Juan Luppi, quien adelantó su rotunda oposición a ser considerados “el basurero de todo lo que no se usa” y acusó que “quieren transformar Bouwer en el patio de atrás de Buenos Aires”, indicando que los vecinos “están hartos de que gente que vive lejos les envíe su basura tóxica y les arruine la vida”.
Por su parte, el biólogo Raúl Montenegro, que asesora a esa comuna, señaló que que las 10 toneladas de pilas usadas “tienen cantidades importantes de mercurio, sustancia extremadamente tóxica, además de otros metales peligrosos”. Para graficar la peligrosidad, agregó que “una sola pila alcalina con mercurio puede contaminar 167 mil litros de agua”, remarcando que “lo que quieren enviarnos es un residuo altamente peligroso”. Rápido de reflejos, Montenegro envió un proyecto de ley para que la Unicameral prohíba la entrada de residuos peligrosos provenientes de otros distritos.
Mirar para otro lado. Dentro de esta polémica, tampoco faltaron algunas gambetas, tanto de parte de la autoridad ambiental de la Provincia, como de los voceros de la empresa Taym.
En el primer caso, el secretario de Ambiente, Raúl Costa, se mostró “sorprendido” por la noticia. “Estamos todos alterados con este tema, porque no tenemos ninguna información oficial”, dijo el funcionario. Pero no se mostró demasiado firme, al admitir que “si se firmó un contrato entre Buenos Aires y la firma privada, no necesariamente tendría la obligación de informarnos”.
Desde Taym la respuesta fue más sorprendente, al desconocer cualquier vínculo. “No sólo que no tenemos ningún contrato. No tenemos ningún contacto con la ciudad de Buenos Aires”, dijo el vocero de la firma, Agustín Heredia.
Pequeños “venenitos” envasados
Pila botón. Una pila de mercurio puede contaminar 600.000 litros de agua.
Alcalina. Si tiene mercurio, arruina 167.000 litros de agua.
Vade retro. Cada pila y batería tiene, en promedio, un 30% de sustancias tóxicas.
Caras de hacer. Fabricar una pila consume 50 veces más energía de la que ésta genera.
Prefiero el enchufe. El costo de la energía que cada pila produce es 450 veces más cara que la energía obtenida de la red eléctrica domiciliaria.
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Bouwer, en alerta por “importación” de pilas
Capital Federal enviaría al predio de Taym 10 toneladas de baterías viejas. En la localidad no aceptarán el ingreso del material.
Los vecinos de Bouwer se declararon en alerta ante la posibilidad de que la ciudad de Buenos Aires envíe 10 toneladas de pilas en desuso, para ser tratadas en el predio que la empresa Taym posee a pocos kilómetros de esa localidad del Gran Córdoba.
La noticia se conoció ayer por un artículo del diario porteño Crítica de la Argentina, en el que se detallaba una iniciativa del Gobierno de la Capital Federal para el tratamiento de pilas viejas. Esas pilas se habían acumulado durante años en diferentes instituciones, hasta que el Gobierno se decidió a recolectarlas.
Tras ocho meses de trabajo, se juntaron 10 mil kilos de baterías viejas con mercurio agregado, un metal pesado extremadamente contaminante. En esa nota, la Agencia de Protección Ambiental de Buenos Aires (Apra) aseguraba que lo recolectado tenía como destino final la planta que Taym –perteneciente al grupo Roggio– posee en Potrero del Estado.
La noticia corrió como reguero de pólvora en Bouwer, localidad ubicada 18 kilómetros al sur de Córdoba y unos cuatro kilómetros al este del predio de Taym. "Nosotros vamos a tratar que esto no llegue, porque estamos importando residuos para Córdoba", afirmó el jefe comunal de Bouwer, Juan Lupi.
"Sólo funcionarios insensibles que quieren sacarse el problema de encima pueden mandarnos su basura tóxica. Le decimos claramente a Buenos Aires que no vamos a dejar que sus pilas usadas nos arruinen la vida", dijo la vecina Isabel Pires.
Lupi también criticó duramente a Taym: "Se le está pasando la mano, el rédito lo ganan ellos y nosotros nos agarramos el problema ambiental que generan allí". Hoy a las 20 se realizará una reunión en la localidad para analizar el tema. Estarán presentes las autoridades comunales y de la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam).
Por qué Córdoba. Este diario se comunicó con el vocero de Apra, Andrés Grippo, quien explicó que el destino de las pilas no es un relleno sanitario convencional, sino uno de seguridad. "El relleno de seguridad tiene todas las medidas para evitar que cualquier contaminante llegue a la tierra" sostuvo Grippo.
La elección de Córdoba se realizó porque sólo hay cuatro rellenos de seguridad en todo el país. Tres de esos están en la provincia de Buenos Aires y el otro es el de Taym, en Potrero del Estado.
"El tema es que la Constitución de la Provincia de Buenos Aires impide que ingresen residuos peligrosos de cualquier otra jurisdicción. Entonces no las podemos enviar allí", indicó Grippo.
Por ese motivo, Apra pidió un presupuesto a Taym para el tratamiento de las 10 toneladas de pilas. Según Grippo, la empresa cotizó la operación en 20 mil pesos, a razón de 1,2 peso por kilo.
Sin contrato firmado. Uno de los detalles más importantes en todo el conflicto que desató la posibilidad del envío de pilas porteñas a Córdoba es que todavía no se firmó el contrato con Taym. "Estamos en los procesos administrativos", sostuvieron en la agencia ambiental de Capital Federal.
La información fue confirmada por Taym, que en un primer momento negó cualquier tipo de contacto con el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, hecho que después fue relativizado.
"No hay un contrato formal para el enterramiento. Aunque puede haber presupuestos enviados", subrayó el vocero de la empresa, Agustín Heredia.
No obstante, aclaró que Taym está preparada y habilitada para para tratar residuos peligrosos. "Nosotros como empresa estamos habilitados totalmente, y tenemos un sistema que se llama landfill, que es un proceso de enterramiento en el que inertizamos las pilas", se explayó Heredia.
En ese sentido, recordó que tiempo atrás se realizó esa tarea por encargo de la Municipalidad de Córdoba. "Hay que destacar que nosotros siempre estamos en contacto con las universidades para estar al día con los nuevos procesos", finalizó el vocero de la empresa del grupo Roggio.
Intervendrá Ambiente. El secretario de Ambiente de la Provincia, Raúl Costa, indicó que su repartición intervendrá en el caso. Además, aclaró que no hubo comunicación formal por parte de Apra sobre la importación de las pilas.
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Proyecto para evitar el ingreso de basura “ajena”
La Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam) presentará hoy en la Legislatura provincial un proyecto de ley destinado a impedir el ingreso a la provincia de Córdoba de residuos peligrosos o radiactivos que procedan de otras provincias, de la ciudad autónoma de Buenos Aires o de otros países.
El artículo 2° del proyecto elaborado por el biólogo Raúl Montenegro se refiere en particular a las pilas y señala: "Queda prohibido el ingreso y/o importación a la provincia de Córdoba de pilas o baterías usadas, descargadas o en desuso, o de sus partes" provenientes de cualquier sitio externo a los límites de la provincia de Córdoba.
El proyecto también prohíbe la incineración de pilas como método de desactivación; su descarga al ambiente, aguas superficiales o subterráneas; su acumulación en el suelo, los basurales abiertos o los rellenos sanitarios.
El texto del proyecto también prohíbe la colocación de pilas en "matrices de cemento o vidrio" –este tipo de procedimiento es el que Taym prevé realizar con las pilas de la ciudad de Buenos Aires– y establece que las pilas deben ser tratadas antes de ser depositadas, y que hasta que ese proceso ocurra "deberán permanecer en depósitos de alta seguridad.
La propuesta de Funam también incluye la creación de un programa provincial de manejo y tratamiento de las pilas usadas, para evitar que sean descargadas al ambiente. Ese programa –al igual que la ley nacional de residuos peligrosos– establece que son las empresas productoras o importadoras de pilas y baterías que que deben hacerse cargo del tratamiento y la disposición final de esos elementos altamente contaminantes.
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Ningún municipio tiene resuelto qué hacer con las pilas
Algunos pocos ensayan respuestas, pero parciales. Ambiente de la Provincia no tiene fijado un marco regulatorio general.
Pocos son los municipios cordobeses que han buscado alguna solución al dilema que presentan las pilas como residuo. Dentro de los problemas que genera la ausencia de tratamiento adecuado final de la basura, el de las pilas es uno de los de mayor riesgo contaminante.
Ninguna localidad cordobesa tiene solucionada esa cuestión y en todas, la mayoría de las pilas terminan mezcladas en los basurales. Algunas han intentado algunas salidas o ensayos parciales.
La mayoría de los esfuerzos aparece como aislada, ante la carencia de una política oficial a nivel provincial que regule en la materia y que contemple la recepción organizada y diferenciada de estos objetos considerados residuos peligrosos.
Los aparatos alimentados por pilas y baterías van desde juguetes a teléfonos celulares, pasando por radios, afeitadoras y relojes, entre una larga lista.
El problema se suscita con el descarte de estos elementos por el impacto ambiental que generan, aunque con matices según sean de mercurio, níquel, cadmio u otros componentes. El riesgo contaminante mayor para la salud humana reside cuando la descomposición de estos elementos toma contacto con las aguas subterráneas o superficiales.
Sin un plan provincial
Desde la Secretaría de Ambiente de la Provincia, Horacio Farchetto, titular del área de Residuos Sólidos Urbanos, planteó ante la consulta de LA VOZ DEL INTERIOR que deben ser los municipios los que recepten y de algún modo acopien las pilas si pretenden un impacto menor. Sugirió que previamente cada uno elabore una ordenanza "de gestión integral", es decir que defina el destino desde el hogar hasta su disposición final, además de campañas de concientización para que la gente no arroje las baterías junto al resto de la basura, sino en sitios especialmente destinados a su recolección.
El funcionario aseguró que el "encapsulado en cemento es lo más aconsejable" y enfatizó que "las pilas, sobre todo las de mayor poder contaminante, no debieran ir con la basura común".
Farchetto reconoció de todos modos que no hay reglamentaciones específicas a nivel provincial al respecto. Admitiendo esa carencia, anunció que "pronto" podría elaborarse ese marco: "Estamos trabajando para avanzar en una normativa específica para esto", prometió.
Mientras tanto, cada municipio hace lo que puede o quiere. Y la mayoría no hace específicamente nada. Algunos que habían dado algunos pasos, retrocedieron ante la falta de una solución integral.
Algunos casos
Villa Giardino , en Punilla, es reconocida como una de las localidades cordobesas que más empeño le ha dado al tratamiento de sus residuos. "Es lógico que nosotros como municipio o como región nos hagamos cargo", contestó Ernesto Racke, encargado del área de Ambiente , aunque admitiendo que en el caso de las pilas no tienen resuelta una salida. Racke dijo que por ahora no aconsejan el acopio de este tipo de residuos peligrosos, porque no hay un destino seguro definido.
En Río Cuarto, años atrás hubo una ordenanza que disponía crear un reservorio de baterías, pero posteriormente, el Código Ambiental creado cambió el criterio y la recomendación que desde entonces se mantiene es que, por disposiciones del organismo ambiental nacional, no es recomendable el acopio si no se ofrece un tratamiento final seguro luego. Como ese tratamiento no está disponible, la acumulación no sería aconsejada.
San Francisco tampoco tiene en marcha políticas oficiales en este punto.
En Villa María, el municipio instaló varios contenedores en dependencias municipales y escuelas, que luego retira y traslada al reservorio que una empresa opera en Bouwer, cerca de Córdoba. El sistema representa un aporte, pero recoge una mínima parte del total de pilas desechadas en la ciudad.
Río Tercero tuvo algún intento, que quedó trunco. El actual titular del área ambiental municipal, Carlos Siccardi, explicó que ya no se impulsan desde el municipio campañas masivas de acopio, hasta tanto no haya un destino final seguro para ofrecer. "No se avanzó porque el tratamiento final adecuado es muy oneroso", dijo. El funcionario señaló que si la ciudad logra apoyo nacional o provincial para construir un vertedero regional de residuos, se prevé incluir un reservorio para tratamiento de pilas.
Años atrás, el municipio riotercerense construyó en un espacio público (el Paseo del Riel) varios reservorios herméticos de cemento, junto a juegos infantiles, para que la gente deposite allí sus pilas. Pero del total de pilas generadas, es fácil estimar que una muy mínima cantidad es llevada por los vecinos en forma voluntaria a ese sitio. Como en todas las localidades que han ensayando ideas de ese tipo, la gran mayoría de las pilas sigue siendo arrojada con la basura en general.
En Bell Ville, el jefe del área ambiental municipal, Adrián Giuzzio, opinó que "el tema es una preocupación", aunque reconoció que por ahora no están haciendo nada. Se justificó en "la falta de políticas claras bajadas desde la Provincia" en este sentido. Giuzzio contó que están haciendo averiguaciones para dar respuestas a inquietudes presentadas por la sociedad y dijo que sólo recomendarán acopiarlas cuando se encuentre "un destino seguro".
En Santa Rosa de Calamuchita, a partir del trabajo de una escuela, se gestó hace más de 15 años el proyecto "Pilas en uso, pilas en desuso". La idea era promover su separación del resto de los residuos y procurarles un destino diferente para evitar el contacto con el ambiente. La iniciativa, impulsada por una docente en la escuela Mariano Moreno, logró ser reconocida en las ferias de ciencias escolares a nivel nacional y hasta participar de congresos latinoamericanos y obtener una mención de la Unesco.
No obstante, por falta de una decisión política municipal consistente para sustentarlo y por diferencias internas en el colegio, el proyecto se fue diluyendo. Nunca se consiguió, por ejemplo, un lugar para almacenar las pilas, pese a los intentos. De todos modos, cuando se practicaba, tampoco representaba que la mayoría de las pilas tuvieran ese destino, aunque generaba un destacado aporte a la conciencia comunitaria sobre el tema.
Quedaron en Santa Rosa personas o comercios que las siguen almacenando en bidones. Pero muchos de ellos ya dejaron de recibirlas al no lograr que el municipio las retire con un algún destino seguro. Unos pocos que quedan en esa tarea voluntaria comentaron que por su cuenta las llevan a lugares como el Colegio de Escribanos de Córdoba, que luego las traslada al sistema de enterramiento de Bouwer.
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Presupuestos municipales
Con el presupuesto en la mano, desde la Secretaría de Protección Civil y Medio Ambiente de Río Tercero detallaron que el precio que le cotizaron al municipio el año pasado "era de 400 pesos para trasladar cada recipiente de 200 litros cargado de pilas" por los 100 kilómetros que separan a esta ciudad del predio de enterramiento en Bouwer, a lo que se debía sumar "lo que cobra la empresa que allí trata esa basura, que era un peso por kilo de pila". Carlos Siccardi, a cargo del Área ambiental municipal en Río Tercero, calculó que esos valores "deben haber aumentado este año". Además, estimó que Río Tercero, con casi 50 mil habitantes, podría estar generando "unas 500 mil pilas por año".
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No todas tienen igual impacto ambiental
Pilas y baterías nos permiten tener energía disponible en forma portátil. Pero con un costo económico y ambiental importante. Económico, porque se estima que su corriente es 450 veces más cara que la eléctrica común. Y ambiental porque están hechas con sustancias muy contaminantes.
Individualmente, las pilas comunes son las menos riesgosas, porque sólo tienen ácidos. Sin embargo, si no son pilas de marca sino importadas y baratas, pueden tener muchos contaminantes por falta de exigencias en sus países de origen. Las pilas alcalinas eran antes más contaminantes, pues tenían restos de mercurio. Pero han mejorado mucho en los últimos años y las hay libres de mercurio, por lo que en ese caso hay lugares donde se recomienda tirarlas directamente con la basura común.
Pero hay aún pilas y baterías que contaminan con metales pesados la basura, al mezclarse con sus jugos –llamados lixiviados– que pueden terminar contaminando las aguas.
Las más riesgosas son las pilas "botón", que se usan en relojes y algunas calculadoras, porque tiene elevados niveles de mercurio. Otras muy peligrosas son las baterías recargables de níquel–cadmio, que suelen tener los celulares, pues el cadmio es una sustancia cancerígena.
Otras pilas recargables son las de níquel–hidruro metálico y las de litio, que serían las más recomendables, porque se pueden recargar (sin generan tantos residuos) y no contienen sustancias cancerígenas. Son las que actualmente se están extendiendo más en su uso.
A la pregunta qué hacer: reducir su consumo, usar recargables sin cadmio o alcalinas libres de mercurio, y disponer adecuadamente las usadas, recolectándolas en recipientes de plástico para llevarlas a los organismos ambientales que les den una disposición apropiada. Y siempre, sacar las pilas de los artefactos en desuso para evitar que se deterioren, arruinen el aparato y liberen sustancias tóxicas al alcance de la mano.
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En Justiniano Posse “fabrican” ladrillos
Justiniano Posse (en el departamento Unión) está entre las localidades que intentan dar algunos pasos. En los últimos siete meses, una campaña municipal en esta localidad de ocho mil habitantes recolectó unas 400 pilas, sobre todo a través de las escuelas, a las que se destinan premios como material bibliográfico o viajes educativos, por su colaboración.
Sebastián Bruno, del área ambiental municipal, rescató la creciente participación de los vecinos que depositan pilas en los contenedores habilitados, con las que se arman luego "ladrillos con cemento". El año pasado, por ejemplo, se usaron esos ladrillos cementados para construir la base de una gruta, alejada de la zona urbana. La idea, por ahora, es apostar a esa "salida" para que cada vez menos pilas terminen mezcladas con la basura.
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La Mañana de Córdoba (18/08/2009)
Rotundo rechazo por traslado de pilas a Bouwer
Unos 50 contenedores con 10 mil kilos de pilas usadas quieren ser enviados desde la ciudad de Buenos Aires al depósito de residuos peligrosos en Bouwer. Los vecinos presentarán hoy un proyecto de ley para prohibir su ingreso.
Ante el anuncio porteño sobre el envío de un millón de pilas a un relleno de seguridad en la provincia de Córdoba, los vecinos y las autoridades de la localidad de Bouwer -supuesto destino para estos dispositivos- mostraron su rotundo rechazo.
Hoy a las 19.30 se reunirán con los referentes ambientales y los asesores legales, para disponer las medidas a seguir para evitar el traslado. Juan Luppi, intendente de la comuna -donde ya se encuentra el predio de enterramiento de residuos de Córdoba Capital- aseguró que “desde ya nos oponemos nuevamente a que nos consideren el basurero de todo lo que no se usa”.
Tras ocho meses de recolección se juntaron desde distintos puntos de Buenos Aires diez toneladas de pilas provenientes de todos los puntos de la ciudad. Se trata de diez mil kilos de baterías viejas, con mercurio agregado, que serán enterradas en un relleno de seguridad de la provincia de Córdoba por un costo cercano a los 20.000 pesos. Según estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental (Apra), con este operativo se pudo “reunir la acumulación histórica de pilas viejas” que ahora están guardadas en 50 contenedores.
El anuncio tiene lugar a pocos meses que los vecinos de Bouwer lograran, después de años de reclamo, que el basural sea trasladado por la Municipalidad a un predio ubicado dentro del ejido capitalino.
Los vecinos además se mostraron furiosos porque “una vez más nos discriminaron. El gobierno de Mauricio Macri debe solucionar el problema de las pilas y baterías usadas en Buenos Aires, no en Córdoba”.
Por su parte el bioquímico Adolfo González, asesor técnico de la comuna de Bouwer, indicó que los cordobeses “no tienen por qué ser el basurero de la ciudad de Buenos Aires”. En las pilas usadas hasta un 50% de sus materiales son tóxicos.
Juan Lupi, jefe comunal de Bouwer, indicó que “quieren transformar Bouwer en el patio de atrás de Buenos Aires y del país” y que los vecinos “están hartos de que gente que vive lejos les envíe su basura tóxica y les arruine la vida”.
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Hoy Día (18/08/2009)
Otro mazazo a Bouwer
Autoridades de la localidad de Bouwer, en el Gran Córdoba, y ambientalistas rechazaron ayer en forma terminante la posibilidad de que en esa población sean enterradas alrededor de un millón de pilas en desuso que estuvieron guardadas durante años en escuelas, clubes y otros lugares de la ciudad de Buenos Aires. Cabe recordar que los vecinos de Bouwer vienen sosteniendo un largo reclamo para que se cierre el basural de Potrero del Estado. La nueva polémica se desató en la víspera luego de que Crítica Digital detallara que 10.000 kilos de baterías viejas, con mercurio agregado, serán enterrados en los predios de la firma Taym, en Bouwer.
Asimismo, la Agencia de Protección Ambiental de Buenos Aires confirmó que el lugar elegido para el enterramiento es esa localidad. La primera reacción vino del jefe comunal de Bouwer, Juan Luppi, quien señaló por Radio Universidad que está averiguando “qué va a pasar definitivamente. Nos enteramos siempre al último, sólo por los medios". "Nos vamos a juntar mañana (por hoy) con nuestros asesores; desde ya nos oponemos nuevamente a que nos consideren el basurero de todo lo que no se usa".
Al ser consultado sobre el tema, Raúl Montenegro, presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente, puso énfasis en dos palabras: “sorpresa y preocupación”. “Sorpresa porque en la provincia de Córdoba el manejo ambiental no ha sido precisamente el mejor. La palabra siguiente es preocupación; realmente me parece una verdadera estafa que la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires haga una campaña verde y termine descargándole un problema a una provincia como Córdoba. Pensemos que las empresas que generan pilas son las que verdaderamente se deberían hacer cargo de tratar estos residuos y no ser Córdoba el basurero del país”, detalló.
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Día a Día (18/08/2009)
Los porteños nos traen una "pila" de problemas
Juntaron un millón de pilas en desuso y las autoridades no tuvieron mejor idea que mandarlas a Bouwer. Pero acá, nadie quiere saber nada.
Dicen que están hartos. Que van a resistir. Y que si hace falta, otra vez, cortar la ruta para proteger el vapuleado medio ambiente de la comuna, no tendrán problema en hacerlo. Porque la paciencia de los vecinos de Bouwer ya llegó a un límite.
La polémica se generó ayer ante una nota del diario Crítica que anunció que 50 contenedores con 10 toneladas de pilas acumuladas en la Capital Federal durante ocho meses, serían enviadas a Córdoba para ser depositadas en la planta de Taym, en la zona de Potrero del Estado, muy cerca de la comuna de Bouwer.
La información fue ratificada por Graciela Gerola, titular de la Agencia de Protección Ambiental capitalina, al argumentar que “la Constitución de Buenos Aires prohíbe” la recepción de residuos peligrosos, y “por eso se envía a Córdoba”. Y sin comprometerse demasiado por el medio ambiente de esta parte del país, declaró a Radio Universidad que “si Córdoba tiene mal hecho el relleno de seguridad, es un problema de Córdoba y no de Buenos Aires”. También ratificó que el destino sería la empresa Taym.
El grito en el cielo. La reacción no se hizo esperar. Vecinos y autoridades de Bouwer pusieron el grito en el cielo ante esta nueva amenaza ambiental, que se suma a las que ya padece la comuna ubicada al sur de la ciudad de Córdoba.
“Otra vez somos los últimos en enterarnos”, se quejó el intendente Juan Luppi, quien adelantó su rotunda oposición a ser considerados “el basurero de todo lo que no se usa” y acusó que “quieren transformar Bouwer en el patio de atrás de Buenos Aires”, indicando que los vecinos “están hartos de que gente que vive lejos les envíe su basura tóxica y les arruine la vida”.
Por su parte, el biólogo Raúl Montenegro, que asesora a esa comuna, señaló que que las 10 toneladas de pilas usadas “tienen cantidades importantes de mercurio, sustancia extremadamente tóxica, además de otros metales peligrosos”. Para graficar la peligrosidad, agregó que “una sola pila alcalina con mercurio puede contaminar 167 mil litros de agua”, remarcando que “lo que quieren enviarnos es un residuo altamente peligroso”. Rápido de reflejos, Montenegro envió un proyecto de ley para que la Unicameral prohíba la entrada de residuos peligrosos provenientes de otros distritos.
Mirar para otro lado. Dentro de esta polémica, tampoco faltaron algunas gambetas, tanto de parte de la autoridad ambiental de la Provincia, como de los voceros de la empresa Taym.
En el primer caso, el secretario de Ambiente, Raúl Costa, se mostró “sorprendido” por la noticia. “Estamos todos alterados con este tema, porque no tenemos ninguna información oficial”, dijo el funcionario. Pero no se mostró demasiado firme, al admitir que “si se firmó un contrato entre Buenos Aires y la firma privada, no necesariamente tendría la obligación de informarnos”.
Desde Taym la respuesta fue más sorprendente, al desconocer cualquier vínculo. “No sólo que no tenemos ningún contrato. No tenemos ningún contacto con la ciudad de Buenos Aires”, dijo el vocero de la firma, Agustín Heredia.
Pequeños “venenitos” envasados
Pila botón. Una pila de mercurio puede contaminar 600.000 litros de agua.
Alcalina. Si tiene mercurio, arruina 167.000 litros de agua.
Vade retro. Cada pila y batería tiene, en promedio, un 30% de sustancias tóxicas.
Caras de hacer. Fabricar una pila consume 50 veces más energía de la que ésta genera.
Prefiero el enchufe. El costo de la energía que cada pila produce es 450 veces más cara que la energía obtenida de la red eléctrica domiciliaria.
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