5 abr 2009

Quieren prohibir las fumigaciones aéreas

El Puntal de Río Cuarto (05/04/2009)
Quieren prohibir las fumigaciones aéreas en toda la provincia

Los legisladores provinciales Enrique Asbert y Silvia Rivero impulsan modificar algunos artículos de la Ley de Agroquímicos. En su propuesta instan a erradicar las pulverizaciones con aviones y limitar las terrestres.
Un proyecto que ingresará a la Legislatura Provincial esta semana propone prohibir las fumigaciones aéreas de productos químicos o biológicos de uso agropecuario en todo el territorio cordobés.
La iniciativa es impulsada por los legisladores Enrique Asbert y Silvia Rivero, del bloque Concertación Plural, quienes procuran lograr modificaciones a la actual Ley Provincial de Agroquímicos N0 9.164 y, entre otros puntos, el más trascendente resulta el referido al artículo 58, sobre la prohibición de aplicaciones aéreas de productos químicos o biológicos de uso agropecuario.
De acuerdo al proyecto se propone que el mismo sea más estricto a la hora de fijar prohibiciones planteando de plano erradicar la aplicación aérea de productos, salvo casos excepcionales, como la necesidad de hacer pulverizaciones con fines sanitarios que lleven a cabo organismos del Estado (por ejemplo, en la actualidad en caso del dengue).
El artículo, de modificarse, quedaría redactado de la siguiente manera: “Prohíbese la aplicación aérea de productos químicos o biológicos de uso agropecuario.
Excepcionalmente podrá hacerse aplicación aérea de productos químicos o biológicos, siempre que este método de aplicación resulte el único viable o el de menor impacto negativo para la salud humana y el medio ambiente, en relación con el método de aplicación terrestre”.
Los legisladores fundamentan la necesidad de acotar las pulverizaciones aéreas en el hecho de que un alto porcentaje del producto que se esparce deriva hacia zonas muy alejadas que pueden estar pobladas, y por ende generar problemas a la salud humana.
“La magnitud de la deriva es máxima a partir de la fumigación aérea en la cual típicamente se pierde un 40% del pesticida aplicado”. Este porcentaje, según los legisladores, puede llegar a distancias considerables y mucho más allá del “área blanco”, es decir del sector afectado a la tarea de fumigacón. Y profundizan en su concepto señalando: “Varios de los pesticidas de extenso uso se encuentran con frecuencia muy lejos del sitio de su aplicación y en concentraciones bastante mayores a los niveles de exposición aguda o crónica considerados seguros por las 193 agencias reglamentadoras”.
Otro aspecto, aunque no contemplado en este proyecto, es que para las pulverizaciones aéreas algunos trabajadores actúan de banderilleros para marcar los sectores a tratar, y al estar en tierra sobre el recorrido del avión terminan rociados con los productos.
El proyecto plantea, a su vez, la necesidad de que en caso de las pulverizaciones aéreas que puedan ser autorizadas “en ningún caso deben realizarse a menos de mil quinietos metros del límite material de centros poblados de cualquier magnitud, parques, zonas escolares, áreas deportivas, hospitales o en geneal afectando recursos hídricos de cualquier naturaleza”.
Por otra parte, en cuanto a la fumigación terrestre también Asbert y Rivero proponen ampliar el contenido del artículo 59 de la Ley de Agroquímicos, incorporando en éste la prohibición de aplicación terrestre dentro de un radio de 1.500 metros del límite de centros urbanos e instituciones públicas. Agregando, además, que por este método “sólo podrán aplicarse productos químicos o biológicos aptos para su aplicación terrestre”.

Sobre las sanciones
Por otra parte, los legisladores provinciales consideran que a la hora de la sanciones para aquellos que infrinjan la ley se debe ser más estricto y no quedarse sólo en un llamado de atención, apercibimiento o multa.
Es así que piden que se modifique el artículo 54, incorporando al mismo las siguientes sanciones: “Suspensión de la inscripción en el registro correspondiente (de aplicadores); interdicción de predios; decomiso de los productos; mercaderías contaminadas, elementos utilizados para violar la ley; y obligación de disponer a su costa, quien infringe la ley, de los productos decomisados”.
Consideran los ediles que la aplicación de multas no tendría su efecto, porque puede ser incorporada a las distintas estructuras de costos por los infractores, y por lo tanto no cumpliría con su efecto de castigo. Sí el hecho de decomiso, clausura y quita de permisos para seguir trabajando.

Preocupación en la región
En los últimos tiempos el debate sobre los agroquímicos y los riesgos que estos conllevan para la salud humana se volvió a instalar en la mayoría de los pueblos de la región, lo cual obligó a los municipios no sólo a adherir a la ley provincial N0 9.146 sino además generar sus propios cuerpos de leyes que se ajusten a la realidad de cada comunidad.
Es el caso de Sampacho, donde tiempo atrás se dictó una ordenanza que impide la circulación de equipos mosquitos por el sector urbano y fija límites para depósitos. Se suma ahora Vicuña Mackenna (ver aparte), así como también en Las Perdices donde vecinos y autoridades procuran trabajar juntos para evitar el uso indiscriminado de productos químicos para fumigaciones.

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“Por la intoxicación, la sangre tenía color marrón”

Mario Alanis sufre hoy las consecuencias de su exposición a productos utilizados para fumigaciones.
Mario Alanis tiene 41 años, y desde hace más de dos sufre las consecuencias provocadas en su salud por agroquímicos. Este trabajador de Vicuña Mackenna se desempeñó por ocho años en una empresa en la que manipulada productos químicos de uso biológico, pero tras dejar el trabajo su cuerpo acusó recibo del contacto con estos elementos.
Su esposa, María Deolinda Torres, desde el mismo momento que recibió el diagnóstico no descansó un día hasta lograr que en esta población los ediles adhieran a la ley provincial de agroquímicos, y además elaboraran una legislación propia contemplando aspectos puntuales que se observan dentro de la población.
“Estoy feliz que ahora se logre algo. Hace más de dos años que voy al Concejo y hablo y planteo la necesidad del control del uso de agroquímicos y recién ahora obtengo una respuesta”, señala la mujer.
Sobre el problema de su esposo señala que tras dejar su trabajo por una hernia de disco, su salud comienza a deteriorarse y el primer síntoma que acercó a un diagnóstico fueron manchas que le comenzaron a aparecer en la piel. Además el hombre mostraba un cansancio y desgano general, además de dolores en las articulaciones. “Hacía unos tres años que había dejado de trabajar y descubrió más en el cuerpo, entonces fuimos a consultar al doctor Luis Alejandro Massarini, que al comenzar a hacer los estudios nos dice que hay una intoxicación y contaminación con algún producto”.
Tras los estudios realizados se detectó que Mario tenía altos niveles de tóxico en la sangre y que eran relacionados a productos químicos. “ La sangre de él ya no era roja tenía un color marrón a verde. Para desintoxicarlo le comenzaron a aplicar una serie de sueros”, señala su esposa. Hoy Mario está mejor, pero continúa en tratamiento y en los últimos dos años debió someterse a implantes de cartílagos debido a que el tóxico que ingresó a su cuerpo se los secó, además de tener que encontrarse prematuramente con problemas óseos.
Los médicos aconsejaron también a la familia a realizarse estudios debido que podrían haber tomado contacto con resto de lo productos a través de ropa o contacto físico, “pero nos da miedo no queremos descubrir nada más”, señala la mujer. A modo de información para el resto de la población, Deolinda señala que los tóxicos quedan en el organismo en las grasas y comienzan a manifestarse tiempo después que se deja de tomar contacto con los productos.
María Deolinda sabe que el sufrimiento de su marido sirvió para algo, ya que a partir de la nueva legislación en Mackenna habrá estrictas prohibiciones y controles respecto del uso de estos productos.

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Una ordenanza que fija estrictas restricciones

En Mackenna una ordenanza fija plazos para la erradicación de depósitos de agroquímicos.
La fortaleza de esta mujer que por dos años reclamó ante el Concejo de Mackenna y hasta juntó más de 3.000 firmas pidiendo que el municipio de esta población adhiera a la ley de agroquímicos recién ahora comienza a tener respuestas.
Así en la última sesión el Concejo aprobó la adhesión a dicha reglamentación provincial, pero a su vez avanzó en un proyecto local.
El mismo fue presentado por el bloque justicialista un año atrás y en varias ocasiones
fue rechazado, hasta que finalmente tras incorporarse algunas modificaciones logró ser aprobado por unanimidad, faltando ahora la última lectura para su sanción definitiva.
El concejal Daniel Fernández, es quien le dio reimpulso al proyecto y que convocó a distintos referentes relacionados a esta problemática. “Finalmente y tras una ardua tarea logramos que se contemple este tema. En Mackenna el problema de los agroquímicos es muy serio y hay casos testigos de personas enfermas como el del señor Alanis, además de numerosos enfermos por cáncer”.

Antes de fin de año
La ordenanza municipal estipula que el órgano de aplicación, fiscalización y control de la ley será la Secretaría de Gobierno Municipal.
Entre los aspectos más sobresalientes de la ordenanza se mencionan: la prohibición -a partir del 31 de diciembre de 2009- del acopio, exposición, venta de productos o contenedores químicos o biológicos de uso agropecuario en el ámbito urbano, fijando límites entre las rutas nacionales 7, y 35, y otras arterias alejadas del ejido urbano.
A su vez se prohibe a partir del 30 de junio del corriente año del ingreso -dentro de una zona prefijada- de todo tipo de maquinaria de las denominadas aplicadores terrestres.
Las mismas deben cargar, descargar y ser limpiadas en las afueras de los centros poblados. Y en cuanto a los equipos aéreos ajustarse a la aeronáutica vigente.
La ordenanza además va más allá en las restricciones ya que prohibirá la circulación de todo tipo de vehículos particulares o comerciales en el radio urbano que transiten con carga de productos químicos o biológicos.
Y finalmente fija total prohibición para las tareas de curados, ventilado e inoculación de semillas dentro del sector fijado como vedado también para el almacenamiento de agroquímicos. El edil Fernández señaló que esta ordenanza resulta ser superadora de todas las existentes en el interior del país, y apunta a proteger la salud de los habitantes.

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