3 feb 2009

Agroquímicos polémicos

El Puntal de Villa María (03/02/2009)
“En Argentina hay agroquímicos de uso masivo que son letales para sapos y ranas”

El ingeniero agrónomo del INTA habló de los riesgos de algunos plaguicidas, así como también declaró que “no está fehacientemente comprobado que los productos fosforados produzcan el cáncer”
En horas de ayer, un paciente ingresaba al Hospital Pasteur con un grave cuadro clínico. Su sintomatología presentaba un persistente dolor de cabeza y algunas manchas que afloraban en su piel. Alguien llamó a este medio para informar del caso y decir que el hombre estaba intoxicado por el efecto de los agroquímicos, ya que al ser consultado por los médicos, el hombre recordaba que pocas horas antes de sufrir dolores había pasado cerca de un campo que estaban fumigando.
En el nosocomio local, la encargada de la sección de internación comentaba a este matutino que nada probaba que el hombre estuviese enfermo como producto de una intoxicación con agroquímicos; que las manchas correspondían a otro cuadro clínico y que el hombre, que vivía “muy dejado de sí”, estaba estable.
De todas maneras, el caso se emparentó con el del fumigador de Tío Pujio intoxicado semanas pasadas y con la nota que PUNTAL VILLA MARIA realizaba al respecto con el doctor Gabriel Plaza, de la Clínica de Especialidades que atendía al paciente. A tal punto que se avivaron las llamas de un viejo dilema: ¿son perjudiciales los agroquímicos para la salud del ser humano y para el ecosistema?
Esta vez, la pregunta recayó sobre el ingeniero Javier Martinotti, del INTA local y agente del proyecto Pro Huerta.
“El mundo ha pasado por algunos errores. Algunos son reales pero otros son informaciones cruzadas que se dan para que un producto no se use más. Pero no quiere decir necesariamente que ese producto contamine”.

-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo el DDT, que al igual que todos los clorados fue erradicado de la producción porque decían que se acumulaba en grasas y que ocasionaba intoxicaciones masivas. Sin embargo, eso no fue totalmente demostrado. Lo que sí se demostró era que se detectaba DDT en artículos cerrados en una campana desde el año 1800, cuando este producto aún no existía como tal. Quiere decir que el modo de detectarlo químicamente no era el más correcto.

-¿Y hoy está prohibido el DDT en Argentina?
-Sí, y entre otras razones porque hubo productos de otro rango (los fosforados) que tenían una patente nueva y la única forma de erradicar el DDT era que los países subdesarrollados no los produjeran. Los productos clorados como el DDT son de síntesis muy fácil, mientras que los otros son más sofisticados. Y a medida que avanzás en el tiempo, los productos se van haciendo cada vez más complejos y difíciles de producir tecnológicamente, para que exista esa dependencia a una misma firma.

-¿Hubo razones comerciales por las cuales se ha impedido la fabricación de algunos agroquímicos? ¿O es que se los prohibió por ser nocivos?
-Muchos de los productos que se prohibieron son nocivos, pero también es tóxica la sal común. Hay un montón de cosas tóxicas que andan dando vueltas por ahí.

-¿Y cuáles serían los efectos colaterales tóxicos comprobables de los agroquímicos? Se dice, por ejemplo, que contaminan las napas...
-Sí. Las contaminan, y también algunos productos dañan el ecosistema. Por ejemplo, se habla mucho de la toxicidad de agroquímicos y se los ha empezado a “cuidar” para que no dañen a animales de sangre caliente. Sin embargo, esos productos dañan a los de sangre fría, como los batracios o las lombrices. Pareciera que fabricar agroquímicos tóxicos para estas especies no preocupara mucho a las firmas ni a los campesinos. Y esos animales no sólo tienen derecho a vivir sino que están cumpliendo una función muy importante en el circuito biológico; por lo tanto hay que pensar que si se mueren las lombrices, hay problemas.

-¿Y en Argentina se usan esos productos que afectan a los sapos?
-Hay un producto que contiene atracina, una droga letal para sapos y ranas que está prohibido en todo el mundo pero que en nuestro país es de uso masivo.

-¿Se están tomando las precauciones necesarias cada vez que se fumiga un campo?
-Creo que sí. Una de las cosas que en Córdoba se intenta cumplir es la Ley de Agroquímicos, en donde los productos de alta toxicidad necesitan sí o sí de una receta. Se trata de una receta que firma un ingeniero agrónomo y que queda responsable de haber indicado tal producto. Yo, antes de indicar un producto de alta toxicidad, voy a buscar un sustituto que no sea tóxico o lo menos tóxicos posible.

-¿Hay normativas que indiquen esto?
-Sí. Los productos vienen envasados en distintos colores, en rojo, amarillo, azul y verde, y eso indica distintos grados de toxicidad. Pero que un producto no sea tóxico para los animales de sangre caliente, no quiere decir que no lo sea para el ecosistema. Y ahí entran los herbicidas y los fungicidas.

-¿No recomendaría entonces la utilización de agroquímicos?
-Los productos se deben usar criteriosamente. Y para eso existen profesionales capaces de tomar decisiones y recetar. Pero si los productos se van a vender libremente como cigarrillos o combustibles, no lo podemos manejar ni controlar.

-¿Hoy por hoy los productos se venden libremente?
-Hay una ley para que así no sea, pero nadie la respeta.

-¿Considera que hay una suerte de paranoia colectiva por el uso de agroquímicos?
-Claro que la hay. Los productos agroquímicos, cuando se fabrican, pasan por una serie de ensayos biológicos importantísimos. La Agencia de Protección del Medioambiente en Estados Unidos aprueba un producto después de haberlo ensayado en toda la cadena biológica, desde las algas azules que flotan en el agua y hacen fotosíntesis, hasta los animales de sangre caliente de todo tipo: conejos, cobayos, gansos; también peces de agua salada y dulce, batracios... Se examinan las toxicidades, la persistencia del producto en el ambiente y en base a eso se aprueba.

-¿Y los ecologistas?
-Muchos hablan sabiendo poco. Cuando uno tiene la impresión de que lo que está aconteciendo es por agroquímicos, quiere decir que ya hay demasiadas pelotas tiradas en el aire como para que la gente le eche inmediatamente la culpa a esto. Como pasa con los problemas del cáncer. No hay pruebas fehacientes de que se produzcan por agroquímicos. Lo que sí sabemos es que tenemos un desarrollo de la industria tan alto, que en el ambiente hay productos químicos de todo tipo.

-¿Como cuáles?
-Como la dioxina. Cada vez que se quema una bolsita de plástico se está generando dioxina, que es uno de los productos más cancerígenos que existen. Y si ponés una bolsita adentro del microondas y calentás la comida, a esa dioxina te la estás comiendo. Estas son todas moléculas duras que también van a parar a las napas, entran al buche de un bicho, pasan a otro, y dan toda una vuelta biológica tremenda.

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