17 ene 2009
La basura, de Cliba a Crese
8:14 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (17/01/2009)
La basura, de Cliba a Crese
Mientras se acumulan los bolsones de basura en toda la ciudad y disminuyen las frecuencias de recolección, los habitantes de la ciudad de Córdoba exigen transparencia, eficacia y rapidez en la transición de un sistema a otro.
El traspaso de la empresa Cliba a Córdoba Recicla Sociedad del Estado (Crese), que se completaría el 1° de febrero próximo, está ocasionando serios trastornos en el servicio de recolección de basura en la capital provincial, como bien pueden advertirlo los vecinos. La acumulación de bolsas de residuos se ha extendido a prácticamente toda la ciudad, en una proporción cada vez mayor.
Es evidente que ya no se cumplen las frecuencias habituales del paso de los camiones recolectores. Y si a ello se agrega el impacto de las altas temperaturas reinantes y la acción depredadora de perros, roedores y toda clase insectos, se tendrá una idea del estado de la higiene urbana en una ciudad de más de 1,3 millón de habitantes, como Córdoba. Si estamos en las puertas de una verdadera "crisis ambiental", es algo que no puede afirmarse todavía, aunque estas cosas se sabe cuándo empiezan, pero no cuándo ni cómo terminan.
El presidente de Crese afirmó que la normalización total del servicio demandará a la nueva empresa unos seis meses, de modo que los cordobeses podrán tener una ciudad limpia recién cuando el invierno esté a punto de finalizar. Como resulta obvio, esto es mucho tiempo, ya que la recolección y enterramiento de la basura es un servicio esencial, que debe cumplirse a diario. La ciudadanía comprende que el traspaso de una actividad de esta envergadura de una empresa a otra no es cosa fácil, pero exige, tanto a la empresa saliente como a la entrante, la mayor celeridad y eficiencia posibles. Y esa exigencia se hace extensible a la Municipalidad, como institución responsable de la higiene urbana, y también al Gobierno provincial, responsable del cuidado del medio ambiente, y al Gobierno nacional, que distribuye a discreción los recursos y los subsidios entre provincias y municipalidades.
En este conflicto de la basura en Córdoba hay un trasfondo financiero, de recursos y dinero, de palabras empeñadas que nunca se cumplieron, de deudas impagas que se fueron acumulando en el tiempo, como ahora se acumulan las bolsas de basura en la ciudad. Cliba, empresa del grupo Roggio, con asiento en Córdoba, alega que la Municipalidad le debe un monto de dinero tal que no le permite seguir prestando el servicio, y sostiene que esa fue la razón por la que adoptó la decisión "irrevocable" de denunciar y rescindir el contrato que tenía con la autoridad municipal. La verdad es que ni en el Concejo Deliberante ni en ninguna otra instancia institucional se discutió a fondo ni el monto ni las razones de esa descomunal deuda impaga. Pero lo cierto es que ninguna empresa privada que se hace cargo, por licitación, de la prestación de un servicio público, lo hace gratis o soportando un nivel de incumplimiento de pago que en determinado momento se torna insostenible.
Por añadidura, los problemas gremiales contribuyen a agravar la situación. El gremio de recolectores de basura (Surbac) mantiene el trabajo a reglamento en demanda del pago de horas extras que Cliba se negaría a pagar. Además, Surbac acusa a Cliba de estar diezmando la flota de camiones, por lo que el servicio no puede prestarse con normalidad. Cliba niega esta última acusación, y en cuanto a la primera dice que no está condiciones de pagar horas extras debido a aquella deuda municipal.
Lo cierto es que los usuarios, los contribuyentes, los habitantes de la ciudad de Córdoba son las víctimas de esta situación, que, como dijimos, amenaza con convertirse en una verdadera crisis ambiental si no se la revierte en poco tiempo.
El intendente y otros funcionarios del Departamento Ejecutivo ya están volviendo de vacaciones y es hora de que se vea una acción gubernamental más rápida y eficaz, más atenta a la solución de los problemas que se plantean día por día. Y que se avente el riesgo de dar un paso en falso, o sea que se garantice que el traspaso de una empresa privada a otra pública redunde en una mejor prestación del servicio de recolección de basura y no en el caos que se está viendo estos días en Córdoba.
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La basura, de Cliba a Crese
Mientras se acumulan los bolsones de basura en toda la ciudad y disminuyen las frecuencias de recolección, los habitantes de la ciudad de Córdoba exigen transparencia, eficacia y rapidez en la transición de un sistema a otro.
El traspaso de la empresa Cliba a Córdoba Recicla Sociedad del Estado (Crese), que se completaría el 1° de febrero próximo, está ocasionando serios trastornos en el servicio de recolección de basura en la capital provincial, como bien pueden advertirlo los vecinos. La acumulación de bolsas de residuos se ha extendido a prácticamente toda la ciudad, en una proporción cada vez mayor.
Es evidente que ya no se cumplen las frecuencias habituales del paso de los camiones recolectores. Y si a ello se agrega el impacto de las altas temperaturas reinantes y la acción depredadora de perros, roedores y toda clase insectos, se tendrá una idea del estado de la higiene urbana en una ciudad de más de 1,3 millón de habitantes, como Córdoba. Si estamos en las puertas de una verdadera "crisis ambiental", es algo que no puede afirmarse todavía, aunque estas cosas se sabe cuándo empiezan, pero no cuándo ni cómo terminan.
El presidente de Crese afirmó que la normalización total del servicio demandará a la nueva empresa unos seis meses, de modo que los cordobeses podrán tener una ciudad limpia recién cuando el invierno esté a punto de finalizar. Como resulta obvio, esto es mucho tiempo, ya que la recolección y enterramiento de la basura es un servicio esencial, que debe cumplirse a diario. La ciudadanía comprende que el traspaso de una actividad de esta envergadura de una empresa a otra no es cosa fácil, pero exige, tanto a la empresa saliente como a la entrante, la mayor celeridad y eficiencia posibles. Y esa exigencia se hace extensible a la Municipalidad, como institución responsable de la higiene urbana, y también al Gobierno provincial, responsable del cuidado del medio ambiente, y al Gobierno nacional, que distribuye a discreción los recursos y los subsidios entre provincias y municipalidades.
En este conflicto de la basura en Córdoba hay un trasfondo financiero, de recursos y dinero, de palabras empeñadas que nunca se cumplieron, de deudas impagas que se fueron acumulando en el tiempo, como ahora se acumulan las bolsas de basura en la ciudad. Cliba, empresa del grupo Roggio, con asiento en Córdoba, alega que la Municipalidad le debe un monto de dinero tal que no le permite seguir prestando el servicio, y sostiene que esa fue la razón por la que adoptó la decisión "irrevocable" de denunciar y rescindir el contrato que tenía con la autoridad municipal. La verdad es que ni en el Concejo Deliberante ni en ninguna otra instancia institucional se discutió a fondo ni el monto ni las razones de esa descomunal deuda impaga. Pero lo cierto es que ninguna empresa privada que se hace cargo, por licitación, de la prestación de un servicio público, lo hace gratis o soportando un nivel de incumplimiento de pago que en determinado momento se torna insostenible.
Por añadidura, los problemas gremiales contribuyen a agravar la situación. El gremio de recolectores de basura (Surbac) mantiene el trabajo a reglamento en demanda del pago de horas extras que Cliba se negaría a pagar. Además, Surbac acusa a Cliba de estar diezmando la flota de camiones, por lo que el servicio no puede prestarse con normalidad. Cliba niega esta última acusación, y en cuanto a la primera dice que no está condiciones de pagar horas extras debido a aquella deuda municipal.
Lo cierto es que los usuarios, los contribuyentes, los habitantes de la ciudad de Córdoba son las víctimas de esta situación, que, como dijimos, amenaza con convertirse en una verdadera crisis ambiental si no se la revierte en poco tiempo.
El intendente y otros funcionarios del Departamento Ejecutivo ya están volviendo de vacaciones y es hora de que se vea una acción gubernamental más rápida y eficaz, más atenta a la solución de los problemas que se plantean día por día. Y que se avente el riesgo de dar un paso en falso, o sea que se garantice que el traspaso de una empresa privada a otra pública redunde en una mejor prestación del servicio de recolección de basura y no en el caos que se está viendo estos días en Córdoba.
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