15 sept 2008

Calamuchita podría producir otras maderas

La Voz del Interior (15/09/2008)
Calamuchita podría producir otras maderas además de pino



Villa General Belgrano. El valle de Calamuchita es el principal foco de producción forestal de Córdoba. De las 35 mil hectáreas forestadas para producción de madera en esta provincia, 24 mil están en las serranías de Calamuchita y prácticamente en su totalidad son pinos.
Ahora, los propios empresarios del sector forestal regional, nucleados en la Subcomisión Foresto Industrial, plantean la necesidad de que no se trate sólo de pinos sino que se avance en planes para producir otras maderas, de mayor valor económico.
De darse ese paso, en algunos años, al ascender por las sierras calamuchitanas, además de faldeos tapizados de pinos podrían verse bosques de robles o acacias, por ejemplo.
El objetivo es el de obtener mejores rendimientos en la producción forestal con un enfoque más integral orientado además a la sustentabilidad de los bosques.
Alejandro Seyfarth, presidente de la Subcomisión Foresto Industrial, explicó que con la diversificación de especies se busca mejorar tanto el aspecto hídrico (el impacto de las plantaciones sobre el uso del agua en las sierras), como el económico.
“Hoy vemos el rendimiento de una madera de alto valor contra el de una madera industrial, que es el caso de un pino que se vende a 1,20 peso en tanto, si se hubiese plantado roble, o acacia blanca, se estaría vendiendo cinco veces más caro y se podrían hacer en la zona muebles a un valor económico más alto”, explicó Seyfarth.
Según el relevamiento que desde la entidad realizaron en 2006, en Calamuchita había a esa fecha unas 19 mil hectáreas de pinos disponible a cosecha, del total de 24 mil plantados. Eso implica que el ritmo de extracción sería mayor al de reforestación.Según la organización empresaria, existirían unas 300 mil hectáreas serranas más en esta región posibles de forestar, aunque admiten que debiera hacerse con un plan “sostenible”.
De estos temas se habló en las recientes Jornadas Técnicas para Pyme Forestales, que se desarrollaron en Villa General Belgrano.
Falta reforestar Mónica Dorado, investigadora del área de Industrias Forestales de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba, comentó sobre la relación actual entre extracción y reforestación: “Si bien los aserraderos se tecnifican, la oferta está bastante limitada porque no se está forestando con las tasas que se debiera”, dijo. Un informe que expuso la agrónoma apunta que entre 1983 y 2004 se plantaron cerca de 590 hectáreas por año en Córdoba: “Esto es muy poco en relación con lo que se tala y con la potencialidad forestal de la provincia, que se ubica en el orden de dos millones de hectáreas”, acotó.
En Calamuchita, prácticamente todo lo que se forestó en las últimas décadas fue con pino, de tres especies: eliotis, taeda e insigne. Otras especies se encuentran en muy pequeñas cantidades y no hay registros reales que permitan dimensionar su escasa incidencia.
“Las condiciones climáticas de la zona provocarían que crezcan bien especies como roble, fresno, acacia blanca, nogal, olmo, todas maderas muy nobles y de alto valor en el mercado internacional, que podríamos aprovechar acá. Madera de calidad como la del roble que se usa para tonelería y que se importa desde Francia, se podría producir acá también”, advirtió Seyfarth sobre las oportunidades a futuro.
Seyfarth señaló que en los últimos tiempos ha ido disminuyendo la superficie cubierta con forestación debido a las extracciones, a los incendios y al turismo.
En la región son 30 los aserraderos en actividad, que procesan la madera de la propia región, que ocupan unas 700 personas de manera directa. En lo económico y laboral es una actividad relevante para la zona serrana, pero aún no potenciada.
El objetivo –expresó Seyfarth– apunta a un trabajo complementario de optimización. “La polución que se emite por gases, la mala administración de nuestros residuos y otras cuestiones provocan la idea de que hay que potenciar el cuidado a la naturaleza y de paso aprovechar un beneficio económico no sólo de la madera, sino que hay mieles, hongos, esencias, gomas que se sacan de la parte forestal y que hoy no está siendo explotado”.

Pinares y turismo
Los cambios que se suscitaron en los últimos años en la región son importantes, más aun con el arribo del turismo de manera más expansiva y esto que muchos sólo ven desde una óptica positiva, pareciera traer algunos inconvenientes.
“Es una problemática compleja porque muchos campos que fueron forestados con la finalidad de cosechar esa madera hoy se están usando para turismo; se construyen cabañas y esos propietarios dejan de hacer el manejo del bosque y la cosecha con los riesgos que eso nos trae en cuanto a peligro de incendios o plagas. Hay que concientizar a esa gente de que es necesario seguir con el manejo sustentable de ese bosque, sacar un porcentaje de los pinos y replantar con otras especies, lo que incluso le puede dar lugar a mejorar la actividad turística”, advirtió Seyfarth.

Promover y variar
Para los técnicos y directivos de la Subcomisión Foresto Industrial, la tarea central hacia adelante, junto al Estado, debería ser la de promover aún más, acentuando las políticas de subsidios existentes, las nuevas forestaciones pero a la vez aconsejando a los dueños de campos hacer mezclas de plantación de bosques. “Ya no habría que trabajar en una sola especie; al mezclar bajamos la incidencia de plagas, de riesgo de incendio, de contaminación. Hay que ir hacia un trabajo más integral”, dicen.

Reclamos del sector
En el marco de esas Jornadas Técnicas para Pyme Forestales realizadas en Villa General Belgrano se concluyó que “los productores no cuentan con el apoyo suficiente del Estado provincial para potenciar el sector y que las acciones del organismo de contralor en este rubro son sólo burocráticas”. También expresaron su “disconformidad por el manejo que se hace con los fondos recaudados por la ley del fuego” y marcaron que existen “falencias legales” en esta provincia para promover y regular esta actividad.
También desde el sector empresario reclamaron “una actualización de costos” del subsidio que otorga la Provincia, de 500 pesos por hectárea nueva forestada. Cuando se implementó –argumentaron– era cerca del 20 por ciento del costo de forestación, que sumado al subsidio nacional (80 por ciento del costo) daba al productor un valor cercano al valor de implantación. “La Nación actualizó sus valores pero la Provincia sigue con precios desactualizados”, señalaron.
En esas mismas jornadas, en tanto, el agrónomo Carlos Nervo, de la Dirección de Forestación de la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación expuso durante las sobre la ley de “promoción forestal para bosques cultivados”. Comentó que Córdoba no es una provincia forestalmente activa, y que aunque tiene aserraderos y zonas forestadas, mantiene mucha superficie disponible sin forestar.

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