27 jul 2008

La madre de las licitaciones municipales

La Voz del Interior (27/07/2008)
La madre de las licitaciones municipales

La licitación de la basura supone un negocio gigantesco y promete una pelea de titanesempresariales. De ese proceso depende también la resolución de los infinitos problemasque la basura genera en las calles de Córdoba.
En la ciudad de Córdoba se puso en marcha hace dos semanas la licitación para la recolección y el tratamiento de la basura. Se trata del más trascendente de los servicios públicos en manos privadas y de la partida presupuestaria más elevada después de la que devoran los salarios municipales. Se preanuncia una pelea empresarial de titanes, que sin dudas revelará en su trascurrir el aún indefinido perfil de la gestión del intendente Daniel Giacomino.
Del resultado dependerá no sólo la limpieza urbana, sino el margen de maniobra del municipio para dedicarse a otras cosas que no sean pagar sueldos y levantar la basura. Este año, el servicio se llevará entre 15 y 20 por ciento de los ingresos totales.
A valores actuales, el futuro servicio demandará al menos 1.500 millones de pesos en los próximos ocho años. Pero pocas cosas son más inciertas que los valores actuales, sobre todo si se trata de la basura. Hace 10 años, la gestión del ex intendente Rubén Martí adjudicó a Cliba un contrato a ocho años por un monto global de 230 millones de pesos para todo el período, una cifra que se aproxima bastante a lo que Cliba hoy recibe año tras año. El ejemplo certifica que el presupuesto oficial es casi una anécdota en la licitación en marcha.
Lo más importante estará dicho el 29 de setiembre próximo, cuando se conozca quiénes son los interesados en el gigantesco negocio que Giacomino decidió dividir al menos en dos partes.
Hasta el momento, hay un solo protagonista en el elenco: el Grupo Roggio, que a través de Cliba maneja la basura desde 1986 y que desde Córdoba –después de la compulsa histórica en la que le quitó el servicio al Grupo Macri– se transformó en el principal prestador del país.
Es la única empresa que formalmente adquirió los pliegos y ese dato preocupa dentro del Palacio 6 de Julio, aun cuando aseguran que hay cuatro grupos que ya manifestaron su decisión de participar y que la compra de los pliegos –mejor dicho, el pago de los 150 mil pesos que permiten la participación en la compulsa– es una formalidad que puede concretarse hasta el 28 de setiembre.
Giacomino visitó en persona a empresas italianas, hizo gestiones por vía diplomática para invitar a grupos españoles y convocó para esta semana a las 14 empresas más importantes del país y a ocho operadoras extranjeras para explicar qué servicio de higiene quiere el municipio y, sobre todo, para dar una señal de transparencia respecto del proceso. La licitación de la basura siempre es la más complicada –y sospechada– de cualquier municipio, por el escaso número de prestadores y los frecuentes arreglos empresariales que suelen derivar en franca cartelización.
El listado de empresas convocadas incluye a todas las prestadoras nacionales de grandes ciudades y a operadoras internacionales con presencia en el país, como la española Proactiva, las brasileñas Cavo (del Grupo Camargo Correa) y Qualix Servicios Ambientais (razón social de Iecsa en Buenos Aires) y el gigante español Urbaser.

El gran interrogante
Entre las nacionales, luego de que Roggio confirmara su participación, las miradas están puestas en Covelia SA, empresa de corta pero destacadísima actuación en nueve partidos del conurbano bonaerense: se la vincula a Pablo Moyano, hijo del titular de la CGT kirchnerista y secretario adjunto del Sindicato de Choferes de Camiones. Se la vincula, sobre todo, por el método que aplica en las negociaciones tarifarias con los municipios: a los intendentes que resisten los aumentos, el gremio se encarga de convencerlos. Hay partidos que terminaron asignando hasta 40 por ciento de sus ingresos a la basura y la situación es tan insostenible que abundan las denuncias periodísticas por los aprietes constantes.
“El peor escenario posible es que se presenten sólo Roggio y Covelia y que los presupuestos sean exorbitantes. Si eso ocurre, el llamado se declara desierto”, anticipan desde el municipio. Pese a que la licitación está en marcha, los funcionarios insisten en que lo fundamental es que se aplique el modelo que contempla el pliego –incremento del servicio y separación domiciliaria de residuos–, y en caso de cartelización evidente no se descarta el “modelo Río Cuarto”: una empresa mixta.
Otra alternativa que el intendente no termina de descartar es la municipalización del servicio de enterramiento y disposición final, el núcleo más rentable del negocio de la basura. Lo que no está claro es qué empresa estaría interesada en el servicio de recolección en ese caso.
Las vicisitudes de la licitación serán entretenidas y reveladoras en lo político, no hay dudas. Sin embargo, el proceso en sí mismo no resolverá la cuestión fundamental que subyace detrás de la necesidad de sacar la basura de las calles y del servicio/negocio que se genera en pos de ese objetivo: el evidente desmadre de los cordobeses en la generación de residuos, la despreocupación por el destino de lo que se genera y lo poco que cada uno parece dispuesto a hacer para reducir el problema.
Hace una década, el servicio de basura se llevaba 10 por ciento del presupuesto total. Hoy, la cifra se acerca a 20 por ciento de los recursos. ¿Cuánto más hará falta? La respuesta quedará a la vista al final del proceso licitatorio. Para saber si el modelo de prestación que se va a contratar es el que la ciudad necesita para estar limpia, habrá que esperar más.

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