28 jun 2008

Seminario Participativo de Derecho Ambiental

El Diario de Villa María (28/06/2008)
Una participación “de abajo hacia arriba”

La doctora española Silvia Jaquenod enfatizó ayer en la importancia de la “Agenda 21”, una herramienta no muy conocida en la Argentina, al dialogar con EL DIARIO en un alto de la segunda y última jornada del Seminario Participativo de Derecho Ambiental, que se desarrolló en el Colegio de Abogados de Villa María, que organizó el evento junto al Ilustre Colegio de Abogados de Madrid y la Fundación Erdély.
La profesional explicó que a la agenda “es posible hacerla en la escuela, en el barrio, en nuestra calle” y que “la característica básica es que va de abajo hacia arriba, es el ciudadano el que participa directamente y quien lleva las iniciativas e inquietudes a las autoridades públicas”.
Como ejemplo, citó “los serios problemas con los perros vagabundos, donde un vecino propone que sería conveniente hacer un refugio, o bien cuando tengo problemas con el arbolado, porque he detectado que tienen una plaga, o con la recolección selectiva de residuos”.
“Es un plan participativo profundo de la población”, remarcó. La Agenda 21 es un documento que surgió en Río de Janeiro en 1992 en ocasión de la Cumbre de la Tierra, luego de lo cual distintos países lo han ido elaborando.
En Argentina “creo que no existe mucho, cuando pregunté aquí, en el seminario, la gente no sabía para qué servía. Es una herramienta buena de gestión ambiental a nivel municipal con participación de ciudadanos”.
Por otro lado, entre las nuevas tendencias en derecho ambiental, Jaquenod habló de “la buena gobernanza de los recursos naturales, no insistir con desarrollos insostenibles, sino más bien con un desarrollo compatible y equilibrado”. “Otra tendencia es la gestión integrada, o sea gestionar el medio en forma global, evitando la transferencia de contaminación de un medio al otro.”
También citó el “bienestar, la salud, la seguridad. A veces la gestión de los recursos naturales puede provocar inseguridad entre dos países, por ejemplo en el caso de un límite donde hay una masa de bosques, según cómo se gestione puede generar fricciones entre dos países”.
Y apuntó que “desde la Unión Europea se intenta no regular tanto, sino aprovechar los entramados jurídicos existentes, para que no haya tanta superposición de normas”.
Por último, recalcó que en América Latina se implementa la figura jurídica de los parques para la paz: recursos naturales compartidos por países, que los gestionan de manera coordinada.
El Seminario fue un “éxito extraordinario”
La doctora Jaquenod dijo que el Primer Seminario Participativo de Derecho Ambiental fue “un éxito extraordinario, ha ido más allá de lo previsto, y estamos gratamente sorprendidos por el éxito”. Subrayó que la “participación tuvo un alto nivel científico” y que se verificó una “alta preocupación por lo que estamos tratando”. Entre los proyectos citó el de un curso de capacitación continuo que tendrá la sala, indicó que se trabaja en darle solidez a una red de coordinadores ambientales cuya dirección principal será el Colegio de Abogados de Villa María y adelantó que “se hará el esfuerzo, desde nuestra fundación, para que en 2009 en el Simposio Internacional esté presente la totalidad del grupo de derecho ambiental de este Colegio (el que dirige Diego Sobrino)”, con lo que la delegación local participaría en España. “Han trabajado muchísimo, y hay que estimular y premiar esos esfuerzos”, valoró la doctora, dueña de una gran amabilidad y simpatía.

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El Puntal de Villa María (28/06/2008)
Las consecuencias del cambio climático afectarán más a Latinoamérica

La abogada Rosalía Ibarra sostuvo que es así por ubicación geográfica, tipo de recursos naturales y porque esta región del planeta no se encuentra preparada ni posee la tecnología para afrontarlas
Pensar en frenar el cambio climático resulta utópico. Hoy se habla de mitigar las consencuencias. “Es un poco complicado decir frenarlo, en nuestro caso, los países en vías de desarrollo es tratar de adaptarnos a ese cambio porque va a ser inevitable. Se trata de mitigar las consecuencias, no tanto frenarlo, frenarlo va a ser más que imposible, pero mitigarlo y tratar de adaptarnos sí podría ser algo viable, pero operando todos”, afirmó ayer la abogada Rosalía Ibarra, de Méjico, ante la consulta de este diario.
La letrada, que también es docente universitaria, disertó en el seminario participativo de derecho ambiental que culminó ayer, organizado por el Colegio de Abogados de Villa María, el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid y la Fundación Erdély. Ibarra tuvo a su cargo una exposición sobre mecanismos de desarrollo limpio o MDL, tal su sigla reconocida internacionalmente.
“Mecanismo de Desarrollo Limpio surgió en el Protocolo de Kyoto, en este mecanismo se integra a los países en vías de desarrollo para que participen en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, que es el que provoca consecuencias negativas en el cambio climático por causas humanas”, explicó. Recordó que se trata de “regular y promover inversión pública y privada entre países desarrollados y países en vías de desarrollo con el objetivo de trasferencia de tecnología para mitigar las consecuencias negativas del cambio climático y ayudar a los países en vías de desarrollo a alcanzar un desarrollo sostenible”.
Las empresas del primer mundo por esa transferencia obtienen certificados que se comercializan y se traducen en dinero. Esto hace que “los países desarrollados se preocupen más en ver si generan ceritifcados, no les interesa cuánto desarrollo sostenible generan con el proyecto sino cuántos certificados obtienen para después vender”.

Más susceptibles a las consecuencias
No es novedad que las industrias más contaminantes o “sucias” están en América Latina. Sí es noticia que los países de esta parte del mundo son los más afectados por el cambio climático: “Pasa que nuestros países son más susceptibles a sufrir las consecuencias por la situación geográfica, por el tipo de recursos naturales que tenemos y porque tampoco estamos preparados, no tenemos la tecnología para afrontar todas esas consecuencias negativas”. En el norte sí se encuentran más preparados, “además su situación geográfica y climática es distinta, quienes vamos a recibir todas las consecuencias negativas en primera instancia somos nosotros”.
Los gobiernos nacionales habilitan la instalación de las denominadas industras sucias, tal el caso de las papeleras. La excusa es atraer inversiones: “No se están dando cuenta que están causando consecuencias socioeconómicas y ambientales, sólo piensan en el aspecto económico, que traigan inversión, industrias, generar empleo. que por una parte se entiende porque nuestras necesidades son otras”. Mientras los países desarrollados ya se encuentran en otra fase ambiental, para América Latina las urgencias a resolver son la pobreza, las falta de alimentos y de empleo. Esto hace más susceptible a esta región del planeta y la ubica en una situación de desventaja: “Y es donde nos van a venir a traer toda la tecnología aparentemente limpia, pero nos van a invadir para que ellos continúen con su nivel de vida, continúen emitiendo, aparentemente mandándonos a nosotros energía limpia, eso me preocupa”.
Con este panorama la salida es que América Latina unifique su discurso y aproveche para su beneficio la necesidad que países tienen de cumplir con el Protocolo de Kyoto. Tal como sostuvo Ibarra, la meta debe ser “unificar criterio de Méjico para abajo”.

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