6 dic 2007

Veda de pesca comercial

La Mañana de Córdoba (06/12/2007)
Extienden la veda para la pesca comercial

La prohibición fue prorrogada por Córdoba Ambiente. La situación afecta a unas 50 familias de Miramar. Otras diez dejaron el pueblo al no poder realizar la actividad.
En el marco del Programa Provincial de Pesca, la Agencia Córdoba Ambiente, en conjunto con la Agencia Córdoba Turismo, resolvieron extender hasta diciembre de 2008 la veda que regía desde setiembre para la pesca comercial en la laguna Mar Chiquita.
Según explicaron desde el organismo ambiental, la prórroga responde al “crecimiento desmedido del índice de pescadores furtivos que durante la pasada época de restricción continuaron practicando la extracción de ejemplares en esa región”, señaló Oscar de Allende, director de Recursos Naturales de Córdoba Ambiente y coordinador del Programa de Pesca.
El principal problema que afrontan las autoridades no pasa sólo por la pesca desmedida con grandes redes, sino también por la extracción de pequeños ejemplares. “La veda responde sobre todo al hecho de que estos pescadores ilegales no sólo pescan indiscriminadamente en cantidad, sino que lo hacen sin tener en cuenta que las leyes al respecto estipulan que sólo se pueden extraer pejerreyes adultos”, agregó De Allende.
A pesar de las restricciones, los funcionarios del Programa Provincial de Pesca resolvieron mantener activa la autorización de la captura de estos ejemplares en las márgenes de la laguna Mar Chiquita. Es que allí es donde los peces adultos se instalan a desovar sus crías entre los meses de setiembre hasta diciembre.
“La pesca con caña sí está permitida. Lo único que se prohíbe es la pesca comercial y sobre todo, indiscriminada de ejemplares en ese espejo de agua”, señaló el titular del Programa.
La falta de pejerreyes responde, según señaló De Allende, a dos factores además de la actividad furtiva.
“Más allá de los pescadores, distintos factores climáticos ayudaron a generar esta escasez de ejemplares adultos. En primer lugar, la falta de lluvias y la amplitud térmica, que no permite que los peces adultos desoven con tanto éxito, ni posibilita las crías desarrollarse normalmente. Pero además, tiene incidencia el completo descontrol que durante 40 años rigió sobre la región”, enfatizó De Allende.
Los controles que lleva adelante la cartera de Ambiente y, más precisamente Recursos Naturales de la Provincia, lograron en pocos meses, recuperar la fauna ictícola en numerosos nichos acuáticos.
En el caso de la laguna Mar Chiquita, la dependencia envió cerca de 4 guardapescas con horarios y días rotativos para controlar la extracción comercial de los preciados ejemplares.
“En lo que va del año, los inspectores de la región de la laguna Mar Chiquita, retuvieron 50 metros de redes de pesca comercial. La mayoría de ellas servía sólo para atrapar pejerreyes pequeños, algo totalmente prohibido por la legislación actual”, dijo De Allende.

La otra cara
Mientras que la Coordinación del Programa Provincial de Pesca realiza una serie de controles periódicos en la zona de la laguna Mar Chiquita, los comerciantes de pejerreyes de la localidad de Miramar ven con otros ojos esta iniciativa. De los cerca de 3.000 habitantes que residen en ese pequeño pueblo, cerca de 60 familias viven de la comercialización de esta clase de pescados.
“Desde que rige la veda de pesca, cerca de 60 familias debieron dejar de trabajar de la pesca y buscar otra fuente de ingresos. Al tratarse de una localidad bastante pequeña, 10 de esos núcleos debieron mudarse hacia otras ciudades a trabajar, mientras que las restantes se reubicaron en puestos locales como de la construcción y el turismo”, explicó Raúl Castellino, intendente de Miramar.
La situación es compleja y no se vislumbra una solución a corto plazo.

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