23 dic 2007

Turismo cinegético contaminante

La Voz del Interior (23/12/2007)
Presentaron amparo en la Justicia para prohibir municiones de plomo

La Fundación Consumo y Ambiente solicitó el viernes último a la Justicia Federal de Córdoba la prohibición del uso de plomo en municiones de armas de fuego utilizadas en la caza menor, comercial, deportiva y en el turismo cinegético.
Víctor Moncada y Nerina Gaviraghi, en calidad de presidente y secretaria de esa entidad, respectivamente, presentaron un recurso de amparo en el que además piden a la Justicia Federal que declare la emergencia ambiental en las zonas donde se desarrolle el turismo cinegético, según los criterios del Programa para la Gestión Ambiental de Sitios Contaminados, creado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación mediante resolución 515/2006, hasta tanto sean saneadas.
El trámite recayó en el Juzgado 3, a cargo de Cristina Garzón de Lascano.
Los demandantes, asimismo, solicitaron a la magistrada que ordene a la Cámara de Turismo Cinegético de Córdoba, y por su intermedio a cada una de las empresas inscriptas en ellas, que proceda a remover y depositar en los espacios destinados a tal fin los residuos de plomo que se encuentran en los campos de caza y sus alrededores. También, pidieron implementar políticas en las localidades donde se practique el turismo cinegético, para que cada una de ellas, en el ámbito de su competencia y en forma coordinada, realice los estudios de contaminación del agua, el aire, el suelo (hasta la profundidad que sea necesaria) y en las napas freáticas (al menos en la primera) a fin de determinar el grado de contaminación.
La Fundación Consumo y Ambiente pidió además que se exija a la Cámara de Turismo Cinegético que en las zonas donde se practique la actividad realice los estudios y análisis de laboratorio a las personas que acepten realizárselos para determinar si la población de esas localidades se encuentran intoxicadas con plomo, para luego brindar el tratamiento toxicológico que corresponda.
Moncada y Gaviraghi solicitaron la medida cautelar “que garantice la subsistencia de los derechos actuales vulnerados, a fin de evitar el agravamiento de la situación en cuanto al severo e irreparable perjuicio que se esté produciendo en la vulneración del medio ambiente”.
Pablo Valebella, vocero de la Cámara de Turismo Cinegético de Córdoba, dijo a La Voz del Interior que la entidad esperará la notificación del amparo por parte de la Justicia para analizarlo y actuar en consecuencia.

Derechos violados
Los promotores del amparo sostienen que la utilización de municiones de plomo en las distintas modalidades de caza violan derechos consagrados en la Constitución Nacional, como el de gozar de un medio ambiente sano y equilibrado, al desarrollo sustentable, a la salud y a la vida, entre otros.
En el texto de la presentación se asegura que el turismo cinegético, intensivo, “es una actividad de alto riego e impacto ambiental, ya que se practica con municiones de plomo, componente altamente nocivo y perjudicial para toda la biosfera”.
En ese sentido –destaca la fundación– la acción de amparo promovida se presenta como “una imperiosa necesidad”, a fin de minimizar los riesgos ambientales producidos por la caza de especies como palomas, tórtoras, cotorras, patos, perdices, conejos, vizcachas, nutrias y liebres, entre otras”.
La cacería deportiva, comercial y el turismo cinegético, se desarrollan principalmente en Córdoba, Santiago del Estero, La Pampa, Entre Ríos, Santa Fe, Chaco y demás provincias del centro y norte argentino.
La semana próxima se estarían notificando de la presentación del recurso de amparo a las partes involucradas y la causa tomaría impulso después de que culmine la feria judicial de enero.

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Cazadores y contaminadores

Sólo en Córdoba, más precisamente en las regiones norte y nordeste, la práctica cinegética produce más de 900 toneladas anuales en desechos de plomo, según estudios realizados por técnicos del Área Contaminación y Bioindicadores del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (Imbiv), de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), que coordina María Luisa Pignata, investigadora del Conicet.
Esta información, publicada por La Voz del Interior en noviembre del año pasado, ha sido tenida especialmente en cuenta para fundamentar el recurso de amparo promovido por la Fundación Consumo y Ambiente.
El trabajo tomó como referencia para el cálculo los datos suministrados por la propia Cámara de Turismo Cinegético. Según esta entidad empresaria, cada cazador realiza por día entre mil y 1.500 disparos, sólo en la práctica de la caza de paloma dorada, utilizando cartuchos que contienen en promedio 26 gramos de plomo.
A partir de ese índice, y teniendo en cuenta que la actividad en Córdoba existe desde hace 15 años, la Fundación Consumo y Desarrollo calcula que en la actualidad las zonas donde se practica esta modalidad de caza deportiva están contaminadas con unas 10 mil toneladas de plomo.
El conocimiento de los efectos tóxicos de este metal escaso en la corteza terrestre posibilitó la disminución de su empleo en distintos sectores productivos, como la fabricación tradicional de pinturas, cañerías, cristales y elementos cerámicos. También se está dejando de emplear en la preparación de aditivos para combustibles y prácticamente no se utiliza más en las soldaduras.
Finalmente, los promotores del amparo sostienen que la actividad cinegética contamina más que una fábrica de baterías para automóviles ya que los cazadores arrojan residuos en forma directa al medio ambiente y quedan depositados en el agua y el suelo, con todo lo que eso implica en términos de contaminación.

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