21 oct 2007

Embalses con más agua

La Voz del Interior (21/10/2007)
Cerca del verano, embalses con más agua

La ciudad de Córdoba, lo mismo que la región metropolitana y el resto de la provincia, ha atravesado en los últimos años una situación delicada por la ausencia de lluvias que sirven de aporte a los embalses de donde se capta el agua a ser potabilizada.
En esta primavera, a diferencia de años anteriores, el panorama es distinto. Las lluvias tempranas mejoraron la situación, lo que se refleja en las estadísticas comparativas de los niveles en los principales diques.
Así, el San Roque –punto de origen del líquido que se procesa para distribuir en la ciudad Capital– ofrece al mes de octubre una altura superior a las que se registraron en los últimos cuatro años. Lo mismo sucede con el embalse La Quebrada –fuente de provisión para una zona de las Sierras Chicas– y Los Molinos, desde donde llega el agua a ser procesada en la planta de Bouwer, para el sudeste de la ciudad de Córdoba.
Pese a esa mejora, desde la Dipas insisten con la recomendación que se realiza en las épocas previas al verano: evitar el derroche para no tener que llegar al racionamiento del recurso.

El dique San Roque

En plena época de sequía, el embalse del dique San Roque se presenta mejor que años anteriores en el nivel de agua que presentan sus costas. Según los datos de la provincia, el viernes último el nivel del embalse alcanzaba 31,54 metros, el 72 por ciento del nivel máximo del espejo de agua y 1,11 metro por encima del nivel registrado en 2006.
El principal afluente del San Roque, el río San Antonio, también presenta un mejor aspecto en cuanto al nivel de agua de su caudal que en los últimos años.
Según explica Pablo Picca, jefe de servicios de la Cooperativa Integral, este año se ha conjugado una serie de factores que han favorecido al mantenimiento del dique. “Estamos mejor que en los últimos 5 años, desde que estoy a cargo del área”, señaló.
“El nivel del San Antonio se mantuvo más estable con las precipitaciones que cayeron durante el invierno, en lo que también tuvieron mucha influencia las nevadas que se registraron en las Altas Cumbres, principal reserva de agua de todo lo que se denomina la cuenca del San Roque”, explicó el ingeniero de la cooperativa.
Asimismo, Jorge Boido, jefe de comunicaciones de la entidad, señaló que el factor humano tiene incidencia esencial sobre el nivel del curso de agua y, por consecuencia, del embalse.
En este sentido, coincide Picca: “Las precipitaciones, por más mínimas que sean, ayudan a que la gente no riegue, y esto realmente influye mucho en la demanda de agua, es decir, en la cantidad de líquido que extraemos del río”.
“A su vez, el frío que este año se extendió por una mayor cantidad de meses, facilitó las cosas. Mientras que otros años el consumo de agua aumentaba por el calor, este año la demanda de agua no fue tan grande. En este sentido, influye mucho el llenado de piscinas y el consumo humano directo”, finalizó Picca.
Si bien el nivel del río y como consecuencia del lago, se mantiene mejor, la situación no da para confiarse, según expresó Jorge Boido. “Esto no quiere decir que podamos derrochar el agua. Debemos cuidar el recurso que tenemos como siempre, pero nos permite estar más tranquilos, no entrar en alerta y tener una mejor calidad en el líquido que llega a los hogares”, puntualizó.

Mejor

El año pasado, el nivel del río San Antonio obligó a declarar alerta naranja sobre el consumo de agua, por lo que se prohibió el riego y todo aquel uso que no fuera estrictamente humano. El alerta del 2006, que duró casi tres meses, este año no llegó a dictaminarse nunca.

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