23 sept 2007

Exigen calidad ambiental

El Puntal de Río Cuarto (23/09/2007)
Los pueblos apoyan el progreso, pero exigen calidad ambiental

En Coronel Moldes los vecinos lograron que no se instale una antena a metros de sus casas. En Cabrera pidieron el cierre de una planta de fundición. En varios pueblos piden se controle el uso de agroquímicos
Los habitantes de la región han iniciado la dura lucha de la defensa de su medio ambiente y calidad de vida, ante el avance de emprendimientos que si bien favorecen el progreso de los pueblos, también van en detrimento de la calidad de vida.
Por ejemplo en Coronel Moldes, los vecinos lograron esta semana que una antena de más de 40 metros de alto no se instale a metros de sus viviendas, mientras que en General Cabrera se logró el cierre de una planta de fundición de plomo.
Los depósitos de agroquímicos en pleno corazón de los pueblos también dieron lugar a reclamos en Las Perdices, Cabrera, Sampacho, Huinca Renancó, lográndose en algunas localidades que se legisle al respecto.
“Finalmente la gente se cansó de aceptar sin quejarse. Ahora se animan, salen y defienden sus derechos. Y no lo hacen utilizando la fuerza ni la agresión, sino amparándose en sus derechos”, manifiesta un vecino de Cabrera.
Así, sin resistirse al progreso, los vecinos solicitan que se haga con prudencia y pensando en el bienestar de la gente, por sobre todas las cosas.
De un relevamiento realizado por PUNTAL surge que en cada una de las poblaciones de la zona, casi sin excepciones, distintos grupos de vecinos se autoconvocaron con la intención de modificar las situaciones que vienen padeciendo.
General Cabrera parece ser una de las pioneras y de mayor “independencia” en cuestiones de reclamar y exigir respuestas.
Fue en esta población donde se puso en evidencia el riesgo que implica el funcionamiento de plantas industriales que manipulan el plomo. Además fueron vecinos cabrerenses quienes tras varios reclamos lograron parar la quema de los residuos de los cultivos de maní que generaban contaminación y hasta problemas de salud en los habitantes.
El reclamo de los vecinos puso fin a esta práctica y hoy el producto es trasladado a los hornos de una empresa de Deheza o se utiliza para otros emprendimientos que, a su vez, generan nuevas fuentes laborales.
Pero tal vez el logro más importante de los cabrerenses en pro de mejorar su calidad de vida es el de la planta de fundición de plomo, industria que aún hoy está siendo investigada por posible contaminación de ambiente.
Según los habitantes del barrio Centenario varios niños del sector sufren afecciones en su salud por el plomo. Fue tras la denuncia de estos vecinos que se clausuraron otras plantas que funcionaban en la provincia y manipulaban este metal, y es la lucha que llevan adelante también habitantes de Río Cuarto ante el temor de que también otra planta que tiempo atrás manipuló baterías haya contaminado un populoso barrio.
En Coronel Moldes y Sampacho los habitantes se manifestaron reclamando se adopten medidas para evitar las emanaciones de polvillos de las cerealeras. Estas plantas, que son una de las fuentes principales de la economía local, también generan problemas por la voladura de desechos que provocan problemas respiratorios y alérgicos.
Paralelo a esto también en varias poblaciones, entre ellas Las Perdices, Moldes, Cabrera, Sampacho, Huinca Renancó, los vecinos exigieron a las autoridades adoptar medidas para que los depósitos de agroquímicos sean ubicados fuera de los ejidos municipales, pero aún el tema sigue en debate.
En Chucul los vecinos le dijeron no a la radicación de la empresa Paolini, dedicada a la pavimentación de caminos, priorizando su salud y calidad de vida por sobre la fuente laboral.

Las antenas

El auge de la telefonía celular sumó otra preocupación a los vecinos de la región, quienes argumentan que además de ser riesgosas estas estructuras, por la elevada altura que poseen, también traen perjuicios para la salud.
Así fue que primero en Santa Eufemia, luego en Sampacho, Berrotarán y en los últimos días en Moldes, los habitantes se quejaron por la colocación de estas estructuras a metros de sus viviendas. En el caso de la última ciudad tuvo un final feliz, pues la rápida acción de la gente y el análisis de la empresa determinó que se decidiera su traslado hacia otro lugar.
Aún así, y cuando los vecinos piden que el progreso no vaya en desmedro de su salud, en muchos pueblos quedan temas por resolver y tal vez el más urgente es la ubicación de depósitos de agroquímicos y cerealeras que han quedado en el corazón de los pueblos, generando múltiples problemas.
Humo, plomo, agroquímicos, antenas, polvillo y otros tantos “agentes externos” invaden la vida de los habitantes de los pueblos; en muchos casos, denuncian la falta de legislación y en otros casos, la falta de aplicación de las legislaciones vigentes. Allí es donde los vecinos se autoconvocan y deciden manifestarse para hacer conocer el reclamo y la esperanza de que la situación se modifique, aunque a veces pasa demasiado tiempo.

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