1 abr 2007

Pocos sabrían qué hacer

La Voz del Interior (01/04/2007)
Pocos sabrían qué hacer ante un accidente químico

Río Tercero está rodeada de industrias químicas. Hay un plan para emergencias, pero cuesta hacerlo llegar a la gente.
La ciudad de Río Tercero empezó a diseñar hace más de una década un plan para saber cómo actuar ante una emergencia. Con varias y grandes industrias químicas instaladas prácticamente en su zona urbana, siempre se admitió que el riesgo central a neutralizar era, y es, el de un escape de altas proporciones y peligrosidad.
Hasta las explosiones de Fábrica Militar de 1995 poco y nada se había avanzado en ese rubro. Ese hecho marcó una trágica bisagra. Desde entonces a hoy, se dieron varios pasos, pero uno central parece pendiente: ¿sabe la comunidad qué debe hacer ante un caso de escape químico grave para asegurar su salud y no incrementar los riegos?
La impresión admitida por todos es que la ciudad se fue preparando (a través de las instituciones y empresas relacionadas con la actividad química y la atención de emergencias) pero que la sociedad está casi ajena a los consejos a seguir en caso que algo ocurra.
Nunca, en décadas, hubo un episodio químico que demandara poner a la ciudad en estado de emergencia. Sin embargo, nadie desconoce que la ciudad debe estar preparada para eso.
El programa Apell en marcha (sus siglas en inglés significan plan de prevención y acción ante emergencias locales) fue ideado por Naciones Unidas. El modelo local se basa en el aplicado en Bahía Blanca. Apunta a que las principales instituciones que operan habitualmente en emergencias tales como el municipio, bomberos, empresas de urgencias médicas y el hospital sepan alcanzar criterios unificados para operar con mayor eficiencia por algún eventual siniestro, junto a las empresas involucradas, que en Río Tercero son Atanor, Petroquímica y Fábrica Militar. Todos esos sectores integran la mesa del Plan Apell.

Impresión
La sensación es que el Apell funciona puertas adentro pero no puertas afuera. Las instituciones y empresas están hoy mucho más preparadas para atender una emergencia que hace una década, pero no la gente, principal destinataria del programa. Así lo reconocen hasta los máximos responsables de las químicas y las autoridades de bomberos y del municipio, principales actores del plan Apell.

Para muestra basta un botón
En los barrios, cuando se pregunta qué es Apell, la gente responde con otra pregunta porque desconoce la respuesta. Y si a la mayoría de los riotercerenses se le pregunta qué haría ante un escape químico, contestará que tratará de alejarse huyendo del lugar cuando la evacuación es lo más desaconsejado en la mayoría de esos casos.
Las partes involucradas que coordinan el plan reconocen que está faltando una pata fundamental para que no se caiga la mesa si algún día es necesario armarla.
El jefe de Bomberos Voluntarios, Miguel Canutto, señaló: “Hay falta de interés en la gente. Quizá tenemos parte de culpa quienes estamos en el Plan Apell. Habrá que buscar métodos para atraer a la gente”.
Santiago Pérez, directivo de Petroquímica, dice que el Apell debe enfocarse ahora a ese punto, pero habló de falta de interés en la ciudadanía por el tema.
El gerente de Atanor, Ricardo Sani, coincidió con ese diagnóstico.
“No podemos hacer magia con una cuestión tan delicada. También genera resistencia la idea de aprender esto porque es admitir que hay riesgos”, opinó el secretario de Seguridad Ciudadana, Daniel Bardella.

Ver Nota On Line

0 comentarios:

Buscar este blog

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs