5 mar 2007

Fumigación y enfermedades

La Voz del Interior (05/03/2007)
Atribuyen a las fumigaciones una suba en varias enfermedades

El sensible aumento de las enfermedades de la piel, las irritaciones oculares, los dolores estomacales y las reacciones alérgicas registrado últimamente en el departamento Río Seco encendió luces de alerta entre los profesionales de la salud que trabajan en la región, quienes atribuyen el problema en gran medida a las fumigaciones de los sembradíos.
El tema ocupó un lugar prioritario en la agenda de la Comunidad Regional durante la última reunión del cuerpo, donde los jefes políticos de los gobiernos locales analizaron la posibilidad de tomar medidas conjuntas con el fin de abordar este problema sanitario.
En principio, los municipios y comunas comprendidos en el área debatieron la adhesión sin demoras a la ley provincial de productos químicos y biológicos de uso agropecuario. La norma de referencia (N° 9.164) tiene por objetivos la protección de la salud humana, de los recursos naturales, de la producción agropecuaria y del patrimonio de terceros, de los daños que pudieran ocasionarle por usos contrarios a los dispuestos por ella, como también la preservación de la calidad de los alimentos y las materias primas de origen vegetal, entre otros.
En línea con esos propósitos, el Concejo Deliberante de Villa de María de Río Seco (cabecera del departamento) sancionó una ordenanza que exige a los productores agropecuarios que quieran fumigar el permiso correspondiente, que extiende la Secretaría de Agricultura y Ganadería, autoridad de aplicación de la ley provincial.
Las inspecciones realizadas a partir de la entrada en vigor de la norma arrojaron un saldo que pone en evidencia la magnitud de la situación, al menos en esa localidad del norte cordobés: alrededor del 85 por ciento de los controlados no tenía la autorización requerida.
"Lo más grave es que quienes manipulan agroquímicos, en su gran mayoría peones rurales, no están capacitados para esas labores y terminan pagando con su salud las consecuencias de operar herbicidas y fungicidas en condiciones de precariedad", señaló Luis Arce, intendente de Villa de María y presidente de la comunidad regional.
En la cabecera departamental también está prohibida por ordenanza la circulación de "los mosquitos" (nombre popular de los pulverizadores mecánicos que se tiran con tractores) por el casco urbano y se ha establecido un recorrido especial para ese tipo de maquinaria.
Arce reconoció que existe preocupación en la región por el incremento de afecciones vinculadas a las fumigaciones, situación que se desprende de las estadísticas sanitarias del Hospital Municipal de Villa de María y del provincial Vicente Agüero, de Jesús María; a éste último suelen recurrir los habitantes del norte cuando su padecimiento requiere de una consulta a un especialista o un mayor nivel de complejidad en el servicio.

Voces de alerta
El temor al impacto negativo de las fumigaciones sobre la salud ha motivado quejas vecinales en varios puntos de la provincia. Por caso, San Francisco creó recientemente por ordenanza una "zona de resguardo", conformada por la propia planta urbana o núcleos poblacionales de la ciudad –entendiéndose por tales aquellos donde habitan personas, en forma permanente–, "con más un radio de 500 metros a partir del límite de la referida planta urbana o núcleos poblacionales, o hasta la distancia a la que llegare la jurisdicción territorial del Municipio cuando ésta fuere menor que dicho radio".
La norma contempla la prohibición, dentro de la mencionada zona, de la utilización de cualquier tipo de producto químico o biológico de uso agropecuario destinado a la fumigación o a la fertilización agrícola y/o forestal, excepto los productos debidamente autorizados para la práctica de agricultura orgánica, la que debe contar con la autorización de la Secretaria de Salud y Ambiente municipal.

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