26 nov 2006
Sin solución a los RSU en Calamuchita
10:32 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (26/11/2006)
No aparece una solución regional para los basurales en Calamuchita
Sigue siendo el principal problema ambiental de esta región turística. Algunos municipios han avanzado este año en proyectos individuales, ante la falta de uno integral y zonal.
Calamuchita. Los basurales a cielo abierto siguen encabezando el ranking de la problemática ambiental en
La mayoría de las localidades han avanzado poco y nada en mejorar el tratamiento final de los residuos que producen, aunque todos siguen admitiendo el tema como prioritario, sobre todo por tratarse de una región turística que debe mostrar como capital una imagen de cuidado ambiental.
La falta de políticas de Estado en este rubro, durante décadas, incidió en afianzar estos focos contaminantes a lo largo y ancho de la Provincia y el país. A su vez, la carencia de concientización del problema y de hábitos saludables en la gente, complica la resolución.
La erradicación total de los basurales a cielo abierto en Calamuchita parece difícil de alcanzar, al menos en el mediano plazo. No obstante, algunas poblaciones, de manera individual, comenzaron a dar algunas señales de cambio.
Si bien funcionarios de la zona aseguran que la propuesta del Gobierno provincial de generar una planta de tratamiento para toda la región, con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aún respira, ese proyecto del que se viene hablando desde hace tres años se fue desinflando al no conseguir un sitio para emplazar el vertedero regional. Ninguna localidad quiere pagar el costo político de localizar la basura de toda la zona en su jurisdicción.
Desde algunos sectores siguen afirmando que la solución debe llegar en forma de proyecto regional, por los altos costos que insume. Pero ante la falta de soluciones regionales, algunos municipios han dado algunos pasos en forma individual. Son los casos –en Calamuchita– de La Cumbrecita, Los Cóndores y Villa General Belgrano.
Opiniones, por pueblo
"No quiero hablar mucho porque es un tema complicado para todos, seguimos trabajando en eso pero teniendo en cuenta las posibilidades que hoy se nos brindan. No hay que alarmarse, tenemos un problema que es crítico desde siempre, pero creo que a mediano plazo alguna solución va a aparecer", señaló Marcos Duarte, intendente de Embalse y titular de la Comunidad Regional de Calamuchita.
Algunos intendentes están expectantes con respecto a la experiencia que realiza en Los Cóndores, que concesionó a una empresa privada su basural, para que ésta recicle y venda al menos el 70 por ciento de los residuos que le llegan. Almafuerte está a punto de firmar un similar contrato con la misma empresa.
"Es un tema nuevo y hay que ver el resultado, puede ocurrir que esto que empezó en Los Cóndores se traslade a otros pueblos", opinó Duarte.
Sin embargo, otros dirigentes de la zona admiten sus dudas de que ese sistema sea una solución real, o solo un paliativo para reducir la cantidad de basura.
"No sólo se comprometió la Provincia, sino también la Nación a ayudar para una solución integral", adelantó Duarte, sin querer brindar más detalles.
La intendenta de Villa del Dique, Sonia Parejas, señaló que también les preocupa el tema. "Hemos avanzado al comprar un camión compactador que permite que se agilice el trabajo y reducir el caudal de basura", comentó.
Pero esa localidad, al igual que Embalse, Rumipal y Santa Rosa siguen con sus basurales a cielo abierto, que en verano, cuando la población se multiplica por la llegada de turistas, aumentan considerablemente en volumen.
"La solución real no está a la vista. Por supuesto que hay muchas opiniones sobre posibles soluciones, pero no es un tema para solucionar de un día para el otro", acotó Parejas.
En Santa Rosa, la intendenta Noemí de Magalhaes, admite que a esta altura ya apuestan más a las soluciones individuales que a una salida regional. "Sigo sosteniendo que cada localidad va a tener que resolver su problema. Santa Rosa empezó ese camino y creo que lo tiene que seguir", dijo. En varios barrios de esta localidad se está realizando la separación domiciliaria de residuos, a modo de prueba, y por consiguiente, el camión ejecuta una recolección diferenciada. El sistema apenas está dando sus primeros pasos y se admite que para erradicar el basural falta un largo camino.
Villa General Belgrano también tiene un basural a cielo abierto, aunque está a punto de cerrarlo. Probablemente antes de finalizar el año ponga en marcha la nueva planta de compactación y transferencia, primera en su tipo en esta región. Cuando lo haga, los residuos ya no serán acumulados sino que cada día serán enviados al predio de enterramiento de Córdoba capital. Esa solución tiene su precio: al municipio le cobrarán 25 pesos por cada tonelada recibida, a lo que tendrá que sumarle el flete (unos 850 pesos diarios). Además está la inversión en la nueva planta, que supera los 300 mil pesos. A ese precio hay que pagarlo y el municipio creó para eso, desde este año, un adicional sobre las tasas que pagan todos los contribuyentes, de 3 pesos por mes (los grandes generadores pagan 20 por mes).
El tema del costo económico que implica a cada municipio una solución adecuada al tratamiento de la basura es el principal escollo por el que la mayoría ha avanzado poco.
En Villa Rumipal, en tanto, analizan trasladar parte de sus residuos urbanos a la planta de reciclaje que ya funciona en Los Cóndores. El intendente Gustavo Gantus anticipó que está analizando los costos de ese proyecto. Si se concreta, anticipó que piensa crear un tributo para que los vecinos financien el traslado. "Le pediríamos una colaboración a cada frentista, que rondará en dos o tres pesos por mes", apuntó.
La Cumbrecita es, hoy por hoy, la única que ya tiene una solución en marcha: su basura la traslada un par de veces por semana al sistema de enterramiento de Córdoba capital.
Además de arruinar el paisaje y el ambiente, en una zona turística, los basurales a cielo abierto representan un gran riesgo en esta área porque son punto habitual de inicio de fuego, que a veces termina en incendios rurales y forestales.
Ver Nota On Line (el link pudo haber cambiado)
No aparece una solución regional para los basurales en Calamuchita
Sigue siendo el principal problema ambiental de esta región turística. Algunos municipios han avanzado este año en proyectos individuales, ante la falta de uno integral y zonal.
Calamuchita. Los basurales a cielo abierto siguen encabezando el ranking de la problemática ambiental en
La mayoría de las localidades han avanzado poco y nada en mejorar el tratamiento final de los residuos que producen, aunque todos siguen admitiendo el tema como prioritario, sobre todo por tratarse de una región turística que debe mostrar como capital una imagen de cuidado ambiental.
La falta de políticas de Estado en este rubro, durante décadas, incidió en afianzar estos focos contaminantes a lo largo y ancho de la Provincia y el país. A su vez, la carencia de concientización del problema y de hábitos saludables en la gente, complica la resolución.
La erradicación total de los basurales a cielo abierto en Calamuchita parece difícil de alcanzar, al menos en el mediano plazo. No obstante, algunas poblaciones, de manera individual, comenzaron a dar algunas señales de cambio.
Si bien funcionarios de la zona aseguran que la propuesta del Gobierno provincial de generar una planta de tratamiento para toda la región, con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aún respira, ese proyecto del que se viene hablando desde hace tres años se fue desinflando al no conseguir un sitio para emplazar el vertedero regional. Ninguna localidad quiere pagar el costo político de localizar la basura de toda la zona en su jurisdicción.
Desde algunos sectores siguen afirmando que la solución debe llegar en forma de proyecto regional, por los altos costos que insume. Pero ante la falta de soluciones regionales, algunos municipios han dado algunos pasos en forma individual. Son los casos –en Calamuchita– de La Cumbrecita, Los Cóndores y Villa General Belgrano.
Opiniones, por pueblo
"No quiero hablar mucho porque es un tema complicado para todos, seguimos trabajando en eso pero teniendo en cuenta las posibilidades que hoy se nos brindan. No hay que alarmarse, tenemos un problema que es crítico desde siempre, pero creo que a mediano plazo alguna solución va a aparecer", señaló Marcos Duarte, intendente de Embalse y titular de la Comunidad Regional de Calamuchita.
Algunos intendentes están expectantes con respecto a la experiencia que realiza en Los Cóndores, que concesionó a una empresa privada su basural, para que ésta recicle y venda al menos el 70 por ciento de los residuos que le llegan. Almafuerte está a punto de firmar un similar contrato con la misma empresa.
"Es un tema nuevo y hay que ver el resultado, puede ocurrir que esto que empezó en Los Cóndores se traslade a otros pueblos", opinó Duarte.
Sin embargo, otros dirigentes de la zona admiten sus dudas de que ese sistema sea una solución real, o solo un paliativo para reducir la cantidad de basura.
"No sólo se comprometió la Provincia, sino también la Nación a ayudar para una solución integral", adelantó Duarte, sin querer brindar más detalles.
La intendenta de Villa del Dique, Sonia Parejas, señaló que también les preocupa el tema. "Hemos avanzado al comprar un camión compactador que permite que se agilice el trabajo y reducir el caudal de basura", comentó.
Pero esa localidad, al igual que Embalse, Rumipal y Santa Rosa siguen con sus basurales a cielo abierto, que en verano, cuando la población se multiplica por la llegada de turistas, aumentan considerablemente en volumen.
"La solución real no está a la vista. Por supuesto que hay muchas opiniones sobre posibles soluciones, pero no es un tema para solucionar de un día para el otro", acotó Parejas.
En Santa Rosa, la intendenta Noemí de Magalhaes, admite que a esta altura ya apuestan más a las soluciones individuales que a una salida regional. "Sigo sosteniendo que cada localidad va a tener que resolver su problema. Santa Rosa empezó ese camino y creo que lo tiene que seguir", dijo. En varios barrios de esta localidad se está realizando la separación domiciliaria de residuos, a modo de prueba, y por consiguiente, el camión ejecuta una recolección diferenciada. El sistema apenas está dando sus primeros pasos y se admite que para erradicar el basural falta un largo camino.
Villa General Belgrano también tiene un basural a cielo abierto, aunque está a punto de cerrarlo. Probablemente antes de finalizar el año ponga en marcha la nueva planta de compactación y transferencia, primera en su tipo en esta región. Cuando lo haga, los residuos ya no serán acumulados sino que cada día serán enviados al predio de enterramiento de Córdoba capital. Esa solución tiene su precio: al municipio le cobrarán 25 pesos por cada tonelada recibida, a lo que tendrá que sumarle el flete (unos 850 pesos diarios). Además está la inversión en la nueva planta, que supera los 300 mil pesos. A ese precio hay que pagarlo y el municipio creó para eso, desde este año, un adicional sobre las tasas que pagan todos los contribuyentes, de 3 pesos por mes (los grandes generadores pagan 20 por mes).
El tema del costo económico que implica a cada municipio una solución adecuada al tratamiento de la basura es el principal escollo por el que la mayoría ha avanzado poco.
En Villa Rumipal, en tanto, analizan trasladar parte de sus residuos urbanos a la planta de reciclaje que ya funciona en Los Cóndores. El intendente Gustavo Gantus anticipó que está analizando los costos de ese proyecto. Si se concreta, anticipó que piensa crear un tributo para que los vecinos financien el traslado. "Le pediríamos una colaboración a cada frentista, que rondará en dos o tres pesos por mes", apuntó.
La Cumbrecita es, hoy por hoy, la única que ya tiene una solución en marcha: su basura la traslada un par de veces por semana al sistema de enterramiento de Córdoba capital.
Además de arruinar el paisaje y el ambiente, en una zona turística, los basurales a cielo abierto representan un gran riesgo en esta área porque son punto habitual de inicio de fuego, que a veces termina en incendios rurales y forestales.
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