12 nov 2006

La desertización del suroeste cordobés

El Puntal de Río Cuarto (12/11/2006)
Erosión: la desertización acecha a los campos del suroeste cordobés

Un nuevo estudio científico corroboró el avance de la erosión hídrica en la región pedemontana. Se detectó pérdida de suelo y un importante escurrimiento de las aguas. Culpan a los monocultivos
Un nuevo trabajo científico de la Universidad Nacional de Río Cuarto corroboró que la erosión hídrica avanza en los campos de la región, produciendo pérdida de fertilidad y por ende de productividad y acentuando el riesgo de la desertización.
El estudio se llama “Evaluación del Proceso de Degradación de Suelos por Erosión Hídrica en una Subcuenca Representativa de la Región Pedemontada del Suroeste de la Provincia de Córdoba", estuvo a cargo de la geóloga Analía Becker y contó con la dirección del doctor Mario Cantú.
“La profundización de los procesos de erosión de suelos sin cambios que permitan revertir la situación conllevan a la desertización y a la disminución de la sustentabilidad de los agroecosistemas en la cuenca, como así también, de la economía de toda la región”, dice el trabajo.
Se trata de una investigación no de laboratorio sino de campo que se hizo en dos establecimientos rurales ubicados entre Rodeo Viejo y La Aguada: el campo experimental de la Universidad y otro de carácter privado.
El trabajo de campo duró cuatro años y el procesamiento de los datos otros dos. Se utilizaron colectores de sedimentos en distintos sistemas de labranza.
Un anterior estudio científico determinó que, por la erosión, se pierden por año en la región un millón de toneladas de suelo fértil y que la tendencia lleva a un incremento paulatino de esta problemática, por la intensificación de la agricultura y la falta de rotación de los cultivos.
El cálculo corresponde a un estudio científico local que identificó focos activos de erosión hídrica en la cuenca del arroyo Santa Catalina.
Posteriormente, otros especialistas advirtieron sobre la acentuación de los procesos de erosión eólica en la región, que toman la forma de los llamados “campos volados”, que a la larga conducen hacia la tan temida desertización.
"El trabajo se llama Evaluación del Proceso de Degradación de Suelos por Erosión Hídrica en una Subcuenca Representativa de la Región Pedemontada del Suroeste de la Provincia de Córdoba y fue financiado por la Universidad local y la Agencia Córdoba Ciencia”, dijo la geóloga Becker, quien se doctoró en Ciencias Geológicas, en diálogo con PUNTAL.
Y acotó: "El objetivo del proyecto de investigación fue implementar y validar sistemas de evaluación de procesos de degradación de suelos por erosión hídrica, laminar fundamentalmente".
"Uno de los sitios que se eligió fue el campo de docencia y experimentación de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad y un campo vecino perteneciente a un productor rural. El área geográfica de estudio se ubicó entre Rodeo Viejo y La Aguada", puntualizó.
Becker comentó que “el estudio se desarrolló bajo lluvia natural, con diferentes tipos de cultivos, por ejemplo soja, maíz, girasol y sorgo forrajero, y utilizando colectores de sedimentos puestos en distintos sistemas de labranza: siembra directa, labranza reducida y convencional, ya sea fertilizados, no fertilizados, pastoreados y no pastoreados".
Y añadió: "En realidad fueron doce situaciones que se evaluaron en el campo experimental de la Universidad".
Entre las conclusiones, la geóloga dijo que se detectaron serios problemas de pérdida de suelo fértil como consecuencia de la erosión hídrica: “En algunos eventos de tormenta se sextuplicó la pérdida de carbono, un nutriente esencial de los suelos".
También señaló que "en todos los eventos que se midieron del ciclo primavera-verano, el período más importante de lluvias en nuestra región, se comprobó pérdida de suelo y un importante escurrimiento de las aguas” y agregó: “En este momento los suelos presentan una alta compactación superficial, esto es endurecimiento, lo que hace que el agua escurra".
—¿A largo plazo, cuál es el impacto que esto provoca en el suelo?
—Lo que produce es una degradación del suelo y en un futuro un alto riesgo de desertización de la zona. Esto significa pérdida de fertilidad y también de productividad.
—¿Cuáles son las causas?
—Hay varias causas. Una es la correspondiente a las características propias de los suelos del área, que son de bajo desarrollo, escaso contenido en materia orgánica, con alto porcentaje de arena en su composición textual y con pendientes de distintas longitudes. Por otro lado, en los períodos de mayor precipitación los suelos se encuentran descubiertos de vegetación. Si bien no todas las coberturas vegetales impiden totalmente la erosión, son amortiguadoras de ese proceso.
—¿Y entre las antrópicas?
—La agriculturización y el monocultivo principalmente de soja. Es decir la falta de prácticas esenciales de manejo y conservación de los suelos como por ejemplo la rotación de cultivos. Esto en un contexto de combinaciones de tipo economicistas más que conservacionistas.

¿Se puede revertir?

—¿Qué se puede hacer para revertir esta tendencia?
—Para revertir esto, se debería tender a algunas prácticas mínimas de trabajo de la tierra con un criterio conservacionista. Por ejemplo las que ayudan a la infiltración. Y cambiar el sistema de cultivo por uno que no sea tan agresivo, una situación más adaptada a nuestras condiciones regionales. Y no esos sistemas importados, con un paquete tecnológico y con mucho subsidio de productos.
El trabajo en cuestión también dice que “la pérdida de carbono orgánico por erosión hídrica laminar es de fundamental importancia debido a que en suelos de bajo contenido coloidal éste es un atributo clave de la calidad de los mismos”.
Y acota: “La pérdida de suelo y el escurrimiento evaluado en esta investigación indican la importancia que presenta el proceso de erosión hídrica laminar en el área en estudio, alterando fuertemente los agroecosistemas por la degradación del recurso suelo y por un uso ineficiente del agua que genera excesos hídricos”.
Las estadísticas dicen que el 20 por ciento del país se halla dañado por la erosión, ya sea del viento, del agua o del hombre. Esta problemática no sólo convierte a los campos en infértiles sino que también amenaza con destruir rutas y aislar poblaciones.

http://www.diariopuntal.com.ar/prueba3.asp?ID_seccion=5&ID_nota=22315&fecha=20061112

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