25 oct 2006
Bouwer quiere controlar a Cliba
12:54 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (25/10/2006)
La comuna de Bouwer quiere controlar la planta de Cliba
Plantea compartir con la Municipalidad de Córdoba el poder de policía y participar de los análisis. Se quejan por los malos olores y la contaminación.
La comuna de Bouwer le pedirá a la Municipalidad de Córdoba participar en el control de la planta de procesamiento de residuos que posee la empresa Cliba en el predio ubicado a cuatro kilómetros hacia el este de esa localidad.
Según el jefe comunal, Juan Lupi, son frecuentes las quejas de los vecinos por olores nauseabundos que provienen de ese enterramiento sanitario. "No puede ser que nosotros tengamos que sufrir las consecuencias y que sea la Capital quien controle y multe a Cliba cuando comete una infracción", indicó Lupi.
Actualmente, la comuna de Bouwer es ajena a todo lo que ocurre en el predio de Cliba. Según el asesor en temas ambientales de Bouwer, Adolfo González, la idea es participar de los controles y tener cierto poder de policía para multar en el caso de que alguna irregularidad perjudique a la localidad.
En el predio de Cliba existen ocho fosas de enterramiento planificadas en el proyecto inicial, más una construida recientemente. Los controles que tanto la Municipalidad de Córdoba como la Agencia Córdoba Ambiente deberían realizar en el predio -y a los que la comuna quiere tener acceso- son análisis de los gases emanados por las fosas y de los barros y cenizas residuales del horno pirolítico que también funciona en el mismo predio.
Acorralada por problemas de contaminación, la comuna de Bouwer contrató a González, quien está elaborando un plan de diagnóstico y gestión ambiental. Ese programa prevé la realización de análisis del agua de pozos y aljibes y del suelo para verificar el grado de contaminación de la zona. Se analizarán lixiviados del predio de Cliba, metales pesados y desechos patógenos del horno pirolítico.
Desde la comuna esperan reunirse con la Municipalidad esta semana. Por su parte, ya se efectuaron gestiones con la Agencia Córdoba Ambiente para acceder a los resultados de las auditorías que ese organismo debe realizar periódicamente al horno, el enterramiento sanitario de Cliba y a la planta de Taym.
El pedido fue realizado el 18 de setiembre último, pero todavía no han obtenido respuestas, por lo que reiterarán la petición a este organismo a través de una intimación por escribano público.
Las siete plagas
Bouwer concentra unos 800 habitantes en la zona urbana y otros 200 en los campos vecinos. Como en el relato bíblico, la comuna parece sufrir las siete plagas de Egipto. Además, del enterramiento sanitario, Cliba posee un horno pirolítico donde se incineran residuos patógenos que provienen de hospitales y clínicas de la capital. A pocos metros de ese predio hay un depósito de vehículos, convertidos en chatarra, que pertenece a la Justicia provincial.
Más al sur, a dos kilómetros sobre la ruta 36 funciona una planta de tratamiento de residuos peligrosos de la firma Taym, donde se encuentra depositado el DDT que Senasa tenía en el barrio de Alta Córdoba. Estos residuos estuvieron en guardia provisoria en el predio de Cliba, lo que provocó el repudio de los pobladores.
Por su parte, hasta hace un año y tres meses, sobre el camino a San Antonio -en el límite del ejido urbano- funcionó de manera irregular una fundición de plomo que está sospechada de haber intoxicado al menos a 14 vecinos.
Además, los habitantes se quejan de las fumigaciones que se realizan en los campos aledaños, un problema común a todas las localidades rurales a partir del boom de la soja transgénica que requiere grandes dosis de plaguicidas.
Parece ser que la basura trae más basura. Según Lupi, varias fábricas altamente contaminantes se acercaron con la idea de instalarse en la zona. Por esa razón, está en proceso de elaboración una ordenanza que regulará la zonificación para el uso del suelo para industrias.
La séptima plaga, según los vecinos de Bouwer, es la cárcel provincial ubicada sobre la ruta 36.
Ver Nota On Line (el link pudo haber cambiado)
La comuna de Bouwer quiere controlar la planta de Cliba
Plantea compartir con la Municipalidad de Córdoba el poder de policía y participar de los análisis. Se quejan por los malos olores y la contaminación.
La comuna de Bouwer le pedirá a la Municipalidad de Córdoba participar en el control de la planta de procesamiento de residuos que posee la empresa Cliba en el predio ubicado a cuatro kilómetros hacia el este de esa localidad.
Según el jefe comunal, Juan Lupi, son frecuentes las quejas de los vecinos por olores nauseabundos que provienen de ese enterramiento sanitario. "No puede ser que nosotros tengamos que sufrir las consecuencias y que sea la Capital quien controle y multe a Cliba cuando comete una infracción", indicó Lupi.
Actualmente, la comuna de Bouwer es ajena a todo lo que ocurre en el predio de Cliba. Según el asesor en temas ambientales de Bouwer, Adolfo González, la idea es participar de los controles y tener cierto poder de policía para multar en el caso de que alguna irregularidad perjudique a la localidad.
En el predio de Cliba existen ocho fosas de enterramiento planificadas en el proyecto inicial, más una construida recientemente. Los controles que tanto la Municipalidad de Córdoba como la Agencia Córdoba Ambiente deberían realizar en el predio -y a los que la comuna quiere tener acceso- son análisis de los gases emanados por las fosas y de los barros y cenizas residuales del horno pirolítico que también funciona en el mismo predio.
Acorralada por problemas de contaminación, la comuna de Bouwer contrató a González, quien está elaborando un plan de diagnóstico y gestión ambiental. Ese programa prevé la realización de análisis del agua de pozos y aljibes y del suelo para verificar el grado de contaminación de la zona. Se analizarán lixiviados del predio de Cliba, metales pesados y desechos patógenos del horno pirolítico.
Desde la comuna esperan reunirse con la Municipalidad esta semana. Por su parte, ya se efectuaron gestiones con la Agencia Córdoba Ambiente para acceder a los resultados de las auditorías que ese organismo debe realizar periódicamente al horno, el enterramiento sanitario de Cliba y a la planta de Taym.
El pedido fue realizado el 18 de setiembre último, pero todavía no han obtenido respuestas, por lo que reiterarán la petición a este organismo a través de una intimación por escribano público.
Las siete plagas
Bouwer concentra unos 800 habitantes en la zona urbana y otros 200 en los campos vecinos. Como en el relato bíblico, la comuna parece sufrir las siete plagas de Egipto. Además, del enterramiento sanitario, Cliba posee un horno pirolítico donde se incineran residuos patógenos que provienen de hospitales y clínicas de la capital. A pocos metros de ese predio hay un depósito de vehículos, convertidos en chatarra, que pertenece a la Justicia provincial.
Más al sur, a dos kilómetros sobre la ruta 36 funciona una planta de tratamiento de residuos peligrosos de la firma Taym, donde se encuentra depositado el DDT que Senasa tenía en el barrio de Alta Córdoba. Estos residuos estuvieron en guardia provisoria en el predio de Cliba, lo que provocó el repudio de los pobladores.
Por su parte, hasta hace un año y tres meses, sobre el camino a San Antonio -en el límite del ejido urbano- funcionó de manera irregular una fundición de plomo que está sospechada de haber intoxicado al menos a 14 vecinos.
Además, los habitantes se quejan de las fumigaciones que se realizan en los campos aledaños, un problema común a todas las localidades rurales a partir del boom de la soja transgénica que requiere grandes dosis de plaguicidas.
Parece ser que la basura trae más basura. Según Lupi, varias fábricas altamente contaminantes se acercaron con la idea de instalarse en la zona. Por esa razón, está en proceso de elaboración una ordenanza que regulará la zonificación para el uso del suelo para industrias.
La séptima plaga, según los vecinos de Bouwer, es la cárcel provincial ubicada sobre la ruta 36.
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