17 sept 2006

Opinión de los embalseños

La Voz del Interior (17/09/2006)
¿Aprueban los embalseños prolongar por 20 años la Central Nuclear?

El Gobierno nacional confirmó oficialmente semanas atrás que en el año 2010, cuando se termine la vida útil de la Central Nuclear de Embalse, se harán las inversiones necesarias para reciclarla y prolongar por otros 20 años su actividad como generadora de energía. Si no se diera ese paso, la otra alternativa sería desmantelarla para dejarla definitivamente inactiva.
El anuncio nacional, adelantado por este diario el 23 de agosto pasado, incluyó otro dato: aunque el Gobierno analiza la eventual construcción de una nueva usina atómica en Argentina, estaría descartada la construcción de una Embalse II, al modo de Atucha II en la provincia de Buenos Aires. Lo que los embalseños deben esperar, si los anuncios oficiales se cumplen, es que dentro de cuatro o cinco años la Central Nuclear salga de servicio, y que durante casi dos años esté sin producir energía pero en reformas para las obras de prolongación de su vida útil hasta aproximadamente el año 2030.
La opinión de quienes viven en Embalse, y hasta en la región, debiera ser tenida en cuenta, más allá de las razones de Estado. En este marco, ¿qué piensan los dirigentes de instituciones y organizaciones de esta localidad?, ¿qué dicen los vecinos?
La pregunta es si ven como una buena noticia o no que la Central Nuclear en vez de ser desactivada dentro de cinco años, sea reciclada en una nueva para seguir activa dos décadas más.

Qué dicen
Desde el gremio ATE, José Nayip –secretario general regional– interpretó que los recientes anuncios de la Nación traen tranquilidad en materia de mantención de fuentes de empleo y opinó que con las inversiones a aplicar “se mejoraría aún más el funcionamiento de la Central, que se necesita por el deterioro natural que pudo haber tenido a través de los años”.
Claudio Toranzo, concejal de Nuevo Movimiento y a su vez autoridad del gremio de Luz y Fuerza, avaló la idea de la continuidad pero recordó que aún se espera que la Nación efectivice una especie de regalía para Embalse y región, por ser el lugar elegido para su localización. Toranzo explicó que ya se les pidió a las autoridades de la empresa nacional que administra las centrales nucleares que paguen un canon porque la población se encuentra ante una situación de potencial riesgo. Ese pedido se efectivizó meses atrás, en el marco de una audiencia pública por este tema. El edil y gremialista entendió que la prolongación de la actividad de la Nuclear significará mantener las fuentes de trabajo (la Central ocupa a unas 450 personas) y un importante movimiento económico que implica para Embalse y la zona.
El edil opositor apuntó que prosiguen exigiendo que se mantengan las máximas medidas de seguridad en la planta y que además se solicitó un mayor intercambio de información entre la empresa estatal y las autoridades del pueblo sobre su funcionamiento.
Mientras, el concejal oficialista, Alberto Cruel (PJ), por su parte, destacó que el gobierno municipal apoya la continuidad de la Central e interpretó como “una buena noticia” que se prolongue su vida útil. Pero opinó también que continúan bregando para conseguir que la Nación pague una tasa al municipio, tras recordar que la Central nunca hizo aportes en ese sentido al pueblo. Cruel sostuvo que esas contribuciones deberían ser extensivas a otras localidades cercanas.
En realidad, Embalse y La Cruz debaten desde hace tiempo la jurisdicción municipal a la que se corresponde el predio donde se instaló la usina atómica.
Cruel entendió que hay estudios ambientales que concluyen que las variables no se han modificado desde que se instaló la usina. Sobre este tópico también dijo que mucha de la gente que trabaja en la Central vive a escasa distancia y que ese “es un síntoma de que ofrece garantías”.
Por su parte, el intendente Marcos Duarte coincidió con los concejales sobre ambos aspectos: avalar la continuidad pero a cambio de que le implique algún beneficio económico adicional a la comunidad y al municipio. Sobre ese punto, manifestó que se está estudiando la cuestión legal para plantearlo como exigencia. Duarte dijo contar con antecedentes respecto a que en otras partes del mundo el Estado aporta recursos a las zonas donde se instalan usinas atómicas, como contrapartida con la región en que decidió enclavarlas. Duarte opinó que esa retribución debería compensar el perjuicio que significa esta instalación en una zona turística.
Gustavo Figueira, presidente de la Cooperativa de Servicios Públicos de Embalse, se manifestó de acuerdo con prolongar la actividad. “Siempre se plantean los peligros de contaminación, porque la gente tiene referencia al accidente de Chernobyl, pero en estas plantas los riesgos son mínimos. Los problemas ecológicos, que los que tenemos acá, están más bien dados por otras situaciones que no pasan por la Central”, opinó el dirigente.
Para el Centro Comercial local también el anuncio nacional es una buena noticia. Sin embargo, el presidente de la entidad, Carlos Contristano, abogó también para que la Central desembolse aportes en el pueblo “como ocurre –dijo– en otras partes del mundo en estos casos”. Por ejemplo, mencionó que Embalse como portal turístico debería tener más iluminación y que allí debería aportar justamente esta generadora de energía. “Embalse es un pueblo oscuro en cuanto a iluminación, con la paradoja de estar al lado de la Central Nuclear que produce el siete por ciento de la energía de todo el país”, enfatizó.

Peso económico
Mientras, algunos comerciantes opinan que el movimiento económico que genera la Nuclear se percibe en Embalse pero menos de lo que muchos suponen. “Es que más de la mitad de sus empleados no viven en Embalse sino en otras localidades de la región”, acotaron.
Hubo quienes apuntaron que en realidad hay que contemplar que se trata de unas 100 familias, con sueldos importantes, que consumen en el pueblo y producen cierto impacto económico, además del propio que genera el funcionamiento de la Central.
Un vecino al paso planteó: “No nos consultaron cuando la hicieron; ahora qué vamos a opinar si ya está”. Entre los vecinos las consultas informales en la calle parecen mostrar, por un lado, la conformidad con la continuidad de la usina en el pueblo, que uno de ellos resumió con la consigna de que “si se cierra la Nuclear el agujero económico y laboral para esta localidad se notará”. Por el otro aparecen , a veces junto a esa valoración a favor, las dudas sobre los riesgos que implicaría vivir con una instalación atómica cerca.
En general, la única oposición de plano parece estar marcada por los grupos ambientalistas regionales y provinciales, que ya se han manifestado en contra de que el valle de Calamuchita siga teniendo una Central Nuclear activa y que reclaman una mayor discusión sobre el tema.

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