18 ago 2006

Un tóxico persistente

La Voz del Interior (18/08/2006)
Un tóxico persistente

En enero de 2005, una investigación de este diario reveló que en pleno barrio de Alta Córdoba el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) mantenía en pésimas condiciones de almacenamiento –en bolsas rotas sin protección y desde hacía años– 12 toneladas de plaguicidas prohibidos en la Argentina por su persistencia en el ambiente y elevada toxicidad.
Recién en marzo de ese año, los tóxicos fueron reenvasados por Senasa (paradójicamente, el ente de contralor nacional en materia de agroquímicos) para evitar que continuara su dispersión en la zona. Y recién a mediados de julio de 2005 fueron retirados del lugar por la Municipalidad de Córdoba. A esto no fue ajena la fuerte presión que ejercieron los vecinos después de que otro informe de La Voz del Interior revelara, el 3 de julio de ese año, que la mayoría de los habitantes del sector tenía restos de los plaguicidas en su sangre, según análisis oficiales. Los tóxicos se fueron a un predio al aire libre de Bouwer, lo que generó casi una pueblada, y después, por decisión judicial, fueron trasladados a un depósito de la empresa Taym.
El eje de la cuestión es que se trata de residuos peligrosos de un tipo particular (organoclorados) que, de acuerdo con la ley argentina en la materia, requieren estrictas condiciones para ser trasladados y eliminados, lo cual imposibilita, al menos hasta ahora, su degradación en la Argentina y exige su exportación y disposición final en el exterior. Todo eso implica un altísimo costo en dólares para Senasa, que debe hacerse cargo de toda esta gestión.
En ese contexto, el defensor del Pueblo de la Nación dio a conocer un informe del Ceprocor que confirma la toxicidad cierta de los productos almacenados en Bouwer, tema sobre el cual se había echado un manto de dudas.
Entretanto, la realidad muestra que, un año y medio después, el tema DDT sigue sin resolverse: burocracia y desidia mediante, aún no se realizó la remediación del predio contaminado de Alta Córdoba, mientras los tóxicos siguen gozando de excelente salud en Bouwer.

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