Árbol de la vida

Siete años de vida tiene Wichán Ranquén, esta organización ambientalista de Río Cuarto cuyo objetivo es conservar la flora nativa y revalorizar la relación entre el hombre y su hábitat. Wichán Ranquén significa en mapuche “árbol de la vida”.
En 1999, Pablo Motto junto a Hugo Sanz comenzaron con un vivero con el objetivo de multiplicar especies nativas. Con los años el grupo fue creciendo y también la cantidad de plantas: hoy cuentan con más de tres mil algarrobos y caldenes que cuidan los días sábados y los regalan a todas aquellas personas o instituciones que asuman el compromiso de plantarlos y cuidarlos.
Los ejes de trabajo de Wichán son tres: el pedagógico (transmitirlo a los demás); el vivero, que tiene tres mil especies, sin contar con subsidios ni créditos; y el trabajo conjunto con otras organizaciones ambientalistas, luchando contra el desmonte y en un proyecto de apicultura y bosque nativo.
Según el grupo, en 1915 había tres millones de hectáreas de caldenes en el sur de la provincia de Córdoba y hoy quedan apenas 30 mil hectáreas. “El caldén es un árbol protegido legalmente. Existe un proyecto que impide la utilización del caldén, un árbol que identifica a nuestra región”. Otro dato significativo que aportaron: la provincia de Córdoba tuvo desde el año 2000 hasta 2004 el índice de desmonte más grande del mundo. El promedio de desmonte mundial no alcanza al uno por ciento y Córdoba tuvo casi el tres por ciento. Le quedan ahora a Córdoba –dijeron– el 13 por ciento de sus bosques originarios.